Capítulo 4.

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Seguíamos buscando a Will.

—¡Will!.—gritaba Dustin.
—¡William!.—grité.
—¡Will!.—gritó Max.

Vi a Joyce acercarse a nosotros, y enseguida Dustin y yo fuimos hacía ella.

—¡Wendy, Dustin!.—exclamó Joyce.—¿Y Will?.
—No lo sabemos.
—Lo estamos buscando.

Apareció Mike, corriendo, y miró a Joyce preocupado.

—Lo he encontrado...

Lo seguimos corriendo, hasta llegar a la parte delantera de la escuela donde se encontraba Lucas y Will de pie con los ojos cerrados.  

—Lo encontré así, no sé que le pasa.—dijo Lucas.

Nos pusimos a su alrededor, mientras Joyce intentaba despertar a Will.

—¡Will, despierta! ¡Will, cariño!.

Ella le sacudía por los hombros, pero Will no respondía. Todos estábamos mirando la escena preocupados.

Joder, Will, reacciona...

Will abrió los ojos de repente.

Will y Joyce se iban, mientras, Mike, Dustin, Lucas, Max y yo los veíamos como idiotas.

—Ha sido flipante... ¿No pensáis lo mismo?.—habló Max.

La miré. Pero en cuanto me miró, aparté la mirada nerviosa.

¿Qué me pasa?.

—¿Qué le pasará?.—preguntó Dustin.
—¿Será la visión verdadera?.—preguntó Lucas.
—¿Qué?.—cuestionó Max.
—Nada.

Mike solo miraba preocupado.

—Chicos, ir a casa, dejar a Will descansar. Mañana lo veremos bien.—hablé.

Todos menos Mike me miraron y asintieron, y empezaron a caminar hacía sus bicis.

—Adiós, Wendy.—se despidió Max yéndose con su skate.
—Adiós.—me despedí sonriendo.

Mike seguía quieto mirando a la nada pensando en todo.

—Mike...—le miré.
—Estoy preocupado, Wendy.
—Yo también, pero Joyce sabrá que hacer, siempre sabe que hacer.
—Pero...
—Hay que confíar en su madre.

Asintió.

Fuimos a las bicis, Dustin y Lucas ya se habían ido. Así que acompañé a Mike a su casa.

—Wendy.—me llamó Mike al parar en su puerta.
—¿Sí?.
—Tengo el nuevo Zelda...
—¿Insinuas...?.—me interrumpió.
—¿Fiesta de pijamas? Me quiero desconectar un poco.

Lo necesita.

—¡Claro! ¿Tu madre quiere?.
—Claro que sí, le caes genial. Hemos hecho tantas que está acostumbrada.—sonrió.

Sonreí.

Aparcamos las bicis, y entramos a su casa, encontrándonos a Nancy, Karen y Holly comiendo. Ted estaba durmiendo en el sillón.

—¿¡Qué son estas horas de llegar, Mike?!.—Karen nos miró.—Oh, hola Wendy.
—Hola, señorita Wheeler...—hablé.—Mike ha tardado en venir porque hemos tenido un problema con Will, vino su madre y se descontroló un poco.
—Lo siento.—habló Mike.
—En ese caso no pasa nada...

Mike suspiró aliviado.

—Wendy cariño, ¿te quedas a comer?.—preguntó Karen mientras Mike se sentaba.
—Hoy se quedará a dormir, ¿no pasa nada, no?.—le dijo Mike.
—No, claro que no.
—Gracias.—sonreí.

Me senté al lado de Mike.

—¡Hola!.—me saludó Holly.
—Hola, Holly.—sonreí.

Mike y yo empezamos a comer, ya que los demás estaban acabando.

Nancy ni se ha inmutado desde que llegué, ¿será porque mi hermano rompió con ella?.

—Hace unos pocos días creí haberla oído decir Mike por el walkman.—me contaba Mike.—No sé, creo que esto ya es de locos.

Estábamos en el sótano, hablando, como se nos ha hecho costumbre.

—¿Y si de verdad fué ella quién lo hizo?.—cuestioné.
—No es posible.
—¿Y si... Te oye pero no puede hablarte? Ella podía comunicarse con personas o no sé como va eso, ¿y si todo lo que le has dicho lo ha escuchado?.
—¿Los 353 días?.
—Sí.
—No sé...

Miró el suelo, como recordando algo.

—¿Sabes?.—habló y me miró.

Le miré.

—Buscando a dart, estuve con Max...
—¿En se...?.—me interrumpió.
—Nos encontramos, ya está. El caso es que ella estaba montando en el skate, y sin más se cayó para atrás, como si la hubieran empujado.
—¿Y...?.
—Ella me dijo que parecía que una especie de imán la derribó. Pero descartó la idea.

Qué.

—¿Dices que eleven podría haber hecho eso?. Si que es pinche celosa.—dije.

Frunció el ceño.

—¡Estuvo en la escuela y ni la vi, Wendy!.—exclamó.
—¿De verdad piensas eso?.
—No sé...

Se frotó el pelo, queriendo aclarar sus ideas.

—La verás, si hoy has estado cerca. Ya verás como alomejor dentro de un mes la besas.—dije divertida.

Me miró sonrojado.

—¿Y tú ya aceptas que te gusta Dustin?.—preguntó.
—¡Que no me gusta!.—le tiré un cojín a la cara.

Rió.

Bueno, hace tiempo que no se ríe, punto para mí.

Lo apodé niño darks y me tiró media napolitana a la cara.

—Vamos, hace unos meses siempre me hablabas de él...—dijo Mike.
—Sí...—confesé.—Hasta que conocí a Maxine.
—¿Qué?.

Joder, no puede ser. No, todo menos esto.

—Mike...—se me escapó una lágrima.—Me gusta Max.

Pero a la vez me gustan los chicos.

—No, olvídalo, no te he dicho nada.—me sequé los ojos.
—Wendy, no pasaría nada ser lesbiana.—me dijo Mike.
—Ese es el caso, no soy lesbiana.
—Pero te gusta una chica...
—También los chicos.

Asintió, entendiendo.

¿Por qué soy así? Desde pequeña me decían que iba a acabar bollera y mírame.

—Soy rara y diferente.—susurré.
—Hey.—Mike me abrazó.—Siempre has sido rara...

Reímos.

—Pero no eres diferente.

Lo abracé.






























💚💚💚💚💚💚

GIRLY ━━ stranger things ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora