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EL REFUGIO

Allan soltó un suspiro, sabía que era el día en el que entraría a una nueva escuela a mitad de curso y desearía poder volver a su vida pasada y es que la verdad cambiarse con su padre no fue nada fácil. Siempre que se dirigía a él lo llamaba "inútil" y no lo bajo de eso en todo el resto de las vacaciones pero por suerte no había recibido ningún golpe aún.

Era temprano, todavía no amanecía y Allan se estaba arreglando, poniéndose su uniforme que dependía de un suéter, una camisa blanca, corbata, zapatos negros y pantalón, todos con los colores representativos de la escuela: azul rey como principal y amarillo como secundario.

<<Seguro mi madre haría un comentario sobre cómo me veo con el uniforme y como le gustaba verme así>> pensaba Hoffman mientras se veía en el espejo colocándose la última pieza que le faltaba de su uniforme, la corbata.

Algo de lo que también había sido duro de mudarse con su padre era que ya no estaría con su hermana y tampoco vería a su madre mas que algunos fines de semana y sabía como buen hermano que era, que él, desde el divorcio de sus padres había sido el hombro derecho de su hermana menor y ahora que estaba lejos, sentía un vacío en el estómago dejándola sola sin saber lo que pasa en su vida como antes.

Su padre se había ido antes pues su trabajo se lo pedía
Al bajar a la cocina encontró un licuado para desayunar y eso solo lo hizo sentir con una gran nostalgia pues definitivamente extrañaría los desayunos de su madre.

Para tratar de ahuyentar ese sufrimiento, agarro su pipa y la reserva que tenía para lo que él llamaba "esos momentos". La inhalo una vez fuera de su casa y seguro que nadie lo veía, metiéndose a su sistema los productos de la marihuana.

Enero como típico mes de invierno con sus aires fríos que envuelven todo tu cuerpo dando escalofríos, respiras y después exhalas de tu boca algo parecido a humo, tu nariz enrojecida y fría y las manos donde tus articulaciones duelen por la temperatura.

Allan sufría esto mientras se dirigía a su escuela a pie. Se daba cuenta observando a través de la bruma que algunas casas todavía no retiraban los adornos de sus casas. Metió sus manos a los bolsillos mientras continuaba caminando y veía a lo lejos lo que sería su nueva escuela, pues en la anterior dejaron muy claro que no lo querían.

Este nuevo era un colegio privado llamado "Colegio Arte Sagittariorum" más conocido como "Cas"; su insignia constaba de un libro abierto y sobre éste dos flechas cruzadas rodeadas de un círculo con sus colores representativos ya mencionados. Una escuela muy reconocida por sus instalaciones del tiro al arco, y ésta siendo una de sus asignaturas.

Llegando a la escuela que era un edificio de dos plantas que rodeaba las instalaciones de aire libre en forma rectangular. Cabe mencionar que el edificio se dividía en tres, secundaria, preparatoria y Universidad (esta última había iniciado hace poco con cuatro carreras disponibles).

El camino que te guiaba a la puerta principal tenía en ambos costados amplias jardineras con pequeños arboles podados en forma esférica y plantas de colores rojos y verdes amarillentos.

Hoffman se encontraba un poco en apuros debido a la mínima sospecha que pudieran hacer las autoridades o en la administración de su estado actual, sabía que estaría en problemas y problemas era lo que menos quería lidiar con su padre.

Al tener que entrar en administración para recoger papeles con las materias asignadas y sus horarios, decidió hacer una parada en los baños para refrescarse la cara y colocarse gotas para la irritación en los ojos; se vio en el espejo por última vez para asegurarse que no había sospecha de su estado y una vez confiado emprendió su camino.

Ráfagas de Un Invierno NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora