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Seguíamos llegando a la misma hora, pero esta vez no habían buenos días, sólo días. Sí, así como suena.

Leía el papel de la audición. Le había dicho a mis padres y me dieron el permiso para ir, sabían cuánto deseaba ir a una e intentarlo y obviamente lo haría.

No pude dormir bien, me quedé despierto pensando algunas cosas y con suerte dormí dos horas, o eso creo.

El silencio reinaba en el salón y no me gustaba, a pesar de todo, era agradable escuchar las conversaciones de Byul. Muchas veces contaba historias de Seúl y me ponía los audífonos pero sin música, era gracioso ver como se enojaba un poco y me golpeaba en eL hombro para que la escuchara.

Sabía que todo esto era mi culpa por tratarla así, era mi personalidad y me culpaba por ser tan estúpido.

— Byul —solté mirando hacia adelante.

— ¿Qué quieres? —tan cortante como un cuchillo.

— ¿Estás bien?

— Sí.

— ¿Cómo te ha ido? —me sorprendía de mi mismo al hablarle tanto, y quizá a ella también.

— ¿Qué te importa? —mordí mi labio y bajé la cabeza—. No molestes.

Me levanté de mi puesto, tomé la mochila y me retiré del salón, era tan temprano que aún podía irme sin ser visto y eso hice.

No eras así ∆KTH∆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora