Lo que los geiseres se llevaron

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Tras dos semanas Andy, Jordan y yo seguíamos sin dominar las fuerzas primigenias y cada vez eran más frecuentes los terremotos, tornados y geiseres.

-Os falta poco necesitáis centrar vuestra mente-dijo Apolo.

Andy intentó transformarse. Comenzó a desprender un aura roja y una luz muy intensa comenzó a emanar de su cuerpo hasta el punto de que la luz fue tan fuerte que tuve que cerrar los ojos. Pasaron dos o tres minutos hasta que los volví a abrir. Andy se había transformado en una esfera roja muy similar al sol. Pero de menor tamaño en comparación con el real.

-Sí, lo conseguí-dijo la esfera con voz de mi amiga.

- Muy bien Andy, estoy orgulloso hija- concluyó Apolo

-Haber apartaos que ahora va el menda-dijo Jordan con un tono de confianza que me intimidó bastante.

Acto seguido, Jordan, comenzó a irradiar una energía de color gris, que lanzó una honda de fuerza. que los derribó a todos excepto al dios quien solo estaba presente físicamente en una escala muy pequeña.

Mierda, ¿qué ha podido pasar?-dijo nuestro amigo.

-Qué raro lo has hecho todo bien- aclaró el dios.

De repente la tierra comenzó a temblar y todos caímos al suelo esta vez el dios incluido. Géiseres comenzaron a azotar la tierra. Miré al horizonte y un gran muro de agua me rodeaba.

-Hijo de Atenea, muy pronto conocerás la ira de aquel a quien tus tíos y tu madre encerraron pero al que ya nada retiene y todos temen. YO SOY TIFÖN- Dijo la voz que emitían los geiseres, la cual me desgarraba el alma y me dejaba sin respiración.

Fui a contraatacar verbalmente pero no conseguí articular palabra, no salían sonidos de mi boca.

De pronto los geiseres cesaron y todo quedó en calma. Pero en aquel paisaje, apaciguado de destrucción, Descubrí que la pregunta no era que sino QUIEN los Geiseres habían dejado a tumbada en el suelo agonizando, debido a que un geiser le había perforado el estómago, a Andy. Mi amiga estaba tumbada en el suelo con su padre, arrodillado a su lado, sosteniéndole la cabeza y fuera de esta escena Jordan, detrás de Apolo, tumbado en el suelo inconsciente. Al asimilar la situación me acerqué a Andy y ella en un momento de lucidez me hizo un gesto para que acercará la oreja y me susurró:

-Nunca te olvidaré-Palabras que calaron hondo en mi psique y me hicieron darme cuenta de lo mucho que Andy me gustaba.

Tras esto llorando le dije a Apolo:

-¿no puedes ayudarla?-Dije notando como con cada palabra que yo decía mi amada perdía un álito de vida.

-No puedo, ya está en el reino de Hades.

Tras este impacto construimos una pira a Andy con dos monedas en la boca, y tras hacer ofrendas a Hades, quemamos su pira.

-Me niego a dar a Andy por perdida, pienso bajar al infierno para revivirla ahogaré con mis propios brazos a Hades si hace falta- dije sin pensar.

-Eso sería del todo imprudente, cerbero te destriparía antes si quiera de que vieras a Hades- Dijo Apolo con tono severo.

-Pero...- dije dispuesto a enfrentarme al mismísimo dios del Sol si hacía falta.

-Silencio mortal impertinente, ahora debéis ir a Sicilia y detener a Tifón-dijo Apolo

Tras esto silbó y aparecieron dos Pegasos uno blanco y uno negro.

-Llevadlos a Sicilia-ordenó Apolo.

-Usted paga jefe-dijo el Pegaso.

Por orden del dios subimos a los caballos alados y nos dirigimos a surcar los cielos hacia Sicilia.


El hijo de AteneaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora