La furia que sintió al ver a Oslo herido, al ver como les disparaban a sus compañeros, y la adrenalina se fueron rápidamente de su sistema, desvaneciéndose en sus venas, dejándola como lo hacía la sangre, entonces sintiéndose sin fuerzas para siquiera intentar pararse, incluso cuando escuchó que la llamaban.
-Samara...-Escuchó la desesperada voz de Berlín al ver la sangre, y tomar su rostro entre sus manos, entonces los ojos azules logrando enfocarse en el a través del dolor que los nublaba en su mirada asustada.
-Estoy bien, bien.-Murmuró tratando de calmarlo, sin lograr que su voz se alzara más alla de un hilo de voz.-Ha dado en el brazo, estoy bien. No es nada grave.
-Te dije que te quedarás atrás, no vuelvas a asustarme así...-Soltó al abrazarla contra su pecho, y ella alzó su mano sana, aferrándose a su abrazo y su ropa, respirando en su cuello y cerrando los ojos, encontrando un poco de calma para los acelerados latidos de su corazón, entonces tomándola en brazos, sin importarle mancharse el traje o nada más, llevándola a la habitación del teléfono mientras los demás, agotados y con las fuerzas hechas polvos también se dirigían ahí.
-¿Estas bien?.-Preguntó Denver al ver la sangre acercándose a la mesa, y marcando el número del profesor, Berlín sentandola en el sofá con delicadeza.
-Estoy bien.-Respondió Samara, y Nairobi se acercó luego de ir a buscar el kit médico nerviosamente, Berlín ayudandole a quitarle la parte de encima del traje, alzandole la remera para ver la herida que continuaba sangrando.
-Irónico que tenga que curar a la enfermera, ¿No?.-Preguntó Nairobi en un intento de sonreír, y Samara rio en voz baja, deteniéndose cuando una nueva punzada de dolor apareció.
-¿Por que coño no has avisado?, ¿Por que?.-Furiosamente preguntó Denver al teléfono en cuanto el profesor contestó, la misma que furia que sentían todos.-¿Donde cojones estabas?, ¿Donde cojones estabas?.-Siguió preguntando, al no encontrar respuesta dejando en altavoz y con brusquedad el teléfono sobre la mesa.
-Hombre herido, hombre herido.-Avisó Helsinki al entrar con Oslo en los brazos, sentandolo en el sofá junto a Samara, quien miró tristemente, y con los ojos cristalizados las vendas en su cabeza que Helsinki le puso, y que no podrían curar el daño.
-¿Que ha pasado?.-Escucharon al profesor.
-Pasa que los rehenes han herido a Oslo, y la policía le ha disparado a Samara.-Se escuchó la fríamente furiosa voz de Berlín al responder, dando un golpe sobre la madera de la mesa que hizo temblar a la pelinegra al pararse.
-Rehenes, fuga, golpe muy fuerte, traumatismo.-Las apresuradas palabras salieron de la boca de Helsinki.-Samara.-La llamó.
-Yo lo veo, Helsinki, Samara esta herida también.-Berlin murmuró apenas al acercarse, viendo la sangre en las vendas, revisando los ojos de Oslo que al abrirlos lo reaccionaron en lo más mínimo, al ver las lágrimas en los ojos de Samara entendiendo lo que significaba.
-Denver, ¿Que rehén hizo la fuga?, ¿Que rehén hizo la fuga?.-Preguntó Helsinki con la ira filtrándose en su voz, y Denver lo miró con el corazón encogido.
-Arturo lo dijo, pero, pero no llegue a tiempo.
-Helsinki, Helsinki...-Lo llamó Berlín, atrayendo su mirada.-Oslo esta mal. Esta muy malherido, Helsinki.
-No, no, malherido, no.
-Helsinki, opusti se, ja cu se pobrinuti za Oslo.-Le dijo Samara en un tono tranquilizador, poniendo una mano en su brazo, no queriendo jugar con los nervios de Helsinki cuando era obvio que no se encontraba bien.
-Tu no cuidarás de nadie estando herida.-Soltó Berlín al mirarla seriamente, y es que no dejaría que se hiciera más daño.
-Solo necesitar descansar, y medicamentos, y estará bien.-Siguió diciendo Helsinki.-Hora de medicina, hora de medicina.
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Play with fire. [La Casa de Papel].
FanfictionUna regla, solo una regla fue la que el profesor le había pedido respetar, una y nada más, parecía sencillo, parecía fácil. "No te acerques a Berlín". Sin embargo, ¿Cómo podría haberse resistido a su mirada?, estaba pérdida desde el momento en el qu...