002

1.6K 169 16
                                    

Sábado.

Día para salir con amigos, ir de fiesta, organizar salidas y programar eventos. O si sos como yo, terminar un trabajo para la clase de antropología. Si, estaba realizando esa carrera en la universidad, me faltaba muy poco para terminarla.

Dejo la música de mi celular encendida, mientras suena una canción de Coldplay. Busco los apuntes de la última clase y sigo trabajando en el ensayo, que lo debía entregar en, aproximadamente, dos días.

En mi computadora, se podían distinguir dos pestañas, la de YouTube y por otro lado Facebook. En la segunda red social, la utilizó de vez en cuando, para ver que suben mis amigos, algún que otra cosa sobre mis series favoritas, y famosos que llaman mi atención. Tampoco es que sea muy fanático de andar acosando personas vía Internet, pero si mantenerme al tanto de cosas, para no estar desactualizado.

Mi celular suena, informando que recibí un mensaje, tenia algunos del grupo de Jaguars y otro de Malcom. Ignoro a los chicos y abro directamente el del Beasley.

¿Salimos hoy? Quiero conocer Betland.》

No se porque, pero su mensaje me había sacado una sonrisa y ánimos de salir de mi casa. Sin ánimos de mentir, la verdad era que había planeado quedarme en casa, hasta que mis ganas dijeran lo contrario.

《Acepto.》

Mi ropa de salida era normal, un Jean negro, una remera negra con el logotipo de Coldplay, y unas zapatillas Adidas, bastante viejas. Llevaba puesta una campera de Jean, por si hacía frío más tarde.

La noche en Betland era estrellada, con Malcom salimos a caminar por las calles, hablando sobre curiosidades nuestras y la afición por el fútbol americano.

—¿Tenes ganas de jugar para un equipo profesional algún día?—Me pregunta, el chico de pelo castaño y ojos claros, mientras esconde sus manos en los bolsillos de su buzo.

—No lo sé, estudio la carrera de antropología y dirijo mi futuro en eso, así que no lo consideré.

—Pero si te sale una oportunidad... ¿aceptarias?

—Lo pensaría, aceptarlo es otra cosa.

Mientras pasamos por una plaza, en la esquina de la misma, pude ver un carro de hot dogs. Una mirada de ilusión y deseo cruzó por mi rostro, haciendo que Beasley mirara hacia donde lo estaba haciendo yo.

—¿Queres un Hot dog?—Asiento frenéticamente mientras camino hacia el puesto de comida— Es malo para la salud, Hamilton, tiene 280 de calorías y 25 mg de colesterol, puede ocasionar daños a largo pla..

—¿Me da un hot dog por favor?

Ignoro a Beasley y veo como el hombre me prepara un sabroso y exquisito hot dog que hará que mis pupilas gustativas bailen flamenco.

—El entrenador Shepard se enojara si sabe que estás dañando tu estómago con comida chatarra.

Observó al Europeo, que me ve con desaprobación mientras le pago al hombre y agarro mi comida. Avanzamos unos pasos y nos sentamos en una banca del parque.

—Eso puede afectar a tu organismo y ocasionar enfermedades, porque los productos con los que lo hacen son altamente...

—Cállate—Pongo una mano sobre su boca y él me mira mal—¿Alguna vez lo probaste?—Niega con la cabeza—
¿En que mundo vives, Beasley?

Corto un pedazo de mi Hot Dog y se lo paso. El lo observa con desconfianza, dudando si aceptar algo tan sencillo pero dañino. Ruedo los ojos y lo incito a comer.

—No morirás por probarlo, una niña ya te alcohólizo y seguis con vida, ¿qué es lo peor que puede pasar?

El rueda los ojos y le da una probada al hot dog, tomando su tiempo para saborearlo e ingerirlo.

Espero su reacción, pero el solo se queda callado y pensativo, pasando constantemente su lengua por los labios y mirándome con seriedad.

—Necesito otro de esos.

Sonrío con diversión y sucesivamente, le doy lo que queda de mi hot dog, para ir a buscar otro al puesto.

Que nadie lo sepaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora