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-Menos mal que tenían vendas en esa tienda- Nath rodeaba con aquella tira la mano de su acompañante.

Soltó un pequeño quejido desviando la mirada.

-No tienes que hacer esto- suspiró mirándolo.

-Soy tu nueva niñera, ¿Recuerdas?- sonrió levemente- Listo- dijo al terminar de vendarlo.

-Ni siquiera me conoces- sobó su cuello algo cansado.

-Eres el hermano de mi mejor amiga, así que, es suficiente como para que tenga que estar al pendiente de ti en caso de que vuelvas a golpear otro árbol- bromeó- Podemos ser amigos, si quieres.

Luka se acomodó en la banca, mirando al frente.

-Te escuchas tan seguro- talló sus ojos.

Aunque por dentro, Nath intentaba no gritar como una loca al estar cerca del chico que le gustaba.

Nunca había dado señales de ser gay. Pero, tampoco había tenido mucha compañía, además de Juleka, que analizará algo como eso en alguien como Nath. Simplemente se ocultaba entre la gente, intentaba no llamar la atención mientras esperaba el momento de comenzar desde cero.

Pero, tal vez a Luka no le gustaría estar con alguien inseguro.

No, tal vez Luka ni siquiera saldría con alguien como él.

Sin embargo, si había una forma de estar cerca de él, la aprovecharía al máximo.

Sin embargo, si había una forma de estar cerca de él, la aprovecharía al máximo

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Desde que era pequeño vivía en mi propio mundo.

Mis padres se habían divorciado, y al ser hijo único no hubo mucha oportunidad para mi padre de poder tener la custodia de uno, además de que su deplorable situación hizo que el juez se negara rotundamente a siquiera dejar que tuviera el mínimo contacto conmigo.

Así que, ahora vivía con mi madre.

Y agradezco a Dios que ella se quedó conmigo, pues los niños en el barrio solían ser algo... malos.

-He escuchado que su padre es una bruja- se solían colocar en pequeños grupos minimalistas fuera de mi casa-, se la pasa hablando en un idioma raro, seguro que esta practicando sus embrujos.

-Eso da miedo...

-Y miren, en la ventana, siempre esta ese niño- me señaló mientras yo los miraba desde mi habitación con mi libreta sobre mis piernas- Seguro da más miedo si lo ver por la noche.

Se fueron corriendo entre risas y burlas inmaduras.

Sabía a que se referían cuando decían aquello de mi madre. Ella solía hablar por teléfono con mis tíos o nos abuelos que se había quedado en Alemania.

Por razones que yo desconocía en aquel momento, habíamos venido a París. Probablemente se trataba del trabajo de mamá, pero en el fondo sabía que se había motivado más a venir hasta acá con tal de mantenernos lo más alejados de el pasado.
Habia sido una etapa muy difícil para ella. Después de mandar todo a la mierda y mudarnos a una ciudad en la que ni siquiera hablábamos bien el idioma.

Mess || Luka x NathanielDonde viven las historias. Descúbrelo ahora