° ACTUALIDAD °
Había pasado casi un mes. Una semana, bastó para que, Dalia y yo planearamos nuestra salida y también beneficio para que tuviera una gran cercanía conmigo.
-¿Estás seguro que nadie lo sabrá?
-Probablemente no, pero te protegeré desde la muerte. Junté sus manos tibias con las mías.
Después de todo el cambio que Dalia pasó, volvió a ser la misma chica que conocí. Al principio era tímida e introvertida, de ahí pasó a ser una persona muy extrovertida. Se llevó con todo el mundo y hacía lo que cualquier hombre le pidiera. Una excepción de mí hace unos meses atrás.
-¿Será el viernes por la noche? - hizo la pregunta con un tono de voz bajo. No contesté con palabras, si no con movimientos de cabeza. De arriba a abajo consecutivamente.
-Espero que no me falles Daniel.- sonrió. Seguía igual de hermosa que siempre.
-No lo haré, mi amor.- Mis brazos la tomaron en su bien marcada cintura. Ella envolvió sus brazos en mi cuello. Se espera que este momento desde que la recoja en su casa para después traer aquí.
Nuestros labios estaban en un roce sensacional. ¿Debía ser yo quien la besara o tal vez ella? La pequeña distancia que había se rompió. Dalia comenzó a besarme suavemente.
-¿Te quedarás conmigo después de salir? Sabía la respuesta. Ambos lo sabíamos.
-Sabes que no puedo.- tomé un mechón de cabello y lo enredé en mi dedo índice. -Pero puedo visitarte todos los días.- solté lo que tenía en mi dedo para separar un poco de su cara y así tener una mejor vista de su hermosa cara. Esa piel blanca que pude ver y tocar en muchas ocasiones.
-Quiero ser la única.- delicadas caricias fueron trazadas en mi rostro, en mi mejilla para ser más precisos.
-Siempre ha sido la única.- Tomé sus dos manos. Aproveché para darle un pequeño beso en su frente.
Me miró unos segundos. Hizo un recorrido por todo mi rostro hasta que volvió a toparse con mis ojos. Una vez más me regalo una de sus bellas sonrisas con sus apetecibles labios pasión. Pasa su mano para peinar un poco mi cabello, luego uní sus labios con los míos. Caí en ellos de nuevo.
-Tengo que ir a preparar unas cosas.- fue yo quien interrumpió aquella escena. Necesitaba empacar algunas cosas para cuando sacara a dalia. No iba a fallarle. No me importaba si me refería a las tumbas, yo la sacaría sana y la salva de ese lugar de miseria.
-Yo debo arreglar las cosas para el viernes.- acomodó su cabello tras su oreja.
Salí de la habitación.
Cayó la noche. Dejé las últimas cosas en mi auto. Ha llegado la hora de dormir, por lo que comencé a dirigirme a la habitación 7E .
-¿Ha terminado todo? Abrí la puerta de la habitación para introducir en ella.
-Digamos que sí.- cerró la maleta. Caminó al pequeño sofá que tenía y se sentó. Me senté a su lado.
-¿En donde estuviste todo el tiempo?
-Te dije que empacaría algunas cosas.- Tomé el control de la televisión para poder encenderla
-Daniel, creo que ya es tiempo.- habló minutos después
Ni una sola palabra salió de mí ya que Dalia no me lo permitió. En un parpadeo ella estaba sentada en mis piernas mientras sus labios tocaron los míos. Sus manos en mi cabello y las mías puestas en su cintura. Sensacional.
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Solo yo
Teen FictionY al abrir la puerta la vi. Tan linda como siempre. Con esa sonrisa que me encantaba, con esa mirada de una niña inocente, con su cabello ondulado que una parte caía por sus pequeños hombros y el resto por su fina espalda. Era perfecta. Demasiado. E...