La apuesta

Parte VI

Hace 5 meses:

Julia

Estaba nerviosa, demasiado. Había tenido un día horrible en el trabajo ¡me han ascendido sin que lo haya pedido! Y sí, el sueldo será grandioso, pero es el doble de trabajo y para peor, dos horas más por día. Era más un castigo.

Pero era viernes, nuestro último viernes. Josh y Kevin dijeron que este sería íntimo, además de que hoy Josh nos diría a dónde se marchará.

Pero mi mal día, mis nervios y mi angustia no son por esto. Son porque Lisa se ha enfadado horrible conmigo, es porque en un mes, no he podido ni siquiera tocar tema de lo que hago con Kevin o cualquiera de los chicos ni mucho menos, decirle a Lisa lo que hacemos con los chicos. No sé qué hacer.  Realmente no lo sé, porque así, no soy yo.

Kevin

—¿En serio? —preguntó Ashton con una enorme sonrisa— ¡estoy feliz por ustedes!

Amalia se acercó y nos dio dos besos a cada uno. Al parecer, contarlo, no era tan difícil.

Pasamos durante casi tres horas cocinando y charlando de pareja a pareja, porque tal y como creíamos, Ashton y Amalia salen.

—Lo que me preocupa es cómo se lo diremos a Julia —dijo Amalia mientras metía al horno una pizza.

—Será fácil, cariño —dijo Ashton para tranquilizarla. Mejor dicho, mintió. Julia es muy amiga de sus amigos, y con eso me refiero a que para ella, la amistad no tiene secretos. Nos cuenta todo lo importante y lo que no. Y nosotros, se supone que deberíamos hacer lo mismo y hemos roto las reglas desde hace cinco meses. Y no digo o quiero pensar que Julia se pondrá como una niña caprichosa cuando se entere de esto, en el momento que expliquemos nuestros por qué lo mantuvimos en secreto, ella lo entendera. Pero el miedo está y no, no se va a ir.

Julia

Cuando llegué a la casa, sudada por venir en transporte público, los chicos se habían montado una cena enorme ¡eran tan lindos! Se veían relajados, amenos a lo que hacían mientras que yo tenía un tormento mental. Avisé a los chicos que me dieran unos cinco minutos para ducharme y comenzamos con la cena de despedida.

Necesitaba agua fría, demasiado fría y así fue, me pare debajo de la ducha y dejé que el agua congelara todo en mí. Estaba nerviosa, harta y sobre todas las cosas cansada.

Kevin

Apenas Julia se metió al baño nuestra decisión de grupo fue no decirle sobre esto. Estaba estresada, sobrecargada y no quería hacerle mal. Llegó con su pijama puesta y Josh la recibió en sus brazos. Siempre, ha sido la más mimosa con todos, nos cuida y nosotros hacemos eso con ella. Y aunque la conozco y sé que no solo el estrés la está sobrecargando, sino que está triste por algo, preferí dejar eso para cuando estuviéramos solos.

Julia

Cuando salí con mi pijama y las pantuflas de Kevin el apetito se me abrió como nunca, el olor a pizza me estaba consumiendo y realmente moría por probarla.

—Bueno, que tengo que darles la noticia del año —dijo Josh y algo en mi se partió. No quiero que se marche lejos durante vaya a saber cuanto tiempo por su maldito trabajo. Odio que juegue al Rugby, lo odio demasiado. Ashton hizo ruido de tambores sobre la mesa y nos Josh nos miró serio.

—El entrenamiento para esta temporada será —silencio para el suspenso— ¡aquí!

Una enorme felicidad me invadió ¡que se queda! No me lo puedo creer. Josh abrió los brazos y me miró. Seré una pesada del coño, pero aman que lo sea. Corrí a mi amigo y aunque este estuviese sentado, salté sobre él y lo apreté con todas mis fuerzas. Era lo más lindo que me puede haber dicho en este mes de mierda que voy teniendo.

Kevin

Ver a Julia llorar me partió en mil. Se sentía culpable por ocultarnos lo que había entre ella y Lisa, triste porque al no contarnos, perdió a Lisa y lo peor de todo, sintió que había traicionado horriblemente a sus principios.

Luego de un rato logré calmarla y me sentía feliz por ello, de los cuatro, aún sigo siendo quien amansa a la fiera. Los chicos decidieron quedarse y aunque Julia ya estaba dormida, ninguno podía hablar. De solo imaginarme la crisis de tristeza que le daría a Julia cuando se entere de esto era desesperante porque ella no es así… ella es el ser más dulce y feliz que pueda existir, no se enoja, no se pone triste y para ella todo es felicidad. Este tipo de cosas la rompen y le cuesta tanto remontarse. Decirle, solo la lastimaría. Ocultarlo, solo la lastimaría.