Parte II

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Hace 9 meses:

Julia

—Defina fracaso: querer follar y no tener condones —dijo Ashton tirándose en la cama.

—No puedo creer que no tengas preservativos Julia, siempre venimos aquí —se quejó Amalia mientras volvía a ponerse la camiseta.

—¿Y ustedes no deben tener preservativos? Disculpen por no ser un dispensador —me quejé y retiré del cuarto. Ahora era mi culpa que sean tan inútiles y no tengan sus propios preservativos y dependan de mi.

Kevs y Josh habían ido a una farmacia en busca de estos pero literalmente mis ganas habían desaparecido.

Kevin

—Sal tú del auto —dijo Josh— no tienes al amigo despierto.

Me reí casi en una carcajada y fui en busca de los salvadores. Me dolía saber que gastaría doscientos dólares en condones pero no permitiré que esto arruine otra vez nuestro viernes.

Un hombre casi dormido me atendió sorprendido, usualmente uno va por una caja, no por doscientos dólares pero ¿no es mejor prevenir que lamentar? Además fue la mejor forma de despertar al pobre anciano.

Al salir de la lenta concepción de los salvadores pude notar como Josh seguía modo on y eso era exitante, haría del camino mucho más interesante.

Julia

—¿Y si comenzamos a calentar el asunto? —pregunto Ashton desde la cocina.

Vire los ojos y me levanté. Él no quería calentar el asunto, quería calentar a Amalia y eso me molestaba. Es decir, soy tan sexy como ella, tal vez no tenga grandes tetas pero ¿¡no soy lo suficientemente sexy para él aún sin una cantidad de senos exagerada!? Me conoce desde antes, a deseado tocarme desde a antes que a ella y merezco ser quien sea deseada para ser calentada.

Tomé coraje y me acerqué a la cocina. Ashton sonrió deseoso y eso me dio más valor. Lo siento Amalia, no será tuyo este viernes.

Kevin

Apenas abrimos la puerta Ashton y Julia estaban sobre la mesa a punto de hacerlo mientras que Amalia los miraba desde el sofá. Menudo show.

—Dame uno, ya —dijo Ashton algo ronco.

Josh le tiró una caja y este la tomó en cuestión de segundos. Me acerqué a Amalia casi corriendo y me puse a su lado imitando su posición, estaba excitada por lo que veía, le gustaba ver cómo otras personas sentían placer, como le daban placer a su amiga.

—La ha estado lamiendo desde que se fueron chicos, y..o —. Intentó decir Amalia, pero falló. Ashton estaba lamiendo las tetas de Julia mientras que ella se retorcía sobre la mesa y suplicaba por más.

—¿Quieres que te lama así, Amalia? —preguntó Josh al acercarse a ella.

—Los dos —gimió— por favor.

Julia

—¿Por qué siempre tenemos el mismo problema? —se quejó Ashton. No era mi culpa que no supiese poner un preservativo.

—¿No querrás decir por qué siempre tienes el mismo problema? —dije mientras me apoyaba en los codos.

—Deberías saber colocarlos —musitó concentrado— no todos sabemos, es muy complicado.

Sentí la risa de Josh a lo lejos y fue inevitable seguirlo, mi pobrecillo Ash, siempre con el mismo problema. Éste tampoco aguantó la risa y nos siguió.

Kevin

Era la primera vez que Amalia y Julia se besaban, esto era lo más excitante que vi en toda mi vida.               
Estaban tan calientes que no tenían piedad alguna y por un momento sentí que nos olvidaron y eran solo ellas. Hasta ahora habíamos tenido sexo tradicional, sí, parece que no ya que somos cinco, pero Ashton y Amalia casi siempre se apartan, dejándonos para Josh y yo, la deliciosa de Julia.
Había deseado este momento desde que todo comenzó, y no, no porque quisiera ver a mis dos mejores amigas darse de lo suyo (un poco sí) sino porque la próxima vez, seríamos nosotros. Digo, igualdad ¿no?

La apuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora