VI

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Estaba sentado con calma en su habitación, su cama era bastante cómoda y suave, aunque no durmiera en ella.

Suspiró cansado por todo el trabajo de ese día, pues fue bastante tedioso buscar a ese sujeto que el Señor Slenderman requería con tanta urgencia... Tenía que admitirlo, le causaba una pequeña chispa de curiosidad saber su identidad, pero fue ahogada en el pequeño mar de la advertencia que el mismo Ender había creado entre sus propios lacayos.

Su mirada se perdió en un punto fijo en la pared, divagando en el extenso universo de sus recuerdos más profundos y hasta cierto punto dolorosos.

Una cosa llego a la otra, y termino regresando al comienzo de su tormento.

¿Hasta cuándo iba a encontrar a su hermano?

¿Hasta cuándo iba a dejar de sentir temor todas las noches?

¿Hasta cuando podría descansar en paz sin tener ese recuerdo doloroso de sus padres muertos en su mente?

Expulso el aire por su nariz, cerrando sus ojos con la sensación de las cicatrices impidiendo la elasticidad completa y natural de su piel.

Siempre tendría que temer ante él, por su pasado que quedó marcado de tal manera de tenerle fobia a su propia cama; cada vez que su cabeza tocaba la fina capa de la almohada su cerebro se encarga de recrear vivamente cada una de las acciones que su hermano le hizo ese día, ese fatídico día en el que él se convirtió en el monstruo que siempre estaba escondido debajo de esa capa de ingenuidad y rebeldía; odiaba admitirlo pero aún por las noches, sentía que en cualquier momento, saltaría sobre él, dispuesto a encajarlo nuevamente la afilada arma.

Liu cerró sus ojos y suspiró pesadamente, llevó la yema de sus dedos a una de sus mejillas delineando las gruesas cicatrices que sobresalían de su rostro.

Algunas hechas por el mismo y otras hechas por su hermano, Jeffrey Woods.

Apartó con dolor sentimental sus manos de su desfigurado rostro, suspirando nuevamente, necesitaba calmarse. El señor Slenderman le había ordenado cuidar de su bosque y la casa en la que ahora vivía, por qué el tenía que atender Otros Asuntos.

Escucho pasos fuera de su habitación, no se movió de su posición, ya sabía quién era. Pues solo estaban ellos dos en la enorme casa.

—Hey, cicatrices.— Le llamo Ben, Liu rodeo sus ojos en disgusto.

Giró su rostro levemente, lo suficiente como para observarlo de reojo.

Maldijo en voz baja por dejar la puerta abierta.

Ben estaba recostado en el marco de la entrada, con sus brazos cruzados, poseía esa mirada arrogante y llena de cinismo, su sonrisa ladina no se quedaba atrás.

—...Ben.— Hizo una mueca de tención, sinceramente nunca le agrado ese tipo. Pero no recordaba el por qué.

—¿Sabes?, Hasta ahora te veo con ese collar... ¿Se lo robaste a alguna chica o algo así?— Se adentro en la habitación, tocando todo a su alcance...Era por eso. Demasiado Imbécil para su paciencia.

—¿No deberías estar haciendo guardia en la frontera del Norte?.— Liu le miró de manera fría.

—Me aburre mucho... Y no me contestaste, entonces... ¿Es un si?— Se acercó tomándolo por los hombros, Liu cerró sus ojos, tratando de conservar su calma.—Creía que eras de esos que respetas a las mujeres muy al estilo de los años 30's; ¿El niño bueno dejo de serlo?— Rio con una clara intención de hacerlo enojar.

—No creo que al Señor Slenderman le agrade que dejaras desprotegido su amado bosque.— Liu movió sus hombros, sacándose del agarre de Ben. Levantándose de su lugar, se volteó con su entrecejo fruncido.

¿Me Amas?. Jeff The Killer X Slenderman [PAUSADA ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora