Capitulo 4

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Esta sorpresa si no me agrada

Rose ha venido en sábado a las 7:00 am con un escándalo fenomenal, arruinando mis planes de dormir hasta media mañana, como me conoce ha traído sándwich con pavo, quesos y beicon, además de un enorme vaso de mi café favorito. Le he abierto la puerta y apenas tengo energía para hablar —¿Rose que haces aquí a estas horas? Le quito en café de las manos mientras ella abre las cajitas de sándwich.

—Recibí tu correo –sus ojos chinos hacen una curva adorable mientras su boca rosada se abre en una gran sonrisa —Me hace tan feliz tu respuesta, no esperaba menos de ti, sabía que te ibas a alegrar por mí. Era Eliot el que temía tu reacción, tenía miedo que no quisieras que yo fuera parte de la familia Wetterberg.

Al escuchar el apellido se me revuelve el estomago —Y tiene toda la razón seria genial que Eliot pudiese cambiarse de apellido –ella me mira con cara de espanto —Tranquila Rose se que Eliot es otra cosa, no se parece en nada a su prole, él es muy especial eso me recuerda porque te fijaste en él. Después de todo lo que pasaron por causa de Josh y por mi se merecen ser felices.

—Gracias Meg.

—Sí pero sé que eso no es lo que te trae aquí a esta hora de la mañana, te conozco así que suelta ya.

—Bueno he venido a informarte que aparte de ayudarme a preparar mi boda tienes que ser mi madrina de honor.

—Queee! Escupo el café que tengo en mi boca y Rose se limpia a carcajadas burlándose de mi  —Rose sabes que yo no...

—No, no, no, no. Ninguna negativa Megan Jones, además el padrino está muy contento con que tú seas la madrina.

— ¡Ah ya tienes al padrino! Osea que hablaste primero con el que conmigo.

— Pues sí, el es menos complicado que tu para este tema y déjame decirte que enseguida acepto, y se alegro mucho cuando le dije que tu serias la dama de honor.

—Pero es que si yo no te he dicho que si —la hago sufrir, pero ella ve mi mueca al tratar de atrapar la risa.

—Es mi sueño Meg y tiene que ser perfecto, no solo me casare con el hombre que amo, sino que mis mejores amigos Alex y Megan serán mis padrinos. ¡No es genial!

—La abrazo y celebro con ella su alegría. El solo pensar que ese momento tan especial lo compartiré con Alex me entusiasma mucho más, odio las bodas pero ella tiene razón, es su sueño y tiene que ser perfecto. ¿Quién soy yo para arruinarle las cosas y que no sean como ella quiere que sean? Aunque se la tortura que me espera, con Rose haciéndome correr de aquí para allá todos los fines de semana de aquí para allá, haciéndome cargo personalmente de que todo salga bien. Me abruma, porque esto es casi como que ser la que se va a casar, por suerte y lo tengo presente no soy yo, es mi mejor amiga, mi hermana, la que va a casarse y por ella estoy dispuesta a pasar por todo esto.

Feliz y decidida Dulce Desastre IIIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora