XV: Cita inesperada y nuevos caminos

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18 años

Cuando el castaño llegó a casa de su mejor amigo con tres películas de terror y una mochila llenas de latas de soda y dulces para una noche de chicos no esperó encontrarse con aquella escena. Su pequeño genio estaba sentando en el jardín de bellas flores de la señora Taylor, llevaba una camiseta blanca junto con unos pantalones rojos de tirantes negros, sus rizos ahora eran finos y lacios cabellos azabaches y no portaba sus usuales gafas; Kai sabía que eso era obra de la prima mayor de su amigo y él realmente no sabía si agradecerle por sacar a relucir la belleza natural de Jeremías u odiarla por hacer que media preparatoria haya babeado por él en sus partidos de basket. Sin embargo, obviando ese hecho lo que llamó la atención del ojiazul fue la mirada apagada del menor, sus mejillas levemente rosas y el marcado puchero que las hacía abultar de esa forma tan adorable que lo mataba desde que tiene memoria.

-Jeremías no me había dicho que tenía un vecino tan guapo-bromeó en cuanto se detuvo frente a la reja blanca de la propiedad-

-tonto-el menor negó con la cabeza, volteando a verlo con una ligera sonrisa surcando sus labios-¿Qué haces aquí?

-tenía planes de una noche de chicos-mostró las películas en su mano y la mochila en su hombro-pero creo que tú ya tenías cosas que hacer ¿saldrás, gatito?

-no, ya no-Jeremías se encogió de hombros-vamos, pasa. Ya sabes que esta es tu casa

-¿puedo preguntar por qué estás tan apagado?-el mayor enarcó una ceja-

-no puedes-el de ojos marrones rió suavemente-no es nada

-dime gatito-Kai insistió, entrando al lindo jardín-

-iba a...tener una cita, o eso creo-Jeremías suspiró-quería probar salir con otras personas así como tú pero, el chico me canceló a última hora

-alto ahí-el ojiazul frunció el ceño-¿Con qué clase de idiota ibas a salir? ¿Quién cancelaría a una belleza como tú?

-¡Kai!-el menor chilló, cubriéndose el rostro con las palmas de las manos-

-nada de Kai-sermoneó el más alto-ese idiota merece que lo golpee hasta que te pida disculpas

-no seas exagerado-Jeremías puso los ojos en blanco-mejor vamos adentro, me quito esto...-señaló su vestuario-y vemos las películas

-nada de eso-el castaño dejó la mochila sobre el césped junto con las películas, agarró a su mejor amigo de la muñeca y lo jaló fuera de la casa-

-¿Qué haces, tonto?-cuestionó el azabache, frunciendo el ceño-

-no te has vestido tan guapo por gusto-explicó el ojiazul-te llevaré a un cita. La mejor que hayas tenido en tu vida

-Kai...-la voz del menor decayó en ese segundo y un fuerte rubor le cubrió las mejillas-eres un idiota...t-tú...no puedes hacer eso, eres mi mejor amigo

-¿en qué parte de nuestro contrato dice que por ser tu amigo no puedo tener una cita contigo?-el mayor ladeó la cabeza para verle, sin soltar su muñeca-

-¿qué contrato?-Jeremías negó con la cabeza-

-ese que me hiciste firmar cuando teníamos seis. Escribiste en un papel con marcador morado las reglas de nuestra amistad ¿recuerdas?

-ugh...era solo un niño-se excusó el azabache-

-pues allí no hay nada sobre citas. Las únicas reglas que hay son: Prohibido correr por las escaleras, prohibido ir a cualquier parte sin Jeremías, prohibido manipular cosas puntiagudas sin permiso, prohibido jugar en lugares abiertos donde puedas lastimarte y, luego con rojo y en mayúsculas escribiste: No olvides que no puedes ir a ningún lado sin Jeremías. No me creo que Lottie te haya ayudado a escribir eso

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