Capítulo 12

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Minerva coloca su mano alrededor de mi cuello, y me jala hasta estar a milímetros de ella.

- Te...tengo algo que co...confesarte – arrastra las palabras

- ¿Qué cosa? – pregunto con el ceño fruncido

- La neta, me encanta tu güey – confiesa

- Eso ya.....

- Y debo admitir que me insinué como no tienes idea – me interrumpe

- ¿Qué? – pregunto confundida. Creo no haberla escuchado bien

- Si – se ríe – fue vergonzoso

- Alto ¿Qué hiciste qué? – pregunto enojada

- Tranquila, él siempre me rechazo – dice con tristeza

- Sabes, nunca en mi vida había visto a alguien tan enamorado, creo que ni a mis propios padres – baja la mirada y sonríe – lo hubieras visto cuando llego a mi casa borracho y llorando porque lo habías dejado

- Espera ¿Qué? – la miro confundida

¿Jeremy borracho?

- Si, ese día trate de besarlo – me mira - ¿y sabes qué hizo?

- ¿Qué? – aprieto los dientes. Imaginándome lo peor

- Me alejo, me miro con sus hermosos ojos inyectados en alcohol y me dijo: "No lo hagas, porque solo te podre ver como una amiga, y porque a pesar de que Alexa ya no este conmigo, yo la amo y la seguiré amando. No creo amar a alguien más como la amo a ella. Y no quiero lastimarte haciéndote creer que se puede dar algo entre nosotros." Recuerdo cada una de sus palabras – dice con lágrimas en sus ojos

Y por primera vez siento lastima por ella, yo más que nadie se lo que se siente cuando un amor no es correspondido. Pero también sé que encontrara a alguien que la ame tanto como ella lo va a amar, así como yo lo encontré.

El sonido de mi teléfono interrumpe mis pensamientos, lo saco del bolso trasero del jean y lo miro. El nombre de Jeremy aparece en la pantalla – me va a matar – mientras veo a Minerva servirse otro trago, deslizo mi dedo en el botón verde y contesto.

- Hola – trato de sonar lo más normal

- ¿en dónde están? – pregunta tranquilo. Al parecer no se ha dado cuenta.

- Emmm......

- Jolaaaaaaa – me interrumpe la voz de Minerva

- ¿esa es Minerva? – pregunta confundido.

Cierro los ojos con fuerza y miro a Minerva con mala cara.

- Si – suelto un bufido

- Espera ¿esta borracha?

- Si – cada vez sueno más arrepentida

- ¿contigo?

- Si – susurro

Silencio por varios segundos. Mientras me preparo para la furia de Jeremy, escucho una hermosa carcajada invadir todo mi oído ¿acaso se está riendo? ¿Por qué se ríe?

- ¿de qué te ríes? – pregunto con el ceño fruncido

- Perdón amor, pero es gracioso saber que estas tomando con tu peor enemiga como si fuera tu mejor amiga – dice entre carcajadas

- No es gracioso – aprieto los dientes

- Claro que lo es, si me hubieran dicho antes que con unos tragos se iban a llevar mejor, las hubiera emborrachado desde que se conocieron. – dice y continua riéndose, cada vez con más intensidad – y yo creyendo que se iba a enojar -

- Bueno ya, ¿vendrás por nosotras? Digo yo sí puedo llegar a mi casa, pero Minerva no creo

- Si, mándame la dirección

Termino de enviarle la dirección a Jeremy y pago la cuenta. Después de varios minutos recibo un mensaje de Jeremy indicándome que está a fuera. Le quito la botella a Minerva, me la cuelgo de un brazo, la tomo de la cintura y la jalo hasta llegar a la salida, esta tan borracha que apenas y puede caminar. Al llegar me encuentro con Jeremy, al verme se queda asombrado y se acerca a nosotras muy rápido.

- Ahora si te pasaste Alex – dice con gracia en su rostro

- Un poco – tuerzo la boca

- No te preocupes, hay que llevarla a su casa

- ¿Qué? ¿en estas condiciones?

- Si – responde de lo más normal

- ¿y sus padres no le van a decir nada? – pregunto preocupada

- ¿acaso estas preocupado por ella? – me mira con gracia mientras arquea una ceja

- Me siento responsable – admito

- Y ¿Qué propones?

- Emmm..... – me odiare por esto – llévala a tu casa, mañana que ya esté mejor la llevas a su casa

- Espera ¿Qué? ¿tú me estás diciendo que la lleve a mi casa? – me mira confundido

- Si lo sé, es loco, pero de cierta forma confió en ti, que no me importa que la lleves contigo – contesto con toda honestidad

Creo ver sus ojos brillar de felicidad, me toma del rostro y me besa con tanta dulzura, dejándome saborear el dulce néctar de sus labios. Toma a Minerva entre sus brazos y la sube a su camaro, cierra la puerta y se vuelve a mí.

- ¿vendrás conmigo? – pregunta mientras me toma de la cintura, yo por instinto coloco mis manos en su cuello.

- No bebe, tengo que ir a ver a mi madre, y de paso mi casa

Y es cierto, no he hablado con mi madre y me ha estado llamando con mucha insistencia, tengo que hablar con ella y saber que está pasando.

- Ok ¿nos vemos mañana?

- Si – respondo y volvemos a unir nuestros labios

Lo que me encanta de él, es que me entiende y no me cuestiona – bueno no todo – y lo entiendo, entiendo que se sienta engañando y que quiera saber todo, y prometo decírselo algún día, solo que ahora es muy pronto.

Las luces de mi departamento se encienden, dejando ver con claridad el contenido que hay en él, todos los muebles están en desorden y tirados, el estero y pantalla se encuentran tirados y rotos, todos los platos de la cocina se encuentran de la misma forma. Pero lo que más me impresiona es el hombre parado en medio de la sala vestido de negro, firme y con los puños cerrados. Se gira hasta quedar frente a mí, su semblante serio me congela de pies a cabeza, es un señor no tan viejo, ni tan joven, se nota que hace ejercicio, esta conservado el señor, pero también puedo notar la maldad que hay en él.

- ¿Quién es usted? – trato de sonar firme, pero el miedo me invade

- Hola hija – dice mientras me sonríe con maldad 

Holaaaa, perdón por la tardanza, quiero agradecerles por sus maravillosos votos, son las mejores o los mejores, enserio que me sirven como inspiración. 


NO TEMERÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora