Hace 2 meses:
Julia
Hoy era el día. No aguantaba más, ni ir de tonta con los chicos o aguantar estar sin Lisa, realmente ya no podía.
Kevin
Con la ayuda de Lisa, ideamos un plan para que Julia se cruzara con nosotros. Estábamos ansiosos pero aún así, demasiado nerviosos. Si algo fallaba, perderíamos a Julia por completo.
Lisa le texteo si la podía esperar en el café que está frente a su casa ya que su coche se rompió, Julia, sin dudarlo aceptó. Justamente, en el café estaremos desayunando nosotros.
Julia
Fui a por Lisa, no sé si era mi día de suerte o que pero su auto se rompió y me ha pedido a mi que la lleve a trabajar. Hoy es mi día.
Se encontraba en la cafetería que está frente a su casa, quiero pensar que el calor la traía así de tensa pero no, ya vi que la tenía así.
El cuarteto estaba muy ameno desayunando, ahora entiendo porque Kevin corrió esta mañana al salir.
Estacioné frente a ellos, Lisa me saludó con la mano y se metió casi que corriendo al coche. Aproveché el momento para besarla en la mejilla, digo, hace tanto no tocaba su piel. Se encontraba particularmente sexy con esa falda tubo blanca y la blusa negra, me encanta.
—¿Los has visto? —largó al fin.
Asentí, relajada. Si supiese la cantidad de veces que los he visto.
—¿Tú novia no tiene coche? —dije sin pensar. Bueno, en realidad pensé en eso todo el viaje. La cara de Lisa era de un canto solo.
—Tenemos todo un viaje para hablar de mi novia, Julia —dijo relajada— ahora, lo que me importa es que el motivo por el cual… el cual te dejé esta como si la nada frente a ti, frente a nosotras y no haces nada.
La miré. No quería hablar de esto, ni quería pensar en esto ahora pero tenía razón.
—¿No piensas hacer nada? —reclamó.
Me reí.—¿Qué quieres que haga? ¿que entre y les reclamé que porque no tuve los ovarios bien puestos no pude decirles que estaba saliendo contigo y eso arruinó todo? ¿que me ocultan tantas cosas que para mi ya no…
—No quiero que calles más Julia, es simplemente eso.
Kevin
Los minutos pasaron, Julia y Lisa discutían en el coche llevándose con ellas mi esperanza.
Amalia estaba a punto de romper en llanto pero al ver a Julia salir del coche todos nos neutralizamos y volvimos a nuestros papeles. Julia entró dando unas pisadas mortales, cogió una silla de la mesa que estaba a nuestro lado y se sentó con nosotros. Tomó pan y comenzó a untarlo con mermelada.
—¿Qué? —dije irónicamente— ¿no estaba invitada como a sus últimas… veintitrés citas? Oh, lo siento chicos —mordió la tostada— no quería interrumpirlos.
Estaba aquí, estaba enfadada, aún le importamos.
—Julia nos…
—Ya Josh, amor mío ¡no pasa nada! Si es que no me debes ninguna explicación, guárdala para tus amigos —dijo relajada. Mierda.
—Julia… —intentó decir Amalia.
—¿Qué? ¿qué mierda me van a decir? ¿que lo sienten? ¿qué no sabían como decirme que estaban saliendo? Los amigos no ocultan, los amigos no mienten —dijo Julia con los ojos aguados y la voz rota— hasta el día de hoy cargo con la culpa de haberles ocultado lo mío con Lisa, rompí mi promesa y realmente lo siento ¿pero ustedes? Me han dibujado como un animal en sus mentes ¿que coño les he dado a entender para que tengan que temerme a la hora de decir la verdad? ¿por qué me hacen esto?
Julia
Entre lágrimas y sollozos, logre conducir al trabajo. Lisa no dijo nada, simplemente estaba ahí, mimandome y eso era justo lo que necesitaba. Amor.
El día pasó, estábamos a punto de salir y yo no me animé a nada más que llenarme de papeles. Debía hacerlo, debo ir por Lisa antes de que sea tarde.
Salí casi que corriendo y fui hasta donde se encontraba. Amo su cuerpo, amo lo hermosa que es. Me paré tras de ella y toqué su hombro. Con una sonrisa se volteó hacia mí y lo hice, la besé, la besé con la suficiente pasión como para que se notara a cien kilómetros. Su lengua acarició la mía, lamí sus labios mientras que Lisa me apretaba a ella. Lo hice. Con la respiración tan agitada como cuando terminas de correr un maratón un mar de aplausos nos agredieron, haciéndome sonreír como nunca antes, dejando a Lisa perpleja, pero feliz.
—Mi casa —dijo entre dientes.
—No planeaba ir a otro lugar —dije cerca de su boca.
Un grupo de personas se unieron a nosotras y entre besos y abrazos, al fin algo en mi mejoro.
Kevin
Estábamos esperando a Julia y Lisa con una bonita cena en su casa. Por los mensajes y el mini video que me ha llegado, Julia le partió la boca frente a todos ¡esa es mi chica! Ahora sí que sí vendrían donde Lisa.
Después de lo de hoy, algo en mí estaba más relajado. Sabría que ahora nos escucharía y si tenía que gritarnos, la escucharemos.
La amistad requiere sacrificios, enojos, la amistad requiere todo ya que al final, son la familia que tu elegiste para siempre.
Julia
Mientras que Lisa me prendía como camión busque un lugar para aparcar. Realmente la había extrañado y moría por mimarla y demostrarle lo mucho que la extrañe. La besé antes de bajarnos y mientras que abría la puerta, quería follarla sobre el sof…
—Bueno bueno he… que estamos nosotros aquí —dijo Josh desde la cocina. Y sí, estaban todos ahí. Miré a Lisa confundida y ruborizada se acercó a mí.
—Odio verte mal cariño, ya no aguantaba saber que estaba sin ti por una tontería y que para peor, las personas que son tu soporte no estaban ahí para ti —intentó explicarse— déjanos explicarte, todos nos debemos una charla.
Los miré a todos uno por uno y me rendí ante ellos.
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La apuesta
Humor-¿Aceptan? -Insistió Josh. Miré a Ashton, no parecía oponerse, Kevin tampoco y Amalia estaba dudosa, pero sabía que aceptaría. -¿Y cuáles serían las reglas? -dije dudosa. -¡Esa es mi Julia! -gritó Josh, feliz.