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Salgo de los vestidores con Chase y Joe a mi lado. Faltaban minutos para que el entrenamiento comenzara y debíamos apurarnos, sino queríamos tener problemas con el Coach Shepard.

—¿Hoy no viene el nuevo?—Miro de reojo a Chase cuando pregunta eso—El de México, ¿era de ahí no?— Se lleva una mano a la barbilla pensando.

—No, es de Londres, Merton o algo así—Respondo, mientras tecleo algo en mi celular.

Ya no veía la hora de que llegue Sunshine, Jamie y mi harriet a ver el entrenamiento.

Pensar en eso me saca una sonrisa.

Dejo mis cosas en las gradas y busco mi botella de Gatorade. Tenia mucha sed, y necesitaba tomar algo antes de empezar a trotar por toda la cancha.

Al darme la vuelta puedo ver al europeo entrando junto a Bill Shepard. Ambos estaban hablando sobre algo, pero mi atención se centró en el número 27, como claramente decía su camiseta.

Tenía un aire a Newton pero mucho más joven.

Es que se lo podía notar por la forma en la que habla, se expresa y actúa. No sabia si me estaba convirtiendo en un acosador del chico, pero algo en él llamaba mi atención. No me malinterpreten, de una buena manera.

Cuando me iba a acercar a saludarlo y presentarme, el Coach corta mis intentos llamándonos a todos para entrenar. No era algo que no hubiéramos hecho antes, lo máximo que cambiaba eran los insultos de Bill hacia Timberg, o los intentos del número 16 por no estropearlo más o buscar una muerte segura y dolorosa.

Intentos fallidos, claramente.

Pero en todo el rato que empezamos a trotar y hacer ejercicios, no le pude quitar la mirada de encima al número 27. No se si es por su manera eficaz de hacer las cosas, la resistencia que posee, lo dedicado que es en cada movimiento o lo mucho que lo quiere matar Logan Mercury con la mirada.

Niego con la cabeza y sin quererlo, se me escapa una sonrisa de diversión.

En la hora del descanso, agarro mi fiel botella de Gatorade y aprovecho a acercarme al muchacho.

—Tu debes ser el europeo—Cuestiono, mientras me acerco a su lado—¿Qué tal están las chicas inglesas?—Interrogo, sacándome el casco, mostrandole una sonrisa jovial y ojos cordiales.

Llevo la botella a mis labios.

—Las nativas de tu país son más lindas.

—Bien dicho, tigre.

Sentía mucha curiosidad por saber más, pero Mercury interrumpió ese momento. Así que simplemente lo dejé para después, ya tendré bastante tiempo para conocer mejor al nuevo jaguar.

Que nadie lo sepaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora