~Capitulo 3~

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No pz ia saben disfruten la canción :3

Cansado, sin fuerza alguna, así se encontraba el pobre peliverde después de lo sucedido con el semi-albino, este se encontraba con su piel muy pálida, tenía unas bolsas debajo de sus ojos, prácticamente parecía muerto, pero no podía permitir que a...

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Cansado, sin fuerza alguna, así se encontraba el pobre peliverde después de lo sucedido con el semi-albino, este se encontraba con su piel muy pálida, tenía unas bolsas debajo de sus ojos, prácticamente parecía muerto, pero no podía permitir que alguien le pudiese ver en ese estado. Las clases ya iban a dar su comienzo, y el rizado lo único que pudo realizar fue levantar el cuello de su camisa para que nadie pudiese mirar las marcas que el joven de cabellos bicolor le había regalado. Este se sentía muy atareado, mareado e inclusive tenía un poco de náuseas, pero no quería mostrarse débil, ni mucho menos quería demostrar su vulnerabilidad. Decidido entro al aula, pero al momento de pisar este, sus frágiles piernas no lograron sostener su peso, cayendo al piso y segundos después quedar inconsciente.
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Sus ojos de abrieron, siendo cegados por una potente luz de color blanca. El de mejillas pecosas se recostó con las pocas fuerzas que tenía, pero al mirar a su alrededor, se encontró con el culpable de su debilidad, este le miraba con un gesto impasible, pero también se podía notar una sonrisa que en cualquier momento podría explotar en carcajadas.

-No puedo creer que no hallas podido con una simple mordida- soltó el joven de cabellos bicolor en tono burlón mientras se sentaba en unos sillones que se encontraban en la sala.

-Callate- fue lo único que su garganta pudo articular, el peliverde no podía ver con claridad, su vista se nublaba y habian varias probabilidades de que pudiese volver a caer inconsciente.

-Es bastante patético ¿Sabes?, Pero no te puedo juzgar, ya que solo eres un pequeño joven, pero de igual manera no era para tanto- hablo nuevamente el de la cicatriz mientras pasaba su áspera lengua por sus colmillos y parte de su labio inferior.

-Es que acaso piensas que tengo sangre infinita o que- soltó en un tono molesto y su ceño estaba levemente fruncido.

-Hum pues eso nunca me ha importado en realidad, pero ahora que ya probé de tu dulce y deliciosa sangre puedo hacerlo cuantas veces quiera, en pocas palabras eres de mi propiedad, tú serás el que me alimentará de ahora en adelante- artículo con autoridad el joven más alto.

-Estas loco si piensas que dejaré que me vuelvas a tocar- hablo un poco ronco y cansado el pequeño pecoso mientras se levantaba de la camilla en la que se encontraba decidido a salir de ese lugar.

Shōto tomo por las muñecas al más bajo, posandolo contra la pared con fuerza.

-Escuchame bien humano insignificante... Quieras o no ya me perteneces, eres solo mío ¿Comprendes? Tu sangre me pertenece, todo tu ser y cuerpo me pertenece, no tienes escapatoria- musitó cerca del oído del menor, lamiendo este mientras bajaba de su mejilla hasta su cuello para después aflojar un poco la corbata de este y abrir unos cuantos botones de la blanca camisa que portaba, la bajo un poco dejando a la vista la piel tersa y blanca de su hombro Izquierdo. Este acercó sus afiliados colmillos a la zona, apretando la piel hasta perforarla totalmente, succionando ese líquido rojo y vital para el contrario.

Tu Me PertenecesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora