Capítulo 14

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"Ni tan lento que la muerte nos alcance, ni tan rápido que la vida nos asfixie" siempre decía mi madre, nunca fue una persona que creyera en el cielo, mucho menos en dios, y ahora que no está ¿se habrá ido al cielo? O ¿simplemente se quedara durmiendo eternamente bajo la tierra? ¿Acaso hizo algo malo para que su futuro terminara de esta manera? ¿Qué hizo para que ese señor le tuviera tanto odio? ¿Por qué me odia tanto? Una lágrima vuelve a rodar por todo mi rostro mientras me hago estas preguntas una y otra vez. No he parado de llorar desde que enterramos a mi madre, Derek intento todo lo que pudo para hacerme sentir mejor, pero lo único que logro fue que le gritarle en la cara que quiero estar sola y encerrarme en mi habitación a llorar como magdalena. Derek no se ha despegado de la puerta, ya que una vez que estuve dentro y encerrada, comencé a romper todas las cosas del cuarto mientras gritaba y lloraba.

- Alex, vamos abre la puerta, me estoy muriendo de la preocupación – dice Derek con preocupación desde el otro lado de la puerta

Yo en lugar de contestarle, miro mis manos manchadas de sangre por tantos vidrios que he roto y tantos golpes que he dado a la pared. Mi teléfono no deja de sonar, Jeremy no ha dejado de marcarme, pero ahora solo tengo tristeza y coraje que no sé lo que puedo llegar a decirle.

Estoy por arrodillarme para recoger los pedazos de vidrio, cuando un fuerte golpe abre la puerta que casi hace que se caiga. Derek entra con preocupación y me mira de la misma forma, me examina de pies a cabeza hasta que lo veo detenerse en mis manos.

- Maldición Alexa ¿Qué mierda haz echo? – dice mientras se acerca a mi rápidamente. Al estar enfrente de mi me toma de las manos y las examina con delicadeza a no lastimarme. Se quita la playera sin pensarlo dos veces y comienza a limpiar la sangre, yo simplemente me quedo cayada y dejo que haga su trabajo, no tengo ganas ni de hablar.

Me toma entre sus brazos y me carga, baja las escaleras hasta que lo veo llegar a la puerta.

- ¿A dónde vamos? – pregunto débilmente

- A mi casa, la tuya esta echa un desmadre – dice serio y con voz gruesa. Yo no contesto, solo dejo caer mi cabeza en su pecho desnudo y cierro los ojos. Estoy tan débil que ya no me importa nada, solo quiero dormir y jamás despertar, ya no me importa nada solo quiero dormir.

La luz del sol pega en mis ojos logrando con ello despertarme, abro los ojos lentamente hasta acostumbrarlos a la luz. Coloco mis manos en la cama para incorporarme, pero un fuerte dolor se instala en ellas, las miro con el ceño fruncido y las veo envueltas en vendas. Entonces recuerdo la noche anterior, mi teléfono vibra en la cómoda que esta junto a la cama, lo tomo y veo el nombre de Jeremy en la pantalla, corto la llamada y desbloqueo mi teléfono, al ver la imagen de fondo las lágrimas vuelven a salir, somos mi madre y yo abrazadas y felices en un café.

# - no olvides que siempre serás mi princesa – susurra mi madre con una sonrisa triste

- Pero ¿Por qué estas triste? – pregunto sin entender

- Ale pase lo que pase, que nadie te humille, ni mucho menos que te amenace – dice seria. Bajo la mirada y recuerdo cada golpe de Derek, cada humillación y amenaza que me ha hecho y que no he detenido.

- Te he fallado madre – digo con tristeza

- A mí no, esto solo te lo haces a ti misma. Bebe siempre serás mi princesa, pero si tienes que convertirte en un demonio y asesinar para poder conseguir tu felicidad, hazlo, que nadie te detenga – dice con firmeza

Limpio mis lágrimas, me levanto de la cama, me coloco una blusa negra de mangas largas junto con unos jean y mis converse. Bajo las escaleras decidida y me dirijo a la oficina de Derek con firmeza y valor.

Abro la puerta sin pedir permiso y entro de la misma forma, Derek al verme se incorpora confundido y me mira de la misma forma.

- Alex ¿Cómo te sientes? – pregunta confundido y preocupado

- Mejor, necesito hablar contigo

- ¿de qué?

- De mi madre

- Alex – dice cansado, como si quisiera que ya lo olvidara y lo dejara por la paz.

- No Derek, necesito saberlo

- ¿el qué? – alza la voz

- El ¿Por qué mataron a mi madre?

- No lo se

- Oh claro que lo sabes, aunque estaba inconsciente, pude escuchar tu conversación con el alacrán, sé que sabes el motivo de la guerra entre mi madre y el diablo.

- Alexa no le rasques los huevos al lobo ¿quieres?

Sé que no va a decirme nada, es más terco que una mula, así que sin saber que más hacer, tomo el cenicero que tiene en el escritorio y lo azoto en el suelo haciendo que se rompa en mil pedazos. Derek me mira con los ojos bien abiertos sin entender que es lo que estoy haciendo, entonces comienzo a golpear la pared con desesperación hasta que veo las vengas ponerse rojas.

- Alexa ¿Qué mierda haces? Para de una maldita vez – Derek trata de detenerme, pero lo único que logra es que me lastime más.

- Noooo – grito y sigo golpeando cada vez con más fuerza

- ¡Joder, tu madre lo engaño! – grita con desesperación. Paro de inmediato y lo volteo a ver confundida

- ¿Qué?

- Tu madre y el "diablo" eran la mejor pareja en el mundo del narco. Él tenía un mejor amigo, Lucas, su mano derecha, el que lo acompañaba a todos lados, el que se encargaba de sus negocios cuando él no estaba y el que lo salvaba de todos sus enemigos. Hasta que un día el diablo decidió presentarle a la mujer de su vida a su mejor amigo. Lucas y tu madre se flecharon a primera vista y cometieron infidelidad, le vieron la cara a tu pa... al diablo. Hasta que él se enteró y lo mato junto al hijo que esperaba tu madre.

- ¿tuve un hermano?

- No solo eso, Lucas también tenía una familia, un hijo y su esposa

- ¿Qué paso después?

- El diablo te alejo de tu madre, es por eso que tienes recuerdos borrosos con él. Hasta que tu madre regreso por ti y te alejo de él. Es un maldito psicópata, tu madre solo quería lo mejor para ti.

- Y ¿Cómo sabes que él no era lo mejor para mí?

- Alexa, tu madre te encontró con golpes y quemaduras en tu cuerpo. Era obvio que tu padre solo te quería por venganza hacia tu madre.

- ¿Cómo sabes todo esto? – pregunto confundida, a lo que él se queda en silencio y baja la mirada

- Derek – insisto, el tensa la mandíbula y aprieta los puños. Levanta la mirada y me mira con furia.

- Porque yo soy el hijo de Lucas


Perdonen la tardanza, pero aun no salgo de vacaciones y he tenido exámenes y proyectos así que he estado ocupada. Pero prometo escribir en las vacaciones  y espero ya terminarla. Las quiere Mari y tengan excelente día, noche, semana, lo que sea cuídense hermosas. 

NO TEMERÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora