Obsesion (Louis Tomlinson)

Capitulo 4

Recorrimos un largo camino hasta el centro. Me llevó hasta un restaurante caro. Era una manía nueva que mi padre había adquirido. Él decía que porqué negarte lujos si podías costearlos. Por mi parte, no era necesario, pero había decidido ser una niña buena para conseguir lo que me proponía. En otra ocasión hubiese llorado por un McDonalds.

-¿Tus gustos no han cambiado verdad?-preguntó mientras examinaba el menú, al tiempo que yo me ocupaba de recorrer el lugar con la mirada azorada. Era de verdad hermoso y elegante, y me extrañó que prácticamente estuviese vacío. Nunca en mi vida había tenido el placer de visitar un lugar así.

-Err…nop. Supongo…sigo odiando las verduras, en especial las zanahorias. Continuó amando las patatas fritas y prefiero una hamburguesa.-lo oí reírse.

-¿De verdad vendrías a uno de los restaurantes más caros de la cuidad para comer hamburguesas y patatas fritas?-cuestionó y yo solo asentí.- Está bien, lo que desees…-hizo una seña llamando al garzón y el tipo pareció reconocer a mi padre. Hizo una mueca rara ante mi petición y se retiró con la mirada gacha y una expresión divertida.-Ahora dime…¿a qué se debió tu llamado?

-Papá…sé que esto puede sonar totalmente loco pero juro que tengo mis razones…-lo vi observar su reloj y su movil. Parecía apresurado porque terminara, lo cual me molestó.

-¿Qué sucede? Solo dilo, cualquier cosa que quieras yo puedo dártela.-nuevamente su encantadora sonrisa habitó su rostro.

-Papá, quiero mudarme contigo…-murmuré y vi sus ojos abrirse en desmesura por la sorpresa. Escuché que se aclaraba la garganta y desvió el tema hasta que el tipo raro nos trajo la comida, interrumpiendo todo tipo de interacción, creo que mi padre lo agradeció ya que suspiró y buscó calmarse. Lo observé tomar el tenedor de plata y enterrarlo en la pasta que había pedido. No dijo nada, y yo mordí una de mis patatas.-Papá…-interrumpí su acción y él me miró.-Sé que es repentino pero de verdad no te lo pediría si de verdad no lo necesitara.-dije intentando retomar el tema.

-No entiendo. ¿Por qué dices que es necesario? ¿Está relacionado con que te hayas escapado de la escuela hoy?-se veía extrañamente preocupado.

-Sí…papá, me han pasado cosas muy feas allí, y no quiero volver a ese lugar.-Lo vi examinar mi camisa, asintió.-Los chicos ahí son muy crueles conmigo. Y juro que es cierto…-sentí mis ojos humedecerse ante los horrendos recuerdos.

-¿Qué te hicieron?-dejó de comer y me alentó para que comiera algo de lo que estaba frente a mí, pero no estaba de humor.

-No quiero hablar de eso…no ahora.-era humillante y doloroso.

-¿Y tu madre hizo algo al respecto?

-Sí, hablamos un par de veces con el director pero a nadie parece importarle. Por favor papá…

-¿Y tu madre y Xander? ¿No has pensado en lo que sería para ellos que tu dejaras la casa?-Lo extraño era que parecía muy sincero, parecía como si lo dijera de corazón, y no porque estuviera intentando persuadirme de forma implícita que abandonara la idea.

-Las cosas no están bien en casa tampoco…Xander es un pesado que me hace la vida imposible.

-¿Sigue rebelde?

-No…rebelde no es la palabra para definirlo, idiota está bien para mí.-Lo vi reírse.

-No serían hermanos sino se pelearan algo…

-Lo malo es que lo hacemos todo el tiempo y él me lastima…-tragué sonoramente y su mirada se volvió algo triste.-Y mamá…ella no me entiende, discutimos todo el tiempo y no creo que nada de esto sea bueno para nosotros.