ATREVIDOS

⑮ - Epílogo

Si alguien que lee éste capítulo en especial y estudia derecho, lo siento si alguna información no tiene coherencia pero no sé mucho de eso xD

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Izzy se mordía las uñas impacientemente, mientras que Jace movía una pierna rápidamente; ambos estando sentados en los sillones de la sala de su casa.

Sus papás no estaban, los habían dejado diciéndoles simplemente que habían encontrado a Alec y debían de ir a recogerlo para hacer los trámites que tenían en mente.

La idea de Alec de esperar su mayoría de edad, había dado frutos, pero sus padres querían mover todo con tal de que hiciera lo que ellos querían.

Era cosa de esperar alguna noticia.

En uno de los cercanos aeropuertos de Nueva York, Alec Lightwood, bajaba con una mochila en mano, recibido por Ragnor Fell.

El último lugar en el que había estado había sido Denver, había sido un vuelo de tres horas; sin embargo, había sido largo por el hecho de que iba solo.

El plan tenía que ser así.

Se habían aguantado dos días más después del cumpleaños del menor, para tener todos los documentos listos, por precaución y... Por el sexo.

Un día más de sexo, no estaba de sobra.

– ¿A dónde iremos ahorita Ragnor? – Preguntó un tanto nervioso.

Extrañaba con creces a sus hermanos y a su mejor amiga, era un hecho que quería verlos o simplemente llamarlos, pero tampoco se iba a arriesgar.

Magnus le había dicho que confiara en él y en Ragnor, que no se preocupara por nada, pero aun así, lo estaba.

Tenía miedo de ser separado de su Magnus.

– Las cámaras del aeropuerto ya te captaron, así que antes de que tus padres nos intercepten, iremos a mi casa.

Subieron a un coche blanco y el ojiverde arrancó.

– Gracias por toda la ayuda. – Le dijo Alec con gran sinceridad.

– Gracias a ti, hacía mucho que no me divertía con un caso, aparte que has hecho a mi amigo feliz y lleno de amor... Brilla más. – Dijo con una sonrisa.

– Desde que lo conocí siempre se vio así. – Recordando que le había visto el trasero la primera vez que lo conoció.

– Mm... Aparentaba ser así, me refiero a que siempre ha sido amable y justo, pero feliz como tal, no... Siempre andaba diciendo que el amor ya no era para él y menos por la edad que tiene.

El menor frunció el ceño. A él no le importaba su edad, simplemente era perfecto.

– A mí me encanta como es, me ha hecho cambiar... Él es para mí.

– Y tú eres para él, nos encargaremos que así sea permanente. – Ambos sonrieron.

Alec solo eso quería, compañía del hombre que amaba, no era fácil de obtener, pero no solo Magnus daría batalla si se complicaban las cosas, sino que Ragnor haría la guerra con tal de ver a su amigo de vida, con el amor de su vida.

Después de unos minutos del aeropuerto a la casa del ojiverde en Brooklyn, Alec se relajó, colocó su maleta con alguna ropa que había comprado así como recuerdos que trajo para sus hermanos y Clary.

No había podido hablar con ellos en ningún momento, pero vaya que quería saber qué habían hecho en toda esa semana, pero aun así, esperó.

Después de unas horas, Ragnor se había ido, diciéndole que lo que necesitara le marcara, le dio un celular viejito que no era más que para las llamadas; ya que, el hombre tenía que ir a arreglar cosas con Magnus.