¿Recuerdas nuestro pasado? (con Kyuhyun)

Capitulo 64

Levante con rapidez la sabana cubriendo mis senos, verifique que solo tenía puesta mis bragas ¿y mi ropa? ¿Qué es este lugar? Era una habitación, pero no un lugar que conociera. Mi cabello suelto caía por mis hombros ¿Qué paso con el peinado alto que me había hecho la estilista?

Me envolví en la sabana y decidí salir de la cama para averiguar donde era que estaba, abrí las cortinas, el paisaje de afuera me dejo sin aliento ¿nieve? Todo estaba cubierto de nieve, no se veía absolutamente nada, solo arboles cubiertos de copos blancos. Intente mirar más allá, arboles, pinos, arbustos, creo que estaba lejos de casa. Era extraño pero no sentí miedo y debería estar asustado, no sabía dónde estaba, porque estaba aquí, no tenía idea de quien me había traído a este lugar y porque estaba en estas condiciones. Creo que una parte de mi sintió alivio, no hubo boda ¡no me case!

Una sonrisa tonta de formo en mis labios y salí corriendo afuera de la habitación, había un pasillo muy corto, ya podía ver la sala. Al llegar vi todo iluminado, había un juego de sofá, una mesa pequeña con velas en medio y un par de sillas, parecía ser una cabaña. Un agradable calor golpeo mi espalda, gire encontrándome con una chimenea, estaba encendida y despedía por toda la casa un calorcito muy abrigador. Un estruendoso sonido hizo que volteara hacia la puerta, una brisa muy fuerte y fría entro al mismo instante que vi entrar a alguien. El llevaba puesto un abrigo, pantalones gruesos y unas zapatillas que parecían ser de las que usan para escalar, sobre su hombro cargaban un atado de troncos de madera y en su mano libre llevaba un hacha, la cual dejo apoyada en la pared junto a la puerta.

— Kyuhyun...—susurre su nombre tan despacio que solo pareció un murmullo—

El dejo los troncos de madera sobre el piso y me miro. Es imposible poder describir todas las emociones que inundaron mi cuerpo en ese momento, unas mariposas parecían revolotear en mi estómago provocándome muchas cosquillas ¡él estaba aquí! Estaba conmigo—

— Valla... ya despertaste—lejos de sonreír, de correr hacia mí y estrecharme entre sus brazos, que era lo que yo imaginaba que el haría, me miro indignado, sus ojos lucían con indiferencia y cansancio—

¿Qué le pasaba? Arquee mis cejas comprendiéndolo todo, estaba molesto conmigo por haber huido y dejarlo solo después de pasar la noche con él, a todo esto se suma que con quien me casaría sería nada más y nada menos que su hermano. ¡Aishh! (TN) ______ ¿eres tonta o qué? Está claro que él no está nada contento con lo último que eh venido haciendo.

Kyuhyun se quitó su abrigo quedando solo con una camisa celeste unos jeans azules que lo hacían ver más joven e irresistible, me había acostumbrado a verlo siempre bien vestido, con trajes, zapatos, corbata y toda esa elegancia propia de él.

— ¿Tienes hambre?—asentí llevando las manos a mi vientre, parecía ser que el ruido de mi estómago lo alerto—

— Si... mucha...—sonreí como una tonta, cuando el no hacía más que mantener su postura seria y sin querer entablar una charla duradera—

— En la cocina hay suficiente comida, ve y prepárate lo que sea...—puse mala cara cuando me contestó de esa manera. Eso era un completo "estoy enfadado, así que no pienses que seré dulce contigo, porque no lo mereces" Él se limitó a agregar más leña a la chimenea sin siquiera mirarme—

No sabía qué más decir, de verdad que me sentía avergonzada por esta situación, no me sentía nada cómoda llevando de vestimenta esta sabana que en cualquier momento se caería cuando menos lo notara. Quise avanzar hasta la cocina pero la molesta sabana no me lo permitía, estaba casi pisándola, así podría llegar a tropezar.

— Si quieres saber que hice con tu estúpido vestido... lo queme—dijo relajado atizando el fuego—necesitaba algo con que prender la chimenea—hizo una mueca mirándome—la tela encendió fácilmente...—parpadee sorprendida, no me molestaba lo que hubiese hecho con ese vestido, es más yo también lo odiaba, pero si tan solo la modista o Miranda lo vieran querrían arrancarse los pelos, había costado demasiado y muchos meses de trabajo—