011

756 92 16
                                    

Miro a Malcom y podía sentir como me faltaba el oxígeno. Era tan intensa su mirada, que todo el alcohol filtrado en mi sistema hacia efecto.

Quería besarlo.

Sentía una enorme sensación, un impulso, la adrenalina de querer agarrar su rostro y capturar sus labios con los míos. No me importa Harriet, Claire, Kansas, nadie. Pero.. ¿Y si él me rechazaba? ¿Y si no quería nada conmigo? No podía dejar de sentir ese miedo, que él me rechace no me haría bien.

Pero es que nunca me paso sentir algo así. Nunca tuve ese miedo a ser rechazado, siempre iba en la mía, sin importar nada. Con Harriet era así, no importa si me rechazaba, si me alejara, siempre hacia lo posible para estar cerca de ella sin importar nada.

Pero Malcom me producía otras clases de emociones, cosas nuevas y sorprendentes. Experiencias nuevas. Y me llegaba a sorprender que con solo decir mi nombre, toda mi piel se erizara.

—¡Chicos!—Chase nos abraza por atrás, podía olfatear cierto alcohol que desprendía de él—¿Qué hacen acá? La fiesta está buenísima, pero yo me estoy escapando de Jamie... no le digan a nadie, Shhhh...—Camina unos pasos hasta quedar en frente de nosotros. Miro a Malcom de reojo y descubro que él también me esta mirando, lo que me saca una sonrisa—¿Se estaban por besar amiguitos?— Pregunta Timberg con voz seductora. Yo lo miro con los ojos bien abiertos— Creo que tome un poquitin de más y no se que digo la verdad.

—¿Por qué no vas a buscar a alguna universitaria con la cuál pasar la noche, Timberg?—Ofrezco, al ver que se quería sentar a nuestro lado.

—Estuve hablando con unas cuantas, pero por alguna razón se iban al rato que yo llegaba.

Escuchamos que un chico llama a Chase por su apellido, era Monroe, otro jugador de los Jaguars. El número 16 se aleja, dejando un silencio entre nosotros dos.

¿Qué decimos ahora? ¿Qué hacemos?

Me levanto, teniendo una idea de que podíamos hacer. El me mira con incertidumbre, levantándose también.

—¿A dónde vas?

—A dónde vamos querrás decir— Corrijo, dejándolo confundido— Vamonos de acá, para que podamos estar solos un rato.

—Claro, ¿pero a dónde?—Pregunta mientras caminamos hacia mi auto, que había estacionado cerca de la casa.

—¿Siempre quieres saberlo todo, Beasley?—Alzo una cena en su dirección. El asiente—Bueno, hoy no.

Yo solo sé, que no se nada—Cita a Sócrates, con una sonrisa.

Llegamos hasta mi auto y entramos, poniendo en marcha el motor. Posiblemente pasen horas hasta que se den cuenta que no estamos, pero no me importa.

Esta noche nada me importa, solo estar con Malcom.

Conduzco por las calles de Betland, sonando en la radio una canción de Coldplay, mi banda favorita. Malcom se iba mirando la ventana, y parecía esos modelos que salían en los videos musicales. El pelo levemente despeinado, mirando al horizonte, con ese aroma característico de él.

Muerdo mi labio, mirando al frente. Tenia que concentrarme o chocariamos.

—¿Qué canción de Coldplay te gusta más?—Pregunta de repente.

—Siendo tan fanático de la banca sería una ofensa que tenga una canción favorita; siendo amante de todas las bellas canciones que componen y cantan—Respondo, encogiendo mis hombros—¿Qué te gusta escuchar, tigre?

—De todo, empezando por Mozart, seguido de Bethoven, hasta llegar a Ed Sheeran.

—Tienes un gusto muy variado.

—Es lo que siempre escucho en mi Playlist de Spotify—Suena divertido, y cuando lo miro unos segundos, lo descubro sonriendo—De Coldplay sólo escuche un par de canciones, pero no los sigo, ni podría llamarlos como artistas favoritos.

—Te pierdes de lo que es bueno, Mozart.

Al llegar al auto cine, busco un lugar para poder estacionar el auto. habían muchísimos autos, el lugar era espacioso, un poco alejado de la ciudad. Había venido una vez con mi hermana, ya que ella me lo había enseñado.

Me gustaba ver películas, no era tan fanático como mis hermanas, pero solía verlas. Aunque suelo engancharme más con las series como The Walking Dead.

—¿Un auto cine?—Malcom me mira con una ceja alzada.

Yo asiento con una sonrisa, apagado el motor del auto.

—¿Te gustan las películas de terror?— Arqueo una ceja—Porque vamos a mirar una.

Que nadie lo sepaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora