bastó un beso|sy

Capítulo Ocho

Capítulo Ocho: Feliz cumpleaños, princesa.
11 de Junio 2017
Punto de vista de Sebastián

El cumpleaños de Amira era hoy y yo ya tenía el regalo perfecto: un reencuentro con su familia.

El día de la primera sesión de fotos, Ami me había comentado cuánto extrañaba a su familia; cuando estábamos en mi apartamento, y ella ya había excedido las 3 copas, se puso muy sentimental. Me contó sobre sus hermanos, las familias de sus hermanos mayores, de sus padres- y todo esto me había ayudado a ponerme una meta: verla sonreír. Ese día la vi llorar silenciosamente, y disculparse conmigo por esto, senti su dolor como propio por lo que me propuse traer a esos seres para su día especial.

Había planeado una cena en su restaurante favorito, invite a Daniel y Hayden pues eran amigos cercanos a ella, y obviamente su familia que se encontraba en Madrid en estos momentos. Yo me dirigía a su apartamento pues sabía que probablemente ya había llegado de la universidad, ya tenía todo muy bien planeado. Ella me había dado unas llaves para su apartamento y el recepcionista ya me conocía,  entonces solamente subí y entre.

-¡Ami!-

-¡por aquí!- me indicó, su voz me dirigió a su cuarto e igualmente, solo entre.

-¿la cumpleañera esta lista para su noche de celebración?- le pregunté  con una sonrisa, ella se rió suavemente y asintió

-¿qué tienes planeado, yatra?-

-pronto lo sabrás, ahora ve y cámbiate que el tiempo corre- le dije, acomodándome sobre su cama. Su cara expresaba confusión e intriga pero de igual forma empezó a buscar que ponerse, vi como saco un vestido, y otro y otro mas pero ni uno parecía complacerla. Así que me levante y tomé el vestido que más me gusto: era negro, pegado al cuerpo con partes transparentes que dejaban al descubierto parte de sus piernas, su abdomen, brazos y justo arriba de sus pechos. Era sexy, bastante. Ella al verlo negó con su cabeza, pero después de unos minutos en discusión silenciosa decidió probárselo, e imagino que le gustó  después de ponérselo y así comenzó a maquillarse, luego se enfocó en su hermoso cabello castaño claro y terminó con algunos retoques a su atuendo. Usó unos zapatos que combinaban con su vestido y no utilizo más joyería que un anillo que su mamá le había regalado años atrás. Yo sonreí al ver el vestido puesto en ella, y el resultado final de todo su atuendo. Solo había una palabra que cruzaba mis pensamientos y era ≪perfección≫ si esa palabra tenía significado alguno, definitivamente era Amira.

-te vez más hermosa que de  costumbre, princesa- sus mejillas se tintaron de un carmesí que quedaba hermoso en su rostro y su sonrisa jamás desapareció; ella no dijo nada, pero sus ojos lo decían todo 'gracias'.

-¿nos vamos?- ella preguntó, escondiendo algo de su cabello tras su oreja.

-claro que si, por aquí madam- una sonrisa traviesa adornaba mi rostro mientras le dije estas palabras. Ella sonrió y tomó la mano que yo le había extendido para salir de su apartamento, entramos al carro y conducí a su restaurante favorito, que era de comida italiana; me fui por un camino alternativo para despistarla un poco, pero al parecer ella sabía todas las rutas..

-¿me llevarás a d'morte?- ella preguntó con entusiasmo al acercarnos un poco al local. Yo la mire brevemente y luego al camino, una sonrisa se formó en mis labios mientras le contesté

-si, pero ya deja de pensar por favor- se rió al escuchar estas palabras salir de mi boca  y simplemente asintió

Al llegar al restaurante el mesero nos dirigió a un salón que estaba alquilado solo para nosotros, pues no quería que se repitiera lo del café. Ella parecía desconcertada, pero lo supo disimular un poco. Yo estaba demasiado emocionado, pues tenía varias sorpresas; quería asegurarme de que Amira Cloé Ávila pasará el mejor cumpleaños de su vida.