¿Me Amas?. Jeff The Killer X Slenderman [PAUSADA ]

II

Así que
¿Desidiste continuar?

Se volteó de forma lenta, para observar por el rabillo del ojo al Ender.

— Buenos días, Jeff.— Saludo cortésmente el tercero en la habitación. Slenderman demostraba aquella superioridad con esa aura abominable rodeándolo.

La voz era gruesa y escalofriante. Jeff subía su vista para apreciar el vacío del No-Rostro del Guardián del Bosque.

—Hola.— Contesto de forma seca. —Tiempo sin vernos.— Tenso una sonrisa de forma poco amable.

—Alrededor de sesenta días.— Contesto tosco y cortante, la incomodad inundo toda la habitación.

El ambiente se volvía mas pesado por cada segundo que transcurría. Jeff observo a Ben, que trataba de evitar hacer contacto visual con el Ender.

—...— Suspiro. — Supongo, que ahora quieres hablar conmigo ¿No?— El asesino cruzo sus brazos, aparentando control, pero el sonido de las cadenas le demostraron todo lo contario.

—Así es.— Slenderman confirmo de inmediato

—Perfecto.— Sonrió y dirigió su vista al demonio.—...Ya puedes largarte.—

Ben gruño sonoramente.

—Danos privacidad, Ben.— Reafirmo la orden.

Este asintió, y a regañadientes se llevo la comida de la habitación.

Jeff espero a que la puerta se cerrara para volver a tomar la palabra.

—Bien, ahora, ¿Que quieres de mi?— Fue directamente al grano. —Por que no pienses que te agradeceré por "Salvarme".— Agito su lengua, fingiendo la voz de forma infantil y molesta.

—Que maleducado eres entonces.— Respondió con simpleza el más alto.

—¿Yo?, ¿Maleducado?, creo que te confundes, porque yo soy divino.— Observo divamente las uñas de sus mano izquierda. —Soy la cosa mas perfecta.— Sonrió para si. —Creo que el maleducado eres tu, me tienes aquí encadenado como un perro... ¡Un perro, Slenderman!— Le apunto. Las cadenas volvieron a emitir ruido.

—Oh, perdona, tenia que recibirte a la intrusión a mi bosque con un coro angelical, alfombra roja, con caviar de alma y cubiertos de oro ¿No? que falta de atención de mi parte.— Menciono sarcásticamente.

—Ah, ¡Daah!— Enfatizo con obviedad. —Aunque te perdono porque asumiste tu error.—

Slenderman empezaba a perder los estribos.

—Quiero que trabajes para mi.— Soltó sin mas. Tenia que ser directo o perdería su muy escasa paciencia.

Todo quedo en silencio por algunos segundos.

—...— Jeff relamió sus labios. —¿Escuche bien?, ¿Yo? ¿Trabajando?.— Pregunto incrédulamente.

—¿Por que?, ¿Se te caería el esmalte de las uñas si lo haces?— Ajusto su corbata.

— ¡JA! Que gracioso.— Rio sin humor. —Solo para aclarar, mis uñas brillan por si solas, no uso esmalte.— Menciono mientras arruga su entrecejo.

Suspiro con enojo.

—¿Por que vuelves con esa proposición? ya me había negado.— Tenia que hablar con cuidado, no quería empezar una pelea con Slenderman dentro de su casa. Pero cu carácter le jugaba en contra.