-Cofre de Plata-

596 66 3
                                    

Previamente en Beloved:

La cena no tuvo inconvenientes y los Reyes disfrutaron de quienes los rodeaban. Los tres nuevos fueron dados a conocer ante toda el estudiantado y profesorado. Kouki conoció a algunos de los miembros de su fraternidad.

Ahora, un nuevo día iniciaba...

Kouki abrió los ojos de golpe. Sudaba y jadeaba. Miró todo a su alrededor y frotó uno de sus ojos al notar todo borroso. Bostezó y estiró su cuerpo. Ese sueño no le había ayudado mucho, por la noche.

Se levantó y rascó su entrepierna mientra se dirigía al baño para poder asearse. Ese día comenzaría clases y no estaba dispuesto a llegar tarde.

Se cepilló, bañó, peinó y perfumó. Salió del baño y se encontró con una pequeña pero linda maleta, un par de libretas, plumillas, lápices y demás cosas que normalmente se necesitaban en las clases. Junto a todo eso, había una nota, la cual leyó:

Para tú primer día de clases.

F.K

Estaba tan agradecido con quien fuera ese tal "F.K". Sabía lo que necesitaba y se lo entregaba justo antes.

Lo sacaba de apuros.

Fué entonces que se dió cuenta de algo más. En la mesita junto a su cama, había un cofre. Un cofre de plata. Se acercó y lo tomó en manos, tenía un extraño pero bonito grabado a su alrededor. Lo hubiese abierto si no fuera por que se le haría tarde y no llegaría a tiempo.

Luego lo revisaría con más calmita.

Vistió su uniforme y guardó lo que necesitaría, en la maleta. Bajó por el ascensor y sonrió cuando salió.

-...Furihata-Kun...—El castaño dió un respingo al notar su presencia a un lado—...Buenos días, Furihata-Kun.

-...Por Dios, Kuroko...Buenos días...—Una gota de sudor bajó por su frente—...¿Sabes? Algún día vas a matarme del susto.

-...No lo creo, Furihata-Kun...—Negó el pequeño can—...Debemos apresurarnos o no alcanzaremos a desayunar...—Le dijo.

El estómago de Kouki rugió e hizo apenar a su dueño. Kuroko rió un poco y apresuraron su paso para llegar al comedor de su fraternidad. Ambos pidieron su comida y se sentaron en la primera mesa vacía que encontraron.

-...Veo que Kagami-Kun si me hizo caso...—Mencionó el castaño, viendo las peludas orejas del peli-celeste, quien se sonrojó ante aquello.

-...Kagami-Kun es alguien que cumple, Furihata-Kun...—Murmuró apenado. Ahora que vivía con el estadounidense, el panorama era muy diferente. Todo lo hacían como pareja.

-...Me alegra que sea así...—Sonrió y dió un gran mordisco a su pan tostado.

Kuroko rió y continuaron comiendo. Cuando terminaron, caminaron con calma al salón en donde sería su primera clase.

-...Hay demasiada gente...—Se quejó el pequeño, mientras caminaban entre los miles de estudiantes de las demás fraternidades.

-...Ah...Es cierto...¿Y Kagami-Kun? —Enarcó una ceja. Un hombre como ese no era capaz de dejar a su pareja sola ¿O sí?

-...Ah, lo dejé en la habitación...Estaba durmiendo muy a gusto...—Sonrió levemente.

-...¡Kooooooooukichiiiiiii! —Las orejas del castaño se agacharon una gota de sudor bajó por su frente al oír la voz del rubio, quien no demoró en lanzársele encima para abrazarlo con efusividad—...¡Buenos días, Koukicchi! ¡Buenos días, Kurokocchi! —Saludó al peli-celeste.

~Beloved~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora