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Estaba de camino a la estación del tren junto con mis padres. Los papeles estaban listos en ambas escuelas, debía terminar como sea los estudios. Según la empresa, me quedaría con otros chicos allá. Mi madre me compró una chaqueta cara, bastante, para que al llegar no me miraran de una forma extraña, e iba puesta con ella. La amo, de verdad.

Tenía miedo, claro que sí. Seúl es una ciudad muy grande comparada con Daegu y estaría solo, mis padres irían cuando pudieran a visitarme, por mientras, estaría casi como en una aventura. De todos los que audicionamos, sólo yo fui aceptado y joder, que bien se sentía.

— Llegamos —mi padre me sacó de mis pensamientos y bajé del auto. Sacó mi maleta y yo saqué la otra. Caminamos hacia la estación para esperar el tren.

Nos quedamos parados en un lugar mirando los mapas que habían para sacar uno —idea de mi madre— de Seúl y no perderme tanto. De la nada, sentí que alguien me abrazaba por la cintura. Me giré un poco para poder ver bien y era Byul, Sonreí.

— Si viniste —dije un poco emocionado, obviamente estaba ocultándolo.

— Claro, aproveché que mis padres decidieron dar una vuelta por aquí.

— ¿Quién es ella, hijo? —mi madre preguntó cuando se dio cuenta que estaba hablando con una chica.

— Es _______, pero le dicen Byul —se supone que era mi amiga, ¿no?

— Oh, un gusto conocerte —mi mamá saludó amablemente y luego mi padre que estaba escuchando.

— Un gusto también —respondió Byul.

— ¿Eres de aquí? —preferimos ir a sentarnos en dos bancas que estaban justo frente a la otra.

— No, soy de Seúl —se hablaban animadamente, mi padre y yo decidimos no intervenir en su conversación.

Pasaron algunos minutos y mis padres dijeron que nos dejarían solos un rato, para despedirse como se debía.

— Tu madre es agradable —dijo feliz.

— Lo es... Gracias por venir —Sonreí.

— De nada, supongo. No podía no hacerlo... —se quedó callada pocos segundos—. Te voy a extrañar, ¿tú lo harás?

— No —bufó y me pegó de nuevo en el hombro—. Es broma, es broma. Sí lo haré.

— Si algún día vuelvo a Seúl, espero encontrarte aunque sea difícil. ¡Serás famoso! —me sonrojé un poco.

— No exageres... Aunque lo espero.

— Confío en que lo harás. Será genial tener un... Amigo famoso —hice una pequeña mueca al escuchar amigo.

— No quiero ser tu amigo famoso —me miró a los ojos—. Quiero ser algo más... —bajé la mirada por la vergüenza.

— ¿Algo más? ¿Es lo que creo que es? —no le respondí pero sí volví a besarla, era quizá como algo adictivo.

— No sé que tan difícil sea tener una relación a distancia... Pero quiero intentarlo contigo —ese brillo, ese brillo de nuevo en sus ojos, cuando algo le gustaba mucho.

— ¡Claro! —me abrazó. Correspondí pero algo lo interrumpió, fue un flash de lo que estoy seguro, una cámara o un celular. Nos separamos rápidamente y miramos hacia donde provenía la luz. Avergonzados ambos y mi madre sonriendo ampliamente junto con mi padre.

— Es la segunda ya —soltó. Estaba muy emocionada—. Se ven bien juntos. Es una lástima que deban separarse tan rápido —la vergüenza era cada vez mayor.

— Mamá, por favor —ella rió.

— Lo siento. Es que... Nunca te habíamos visto con una novia y me emociona que ella haya aguantado el increíble carácter que tienes —negué mirando el suelo.

— Fue un duro proceso —respondió Byul y señor. Ayuda.

No eras así ∆KTH∆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora