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Llegó a casa de Erwin, no iba a regresar a su hogar ese día.

No podía dejar de pensar en la risa de aquella mujer.

Paso la noche en el la habitación de invitados del rubio.

No podía dormir.

Al otro día llego a casa, Eren lo recibió con abrazos y besos en el rostro.

No le quería contar lo que hizo, solo quería verlo feliz.

A la noche le dio un té con relajantes musculares a Eren, así el castaño se durmió profundamente.

Fue a la cochera tomo una pala, una linterna y la botellita.

Fue a el nuevo automóvil que tenian, aunque Eren no quería otro.

Fruncio el ceño, de la guantera saco una foto y la miro con la linterna.

-Cariño... pronto estaremos de nuevo juntos...-le dijo a la fotografia de su hija.

Miro hacia el frente, comenzó a conducir, con dirección al cementerio.

Le iba a hacer una visita a su hija.

NUESTRO MARTIRIO (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora