bastó un beso|sy

Capítulo Veinte

Capítulo Veinte: Mantra
Punto de Vista de Amira
6 de Marzo del 2018

-¿listos todos?-
-Y el o la ganador/a del viaje a Japón es..-
-¡Amira!-
≪¡¿QUÉ?! ≫
Sonreí grandemente mientras mi jefe, y ahora buen amigo Kyle, me abrazaba. Todos aplaudían, a pesar de la decepción que se escondía detrás de los aplausos, pues todos deseaban ir al viaje.

Les contaré un poco sobre todo lo que ha sucedido.
El trabajo que había conseguido seis meses atrás, fue una de las mejores decisiones que he podido tomar en mi vida entera. Me ha permitido ir dos veces a visitar a mi familia, y también he conocido a grandes personalidades en varios ámbitos. Ganó muy bien, y hasta tengo planes de sacar un kit fotográfico para principiantes muy pronto, lo mejor de mi trabajo, definitivamente es Kyle; Conoce cada uno de mis proyectos y sueños, y me apoya al máximo. Así el también sabía que anhelaba ir a Japón, y decidió montar el concurso: "Quién tuviese más sesiones en un mes, ganaría el viaje" y gané yo. Mi vida en verdad ha ido en ascenso, y amo absolutamente todo de ella, menos una cosa.

Sebastián no está conmigo,
Para celebrar mis triunfos,
Para celebrar los suyos,
Para reír y disfrutar...

Y les explicaré esto también. Los primeros dos meses, estuvieron bien, nos comunicábamos constantemente, incluso vino una vez de visita, pero luego, nos fuimos distanciando cada vez más. Él estaba muy ocupado con sus sueños y yo muy ocupada con los míos, por lo que nunca teníamos tiempo para saber del otro. Es triste pensar sobre ello de esa forma, pero es y será la realidad, una realidad que en este momento no deseó cambiar.

¿Porqué? Se preguntarán.
Pues aunque ahora estoy segura de amar a Sebastián, sé que todo es más fácil sin toda esa atención innecesaria sobre mi, y me refiero a la atención periodística. Aún tengo ese tipo de atención, pero por razones distintas, y eso me llena.

-¡Felicidades Cloé! Tu sueño al fin se cumplirá- Kyle me sonrió y yo le sonreí de vuelta.

-¡lo se! Que intenso- me reí suavemente. Este era un viaje en el que iría solamente yo, y la idea me gustaba, pues necesitaba un tiempo para mi misma.

-espero que lo disfrutes. Tu vuelo sale mañana por la madrugada, lo demás te lo haré saber por correo, por hoy puedes irte a tu casa, ¡ten buen día!- me dijo, yo asentí con una sonrisa

-igualmente- le dije, tomando mi bolso y saliendo del edificio con una sonrisa pintada en mi rostro.

Al salir del local, exhalé con satisfacción, pues sabía que grandes cosas me esperaban en Kyushu, y no podía estar más feliz por eso.

Al llegar a mi apartamento, me quite los zapatos, coloqué mi bolso sobre el comedor y me dirigí a mi habitación; tomé mi maleta mediana, y la coloqué sobre mi cama, abriéndola con esa sonrisa que se rehusaba a dejar mi rostro. Estaba tan Feliz, que nada podía arruinar mi felicidad en estos momentos, siendo totalmente sincera.

De esa forma comencé a empacar, artículo por artículo, pieza por pieza y atuendo por atuendo, hasta que mi maleta estaba lista. No era más tarde que las 4:00PM y ya había terminado con las cosas que llevaré a Japón. Me asegure de cargar mi batería portátil, y mi celular también, además de descargar al menos todos los álbumes de todas mis bandas favoritas.. bueno, casi todas..

Y de esa forma me senté en mi sofá, con una copa de vino, que invito a la nostalgia esa tarde. Solo lograba recordar la noche de mi sesión de fotos con él

En verdad que nunca podré olvidarlo

Y era verdad; nunca podría si quiera sacarlo de mi mente.
***

-Konichiwa! Watashinonamaewa Danieru, watashi wa anata no ryokō zentai no anata no gaido ni narimasu- un joven muy lindo, con todos los rasgos Japoneses que se puedan imaginar, dijo. Aunque en verdad el no parecía Japonés, más bien Coreano..
Por si acaso se preguntaban, lo que dijo fue que se llamaba Daniel, y que el sería mi guía por todo el resto del viaje.

-Konichiwa, hajimemaishite Danieru! watashinonamewa Amira- le respondí sin pensarlo mucho.

Y si, si se hablar Japonés. No fluido pero definitivamente se lo básico
De esa forma comenzó mi aventura, y no podía estar más feliz.

Ya que había llegado de día, aproveche mi tiempo al máximo y le pedí a Danieru que me llevase a un parque donde hubiesen árboles de Sakura, esos rosados tradicionales de Japón, pues, ¡obviamente necesitaba fotos de ellos!

Tomé muchas fotos, y caminé por toda la aldea de la isla que me había acogido. Fue hermoso, despejar mi mente de tal manera, que no podía ni recordar las cosas que me abrumaban.

No solo fue ese momento, sino todo el viaje y toda mi aventura, no permití que la nostalgia llegase a mi, que la tristeza me invadiera o el dolor quisiera tocarme nuevamente. Quería paz, y conseguí paz.

Esa noche, mi primera noche en Japón, dirigí mi mirada al cielo, y sonreí. Sabía que el estaba en alguna parte del mundo, pero no sentía tormento, ni tristeza ni decepción.

Solamente satisfacción, me di cuenta de que el hecho de haberlo conocido, había sido suficiente para mi, y me consideraba afortunada por ello.

Sonreí, las estrellas se miraban hermosas, y así, con pensamientos de paz, descanse bien, por primera vez en mucho tiempo.

***
Punto de Vista de Sebastián

-¿Japón?- me dije a mi mismo extrañado de ver los 'posts' de Ami en Instagram. Una sonrisa lentamente se dibujó en mi cara, yo sabía que esta era uno de sus más grandes sueños y en verdad me alegraba saber que estaba cumpliéndolos. De pronto la nostalgia comenzó a invadir cada parte de mi, pero no era necesariamente algo malo.

Había decidido dejar de lamentarme por todo lo malo que me pasaba, y en vez, intentar aprender y tomar lo mejor de ello. En el momento que vi su foto, estábamos en nuestro descanso de 10 minutos de la prueba de sonido para el concierto, y en verdad que sentir eso, verla después de tanto tiempo de intentar ignorarla, me había dado una nueva razón para cantar con todo lo que tenía, y dedicar cada gota de sudor al momento en que al fin estaríamos juntos.

Así es, la nostalgia no sería más mi enemiga mortal, sino más bien mi aliada.

-¿listo para continuar Sebas?- Geogy me preguntó, expectante

Yo le sonreí, y guarde mi celular
-yo siempre estoy listo- le dije y el devolvió mi sonrisa

-Cómo tú digas- rió suavemente y negó con su cabeza

Yo tomé mi posición y comencé a cantar, una de mis canciones favoritas, que por cierto, había escrito para ella. Una muy movida y divertida, de nombre 'Mantra'; incluso había decidido hacerla la canción titular de mi álbum, en su honor.

-cuando yo te vuelva a ver, no te irás, no te irás, voy a darte un beso que te obligue a quedarte- Canté con todo el sentimiento que provocaba en mi

-Por que yo te quiero amar, una vez y otra más, cambiaré mi vida yo voy a enamorarte-

Estaba decidido. Cuando la volviera a ver, no iba dejarla escaparse nunca más;

le daré un beso que la obligue a quedarse.