My lover [Hank Anderson x android!reader]

8.8K 532 381
                                    

—Sumo, tranquilízate, tengo que hacer cosas...

Fuiste recibida con otra mirada apenada de parte del San Bernardo y, por instinto, acariciaste su cabeza por quinta vez para que estuviese tranquilo y dejase de llorar. Al parecer se sentía solo, o al menos eso pensabas, pues seguramente estaba echando de menos al que era su dueño y, al ser tú la única que estaba allí se veía en la necesidad de reclamarte que buscases a su amo. Aquel grandullón era realmente adorable al añorar tanto a Hank, aunque no era como si tú no lo echases también de menos.

Eras un androide, pero eso no quitaba que poco a poco te hubieses hecho más y más dependiente de Hank. Habías comenzado a ser consciente de que aquello que sentías eran signos claros de divergencia, cosa que en parte te aterrorizaba. ¿Y si él llegaba a reportarlo a Cyberlife? O peor, ¿y si lo hacía Connor? Tenías la esperanza de que si lo descubría Hank de alguna forma podrías conseguir evitar que lo hiciese, pero si por cualquier cosa lo descubría el otro androide posiblemente no te quedaría de otra que regresar a Cyberlife y aguantar a que te reiniciasen y eliminasen ese "rastro de divergencia" que había en ti.

Odiabas eso, estaba claro, así que de cierta forma no te quedaba de otra que ocultarlo hasta que pudieses tener un rato a solas con el más mayor. ¿Y qué mejor ocasión para comentárselo que cuando regresase de uno de sus casos? Te habías mentalizado para intentar hacerlo hoy, confesarle que tu afecto hacia él había aumentado a un nivel superior que el de un amigo.

Habías decidido colarte en su casa, sí, algo peligroso considerando que podría confundirte con alguna especie de ladrón, pero creías fielmente que no pasaría nada malo, no cuando tenías incluso a su mascota de tu parte. Además, eran ocasionales tus visitas desde que él te salvó de una situación un tanto peliaguda con tu dueño que ni si quiera querías recordar. Tenías la idea de que, si lo recibías de buena forma, él acabaría pillando un poco de primeras que era lo que tanto ansiabas decirle.

¿Y qué mejor que prepararle algo de cenar? Te habías imaginado que no tendría nada de interés en su propia cocina, así que te adelantaste a comprar varias cosas antes de allanar su propia casa, cosa que agradeciste porque no te equivocaste mucho en eso. Deducías que, tal vez, el hombre había tomado el mal hábito de comer cosas terriblemente malas para su salud, posiblemente ya había probado toda la comida basura de los alrededores. Y creías en eso pues, si no recordabas mal, habías escuchado de vez en cuando a Connor reprochándole al teniente que lo que consumía tenía una cantidad alta de calorías y grasas saturadas.

Por ello, optaste en cocinar algo más "sano" y variado, pero a la vez simple y que no disgustase de todo al contrario porque lo último que querías era que despreciase la comida que le habías preparado. Una menestra de verduras con ternura fue lo que te dignaste a preparar, si tuvieses la capacidad de generar saliva en grandes cantidades estabas segura de que lo estarías haciendo ahora mismo ante la buena pinta que tenía aquello que con tanto cariño habías preparado. Tuviste la decencia de también alimentar al pobre San Bernardo ya que no deseabas que este muriese de hambre por culpa de que su dueño no regresaba. Si lo pensabas bien, había pasado tiempo desde que habías llegado a la casa de Hank y te habías puesto a preparar la menestra, cosa que empezaba a preocuparte. ¿Habría ocurrido algún percance? Tal vez Connor había sufrido un accidente como los recientes por culpa de su sistema y había tenido que regresar a Cyberlife para ser reemplazado con otro modelo, cosa que sabías que de cierta forma alteraba enormemente el ánimo decaído del teniente.

Podías jurar que en esos momentos comenzabas a sentir algo así como nervios, o al menos así habías escuchado que lo llamaban los humanos. Pero de cierta forma esa sensación dejó de ser tan "intensa" cuando escuchaste como la puerta de la entrada se abría de una forma muy lenta, incluso más de lo común, ¿o es que Hank acostumbraba a entrar muy lento en su casa? Como si el verdadero sentimiento de la curiosidad te invadiese, no pudiste evitar dejar la mesa servida y acercarte con cuidado a la entrada, abandonando la cocina.

One-shots de Detroit: Become Human || DBH x reader --PAUSADO--Donde viven las historias. Descúbrelo ahora