7 años
El día en que Jeremías experimentó por primera vez el miedo fue una mañana de verano antes de ir a clases, él en sus cortos siete años de vida había visto solo una película de terror a escondidas gracias a sus primos mayores y no pudo pegar un ojo en toda la noche pero, esa mañana realmente experimentó lo que era el miedo. Como de costumbre su madre y él pasarían a casa del castaño para llevarlo a la escuela, cuando el auto se estacionó y bajó apresuradamente con sus pequeñas piernas y tocó varias veces el timbre pero, nadie salió en ningún momento.
Muy a su pesar tuvo que ir a la escuela, creía que tal vez Kai ya estaba esperándolo allí pero, nada fue así y su mejor amigo no apareció en todo el día solo logrando crear feos panoramas donde el despistado castaño caía en un enorme agujero y la tierra se lo tragaba-exagerando la situación-
No fue hasta las tres la tarde de ese día que pudo volver a respirar con normalidad.
-¡Dónde se supone que estabas!-le gritoneó al ojiazul una vez apareció en el umbral de su casa-
-Hola, Jeremías-dijo un sonriente Kai-
A los segundos el rizado lo había envuelto en un cálido abrazo. Su mejor amigo era un tonto.
🍭🍭🍭
Aquella tarde donde el sol brillaba en lo más alto del firmamento y las nubes cual algodón se movían lentamente ambos niños disfrutaban de un postre helado en el jardín del mayor –y más despistado- de los dos, sus tareas habían sido terminadas hace poco y decidieron que después de varias restas un pequeño refrigerio les vendría bien.
Esa tarde soleada fue cuando Kai le contó a su mejor amigo sus planes de unirse al equipo de futbol para las olimpiadas de la escuela.
-tienes que estar bromeado-el rizado le miró con incredulidad-
-claro que no-el ojiazul negó totalmente risueño-será muy divertido
-Kai te vas a lastimar mucho-Jeremías habló con preocupación-¿por qué no buscar otra cosa?
-yo puedo, no tienes que preocuparte-le aseguró el castaño-confía en mí ¿sí?
-Jeremías suspiró-bien
Un día después Jeremías acompañó a Kai para que hiciera las pruebas para el equipo y fue realmente de sorprenderse cuando los dos pies izquierdos del castaño se coordinaron por primera vez en sus siete años de vida, resultó ser que Kai era muy bueno en los deportes y con el tiempo probaría todos y cada uno de ellos.
-¡viste eso!-un eufórico ojiazul llegó corriendo hacia Jeremías-anoté un gol
-es increíble-asintió el rizado-sino lo veo no lo creo
-¿vendrás a los partidos?-cuestionó Kai, mirando atentamente a su mejor amigo-
-alguien debe cuidarte ¿no?-habló el de ojos marrones-vendré a todos y cada uno de ellos
-¡te dedicaré un gol!-prometió el mayor, por meses, de los dos-
-ugh...eso lo hacen los niños a las niñas, Kai-murmuró un sonrojado Jeremías-
-no importa, te dedicaré un gol-el ojiazul le sonrió y ese sentimiento cálido apareció-
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Lovely Kids
عاطفية-creí firmemente que después de los primeros dos años me odiarías y mira, llevas catorce años aguantándome -lo hacía-bromeó el de gafas-pero algo me hacía quedarme allí a pesar de todo -quiero que estemos juntos por siempre-declaró el mayor, voltea...