Lieutenant II [Hank Anderson x android!reader]

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Parte 2 de 2

AVISO: Contiene smut/lemon o como queráis llamarlo, leedlo solo si estáis cómodos con ese género ❤

Como si de un pequeño perro te tratases, obedeciste lo que te dijo, asintiendo ante sus palabras y sintiendo seguidamente como retiraba su mano de tu boca para dedicarse ahora a acariciar con cariño una de tus mejillas. Recordando que tu mano aún estaba posicionada sobre su entrepierna volviste a acariciar su erección por encima de la tela de su pantalón, paseando tus dedos por el contorno de esta, llegando a provocar que un gruñido saliese de los labios del de ojos azules, un sonido que llegó a hacer que lo que creías que era un "escalofrío" -o más bien una pequeña corriente eléctrica- recorriese todo tu cuerpo.

Recibiste una mirada "molesta" por parte del hombre, como si no le gustase que no le dejases hacer todo lo que tenía en mente, pero no llegó a quitar tu mano lo cual te dio a entender que realmente lo que te transmitía su mirada era falso. Un suave jadeo abandonó tus labios al sentir los suyos contra tu cuello, depositando besos donde parecían estar tus sensores más fáciles de estimular. Que su cuerpo se pegase más al tuyo te hizo sentir mareada durante unos segundos, sintiéndote algo abrumada por el calor que llegaba a desprender él, pero en cuanto te recompusiste, notaste como este llegaba a recostarte sobre la cama, posicionándose sobre ti para acorralarte en cuestión de segundos.

-Hank... te ves tan bien -a pesar de la sonrisa que decoraba tus labios, el mencionado se quejó, casi dejándote escuchar cómo decía que estabas equivocada- Pero me gustas más con tu cabello suelto.

Confesaste aquello con un tono de voz suave antes de deshacerte del coletero que hace momentos atrás habías utilizado para atar su cabello, colocándolo en tu muñeca antes de llevar tus manos a su cabeza y así enredar tus dedos entre sus largas hebras grises.

-La única que se ve bien eres tú -habló el hombre, mirándote directamente a los ojos y causando de alguna forma que aquella pequeña máquina que hacía de corazón diese "un vuelco" debido a que no esperabas que tu cumplido hacia el mayor te fuese devuelto.

Para tu suerte él volvió a juntar sus labios con los tuyos, iniciando un beso mucho más dulce que todos los anteriores a pesar de que la situación ya se encontraba en un punto de "no retorno". Tus manos vagaron desde su cabello hasta su espalda, volviendo en cuestión de segundos a su cabello al sentir los labios desplazarse de nuevo hacia tu cuello, arrancándote algún que otro suave jadeo. No sabías el porqué, pero sentiste la necesidad de abrazar con tus piernas su cintura, consiguiendo más fricción con su cuerpo, pero, sobre todo, con su erección, ganando algún que otro pequeño jadeo o gruñido por parte del mayor.

De tus labios resbaló su nombre repetidas veces, sintiendo como cada vez que lo decías sus caderas se presionaban más contra las tuyas y causaban que volvieses a jadear. Sin saber porque, mordiste tu propio labio inferior al sentir como las manos de Hank jugaban con el filo de tu camiseta, quitándotela en cuestión de segundos para sentir como ahora estas vagaban por tu vientre desnudo. Tus ojos se entrecerraron al sentir sus manos masajear tus pechos por encima del sostén, haciéndote sentir de una forma que no llegabas a comprender del todo pero que suponías que era algo así como experimentar el "placer" que experimentaban los humanos.

-Teniente... siga así -lo alentaste con tus palabras, volviendo a temblar bajo él al sentir como besaba la zona que llegó a morder la primera vez que te atreviste a llamarlo por ese sobrenombre- Se llega a sentir raro, pero quiero que continúe, por favor.

No mentías, notabas tus piernas débiles y la zona de tu entrepierna se comenzaba a sentir algo así como húmeda, pero más que preocuparte suponías que debía ser algo habitual. Las manos del hombre te guiaron, ordenándote sin decir ni una palabra que arqueases tu espalda para que así pudiese desabrochar tu sostén y dejarte semidesnuda ante él, ¿y qué demonios? No te negaste a ello, obedeciéndole mientras sentías escalofríos cada cierto tiempo debido a lo delicadas que eran sus manos cada vez que hacían contacto con tu cuerpo, como si realmente no quisiese hacerte daño.

One-shots de Detroit: Become Human || DBH x reader --PAUSADO--Donde viven las historias. Descúbrelo ahora