Capítulo 9

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Alex

¿Como me acerco a ella?

Cuando pienso en lo enamorado y en lo tanto que Megan me encanta, me siento un poco intimidado por ella. Pero me imagino que esto es normal, aun asi no dejare que el sentirme así me detenga. debo tener el valor de acercarme. Estuve mucho tiempo enamorado, mucho tiempo de ella sin atreverme a decir una sola palabra. Aunque las cosas han cambiado y ahora la mujer sea quien dé el primer paso, Se que con ella no sera asi, ella es distinta a todas las chicas, es especial y valorada. Más de una vez Rose me ha dicho que siente algo por mi y no se atreve a decirmelo.

¿Cómo la invito a salir? hace mucho tiempo que no hablamos. estuve con ella en la boda de Rose y la estábamos pasando bien hasta que se apareció Josh Wetterberg y la cague con mi actitud, pero no lo hice por ser grosero con ella, sino por evitar partirle la cara al sujeto. Tal vez Rose pueda ayudarme.

 — Alo

  — ¿Rose... como estas?

 — Hola Alex, estoy bien ¡que sorpresa que llamas!

— Si ¿Que tal tu viaje? ¿como estuvo esa luna de miel?

  — ¡fenomenal! pero dime ya, que se que no me estas llamando para eso.

 La risa se me escapa por el auricular... esta chica nunca cambia —Quiero ver a Meg ¿sabes algo de ella? ¿sabes donde pueda estar hoy domingo?

 — Contrataste a la agencia de investigación adecuada, claro que le tenemos información sobre su chica— esta vez es Rose la que deja escapar una carcajada— justamente hoy vamos a vernos en Shake Shack quiere ir a comer comida chatarra.

  — Pero es una salida entre ustedes ¿como voy a interferir?

  — Tranquilo aparecete en el lugar, en lo que estés con ella me avisas, yo le mandaré un mensaje diciendo que llegaré tarde. no interrumpes nada. ¿Te parece?

— Perfecto.

— Pero correle que ya estaba de salida— apenas Rose cuelga tomo las llaves del auto y me dirijo a la Madison Sq Park. al estacionar el auto en frente me encuentro con Megan sentada en la acera esperando a Rose, se ve tan hermosa que le gritó—  ¡Megan!— ella me sonríe y me lanza un beso, es como si le alegrará muchísimo verme.

bajo del auto y corro a saludarla y recibo de ella un abrazo cálido, hoy está vestida informal, no lleva esa ropa de oficina con la que ahora suele vestir aunque como sea se ve hermosa.

— ¡Que casualidad! le sonrió tratando de no parecer evidente.

— ¡Sí verdad! — me responde con suspicacia.

— ¿Sabes que se me antoja?

— A ver que se te antoja — se lame los labios, Rose la ha dejado esperando.

— Una hamburguesa con papas fritas y una gaseosa bien fría.

— ¿Si? era lo que pensaba desayunar con Rose, pero me ha dejado un mensaje que llegará tarde por un imprevisto.

— Pues te invito a desayunar.

— Ok. 

Fue como en los viejos tiempos... hablamos hasta más no poder, reímos y yo me enamore más de ella.

Feliz y decidida Dulce Desastre IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora