One-shots de Detroit: Become Human || DBH x reader --PAUSADO--

Foreplay [Connor x reader]

AVISO: Contiene smut/lemon o como queráis llamarlo, leedlo solo si estáis cómodos con ese género ❤

—Connor, por favor... —suplicaste ligeramente, sintiéndote al borde de las lágrimas mientras tu espalda se arqueaba involuntariamente al mismo tiempo que tus caderas se movían al ritmo de sus dedos— Ya es suficiente...

—Pero escuché que los preliminares son muy importantes para los humanos —murmuró, mirándote y frunciendo ligeramente su ceño en cuanto se separó de uno de tus pechos— Debo asegurarme de que no te voy a hacer daño...

—Lo sé, pero ya estoy lista —te quejaste, sintiendo como sus dedos rozaban otra vez el punto dulce de tu interior que había logrado abusar lo suficiente como para arrancarte un par de orgasmos y, probablemente, un tercero— Si sigues así me voy a quedar sin fuerzas para más...

El chico volvió a mirarte, algo confundido, sin comprender que tú tenías ciertos "límites" que él obviamente no tenía gracias a su condición de androide. No era la primera vez que lo hacíais sino la tercera así que ya conocías como ers su forma de actuar, pero no había llegado a hacer tanto hincapié en los preliminares hasta esa ocasión. Sospechabas que era porque en la última vez te quejaste de dolor, no porque él te hubiese hecho daño sino porque tu espalda prácticamente te estaba matando a causa de lo cansada que estabas del trabajo y porque, para ser sinceros, no era muy cómodo en esos momentos hacerlo pegada a una pared.

Agradecías que fuese tan atento, que se preocupase tanto por tu bienestar y por el propio placer que podías llegar a sentir, pero pensabas que era abusivo que quisiese que tuvieses tres orgasmos antes de empezar con la verdadera acción. Aún así tus caderas respondían a las caricias que le proporcionaban a tu interior sus tres dedos, buscando que siempre rozase aquel punto que provocaba que tus piernas temblasen y tu vista se nublase.

—Solo uno más... te juro que tras esto, lo hacemos —te prometió el muchacho, dejándote ver como el color del LED de su sien derecha se iba turnando entre el ámbar y el azul antes de inclinarse hacia ti y plantar un beso en tus húmedos y lastimados labios, esto último por tu culpa al morderlos en un intento de callar tus continuos gemidos y jadeos— Si solo aguantas que lo hagamos una vez, está bien, solo quiero asegurarme de las cosas primero.

—La próxima vez... te juro que no va a haber nada... de preliminares.

—Pero tú...

—Nada de peros —te quejaste antes de volver a perder tu habilidad de formar frases coherentes, si es que podías llamarlas así pues prácticamente habías tartamudeado al inicio de casi todas las palabras al mismo tiempo que habías tenido que dejar de hablar en algunos momentos para conseguir tomar aire o, por el contrario, expulsarlo al tener que gemir de nuevo.

Connor pareció entenderlo esa vez, dejando de poner pegas a tus palabras aunque a él no le pareciese bien. El disfrutaba de aquello, le gustaba ver y sentir las distintas reacciones que tenía tu cuerpo cada vez que sus dedos se movían de una forma ligeramente distinta, cada vez que su pulgar se escabullía para estimular el pequeño botón rosado de tus piernas o incluso cuando se atrevía a besar tus pechos mientras continuaba estimulando tu interior. Para él era simplemente maravilloso el verte a ti, tan dulce y bonita ante sus ojos, derretirse y "humillarse" por su culpa, por solo tocarte de la forma que parecía volverte más loca.

Aun así no le quedaba de otra que hacerte caso, sabía que tu carácter era a veces el de una persona irascible y no deseaba que, por su capricho de continuar con los preliminares, a la mañana siguiente te enfadases con él o le dijeses que no haríais más eso hasta pasado un tiempo, para que así aprendiese a hacerte caso.

—Connor... —tu voz temblorosa acompañada de un par de jadeos lo hizo volver a la realidad, sonriendo levemente al verte en todo tu esplendor. Agradecía haber tenido la paciencia suficiente como para retirar todas tus prendas antes de nada, así se podía permitir el lujo de mirarte y apreciar mejor como te retorcías bajo él en la cama.