Capítulo 18

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La luz del sol golpea mis ojos logrando que frunza el ceño y abra los ojos lentamente. Al tenerlos completamente abiertos me incorporo, salgo de la cama y me dirijo al baño con pereza, entro y me coloco enfrente del espejo, mientras tallo mis ojos bostezo y me estiro lo más que puedo, una vez que termino me miro al espejo, mis ojos se abren de par en par al ver mis pechos desnudos, de inmediato bajo mi mirada y me doy cuenta de que estoy completamente desnuda. Mi corazón se empieza a acelerar, la cabeza me da vueltas, entonces recuerdo lo que paso anoche <<soy una estúpida, una maldita perra, zorra. No tengo perdón >> volví a caer, el mismo me lo dijo.

Salgo del baño y tomo toda mi ropa del suelo, mientras me visto me repito lo idiota que fui << le he fallado a Jeremy, me he fallado a mí. Y todo porque me sentía mal de haber visto a Jeremy y Minerva besándose, que por cierto lo que hice yo no fue por despecho, en realidad no lo siento de esa forma....>>

- ¿te vas? – una voz gruesa logra sacarme de mis pensamientos de un susto

- ¡Dios! Algún día me mataras de un infarto – respondo mientras abrocho mis zapatos. Ni siquiera quiero voltear a verlo.

- Vamos dilo – se escucha dolido, sin poder evitarlo fijo mi mirada en el

- ¿decirte que? – pregunto con el ceño fruncido

- Di que te arrepientes, di que fue un error, di que fui yo el culpable

Me incorporo y me acerco a él decidida, lo miro directamente a los ojos, a lo que él se queda atento a cada uno de mis movimientos, por unos segundos nos quedamos en silencio solo mirándonos a los ojos como nunca antes lo habíamos hecho. Sé que lo que estoy por decir estará mal, me odiaran por esto, pero es lo que siento y no puedo evitarlo.

Suelto un bufido

- Fue un error – digo a lo que él me mira con dolor – pero no me arrepiento y ambos tuvimos la culpa – continuo

- Lose, yo debí parar y tu debiste detenerme. Y aunque no me arrepiento de nada, si tú quieres que esto se quede entre nosotros, por mucho que quiera gritarlo a los cuatro vientos, prometo guardar el secreto – dice con sinceridad

- Si lo dices por Jeremy, se lo diré de todos modos, se lo contare todo. Pero gracias de todas formas – agradezco con sinceridad

- Ya no tendrás que preocuparte más, hoy antes de que el sol baje, tendrás la cabeza del diablo entre tus manos. Lo prometo.

Después de la pequeña conversación con Derek, decidí hacer algo que nunca creí que llegaría hacer. Estaciono uno de los coches de Derek en la enorme entrada de la mansión blanca, apago el motor y bajo con una caja de galletas en mis manos. Me coloco frente a la puerta y toco el timbre, en minutos una señorita con uniforme blanco me sonríe con amabilidad.

- ¿en qué le puedo ayudar? – pregunta con amabilidad y una sonrisa en su rostro

- ¿se encuentra el Sr Becker?

- Si, permítame – dicho esto entra de nuevo y en segundo sale un señor alto, con porte y medio canos, guapo el señor.

- Alexa – dice sorprendido – pasa – me cede el paso

- No gracias. En realidad vengo de a rápido, le traje galletas – se las tiendo

- Oh gracias – dice con una sonrisa amable en su rostro

- Yo...

- Lamento lo de tu madre, en realidad la quería – dice con tristeza

- Lose y lamento que no le haya hablado y que – suspiro sin saber que más decir

- No, yo lamento no haberte buscado, sé que solo era la pareja de tu madre, pero debí haber estado ahí para ti. Ella te amaba Alex, enserio que lo hacia

- Yo – siento mis ojos arder – lose – susurro

- Alex en lo que sea que te pueda ayudar no dudes que estoy aquí

- Gracias – digo con sinceridad, en ese momento el me abraza con fuerza y vuelve a susurrar un "lo siento"

Después de haber ido a visitar al novio de mi madre decido ir hablar con Jeremy es momento de contarle todo, de que se acaben los secretos entre nosotros y si aún quiere seguir siendo parte de mi vida se lo voy a agradecer, pero si no lo voy a comprender y lo dejare ser feliz con quien él quiera y crea que sea lo mejor.

Entro al edificio en donde vive Jeremy y saludo al portero, camino hasta el elevador y pulso el número de su piso, los nervios me comen cada vez que sube un piso, no sé cómo va a reaccionar, como me va a tratar, si seguirá siendo lo mismo.

Escucho el "tin" y en seguida las puertas se abren, con pies temblorosos me dirijo hasta su apartamento, al estar enfrente de su puerta respiro profundamente y toco varias veces, pero nadie responde, me imagino lo que hizo la primera vez cuando estaba enojado conmigo que no me quiso abrir y tuve que cantarle, así que voto por gritar su nombre, pero nadie responde << tal vez se fue con sus papas>>

Con los ánimos por los suelos, me dirijo de nuevo al carro, el sol está apunto de bajar así que es el momento de poner en marcha el plan, se supone que para esta hora el diablo ya debió haber cerrado el trato con el alacrán, ya hablare con Jeremy mañana una vez que tenga la cabeza del diablo entre mis manos.

Antes de que pueda subir al carro mi teléfono vibra en mi bolsa trasera, tomo mi teléfono y veo que marca en la pantalla número desconocido, frunzo el ceño y tomo la llamada.

- ¿si? – contesto

- Al parecer su plan salió mal – escucho esa horrible voz que hace que toda mi piel se erice

- ¿Cómo es que..

- ¿Sigo vivo? Después de terminar mis asuntos, me encontraba caminando tranquilamente por el café cerca de central parck, y de casualidad me encontré un pequeño niño de cuerpo marcado, alto, hermosos ojos azules, y lentes junto con una niña bastante feíta la muchacha y me dije ¿Por qué no los llevas a tomar café contigo? – mi corazón late con velocidad, la vista se me nubla, mis pies flagean no se en que momento caeré y me desmayare

- No por favor no lo toques

- Entonces tienes que ir a la dirección que te mandare, sola sin ninguna otra estúpida broma, sino creo que no necesito decirte lo que le va a pasar a tu queridísimo Jeremy

- Ah y dile a Derek que espero y le guste mi regalo – dicho esto cuelga la llamada

No no no Jeremy mi mundo se desvanece cada vez más rápido y de una forma dolorosa.

NO TEMERÉDonde viven las historias. Descúbrelo ahora