14°

352 8 0
                                    

Antes de empezar con el cap, ambas quisiéramos saber qué opinan de la novela hasta ahora. Nos serviría mucho saber su opinión de lo que hemos escrito hasta ahora, tenemos dudas sobre nuestra historia y nos gustaría saber si han leído historias como esta, si les resulta aburrida o lo que sea. Por favor, normalmente no pedimos nada, pero esta vez se los pedimos encarecidamente, nos ayudaría mucho. Gracias y, ahora sí, el cap para +18, disfrutenlo. 



Me siento deprimido, solo, la necesito y no aparece. ¿Por qué? ¿Por qué lo hace? ¿Por qué no viene a mí? ¿Por qué me deja solo? ¿No me quiere? ¿No le importo? ¿No me escucha llamándola con desesperación? ¿Mi voz sonando con anhelo?

Ahora, agarrado al poste para sostenerme y no caerme de bruces al piso por el mareo que siento, siento mis ojos húmedos y mi pecho doliendo por el sentimiento de abandono que me agobia, pero solo hasta que esa dulce voz se hace presente.

-¿Andy? 

Pestañeando para poder enfocar, vuelvo la mirada hacia la puerta den entrada y ahí la veo: preciosa, iluminada por el neón, envuelta en un halo de luz roja que contrasta con el negro de su suave peluca y la gabardina que le cubre el cuerpo. Aún sobre los tacones altos, se acerca a mí con su rostro reflejando preocupación y consternación al contemplarme en este estado y el encontrarme aquí, sin embargo, yo estoy más que feliz de poder verla al fin, de poder contemplar sus delicados rasgos, de alcanzar a sentir su aroma tan particular y atrayente. 

-Angui, al fin.

-¿Andy qué haces así? ¿Por qué estás tan ebrio? ¿Qué hiciste?

-Te necesitaba y el alcohol fue la forma de acallar el dolor.

Sé que estoy arrastrando las palabras, pero también sé que ella me entiende, lo noto por la mueca de tristeza que se muestra en sus labios y en sus ojos al escucharme. Quiero tocarla, lo necesito, por lo que estiro el brazo hacia ella, sin importarme el soltar el poste y que pueda caerme, mas ella corre a agarrarme justo a tiempo, antes de que baje lo suficiente como para que las hormigas se vean del tamaño de las vacas. Me obliga a pasar un brazo sobre sus hombros y, a su vez, ella acomoda el suyo propio en mi cintura, obligándome a caminar hacia el auto.

-Hay Andy... Vamos, voy a llevarte a casa, luego cubriré mi turno otro día.

-No...

Me freno en seco, obligándola a detenerse también y la miro con tristeza.

-A casa no... No quiero ir ahí.

-¿Por qué?

-No quiero estar cerca de ella... No quiero... Por favor...

En sus ojos alcanzo a ver la indecisión que la detiene, pero finalmente suspira y asiente, encaminándonos nuevamente al auto.

-Está bien, te llevaré a lo de Ash. 

Asiento en silencio y me dejo acomodar en el asiento del copiloto para luego observarla acomodar a Ash y a Azariel en el asiento trasero, ambos casi dormidos. Quisiera ayudarla, me encantaría poder hacer algo, mas no puedo moverme mucho, me siento flojo y un tanto mareado aún. No pasan más de unos pocos minutos cuando la puerta del piloto se cierra y el perfume delicadamente dulce de Angui inunda el auto y ella arranca para llevarnos a la casa de mi mejor amigo.

El viento en mi cara, producto de la ventanilla abierta de mi puerta por Angui, me despeja un poco y, a medida que avanzamos, el estado de ebriedad de mi sistema se empieza a retirar, permitiendo a mis pensamientos acomodarse y a mi cerebro razonar con más claridad. Eso no quiere decir que ellos cambien, la sensación de querer a Angui a mi lado, de necesitarla conmigo, no ha cambiado para nada y sigue totalmente clavada y fija en mi lóbulo frontal cuando ella estaciona finalmente frente a la entrada. 

Tú y yo, en Clave de Sol [Andy Biersack]Where stories live. Discover now