Dark Secrets

8-Nadie Se Mete Conmigo

Mi esposa estaba muerta.
No podía dejar que mi hijo sufriera el mismo destino, esto se había salido más de control de lo que pensaba que iba a pasar. Me derrumbé, mi amada esposa no estaba más conmigo y tendría que cuidar a mi hijo yo solo,sin mencionar que el mundo iba a ser gobernado por Henry.
En las pantallas aparecía una repetición del momento del disparo. No podía más.
-Ahora, la agencia de la CIA, también se ha metido en mi camino una y otra vez.-Miró, fijamente a los ojos a Jaw.-Ahora sufrirán las consecuencias de meterse con el líder del mundo.-
Las pantallas cambiaron de imagen y era lo que menos esperaba, lanzaron un cohete hacia la estación espacial manejada por la CIA. Esa estación espacial manejaba todas las comunicaciones del gobierno, ahora era oficial, la era de Hitler perdón.....Henry comenzó.
-CREES QUE LOS GOBIERNOS DEL MUNDO TE VAN A DEJAR TOMAR CONTROL?!-Grité, ya harto de la situación.
-Pobre e ingenuo Dave, ya tengo el control.-Me miró con esa sonrisa mientras miraba el cadáver de mi esposa.
-TE VOY A BORRAR ESA SONRISA DE LA CARA!-Me logré liberar y me abalancé encima de Henry.
Le di un par de golpes en la cara mientras en las pantallas mostraban la pelea y el público gritaba, lo dejé tirado en el suelo y le di unas patadas. Tomé el micrófono con el que hablaba y lo comencé a golpear con el mientras le decía:
-ESO...TE...GANAS...POR...METERTE...CONMIGO!!!!!!!!!
-Guardias!!! Guardias!!! Ayuda!!!-Gritaba el mientras lo seguía golpeando, algo no me dejaba detenerme.
Vi dos hombres que se me acercaban y me levanté, muy lentamente y los ataqué, mi cuerpo no estaba respondiendo, no podía parar. Ya cuando estaban inconscientes por los repetidos golpes en la cabeza, tomé el micrófono ensangrentado y lo limpié.
-NADIE SE METE CONMIGO, Y MENOS CON EL GOBIERNO DE ESTADOS-UNIDOS! NO NOS VAMOS A DEJAR GOBERNAR POR ESTE ESTÚPIDO!-Grité lo más fuerte que pude mientras la multitud me aclamaba.
Se me había olvidado completamente Jaw, lo liberé.
-Que fue todo eso?-Me dijo Jaw con una ceja levantada.
-No lo sé, pero esto no me gusta nada, hay que escapar, y rápido.-
Tomé a mi hijo y corrimos, mientras corríamos Jaw tomó su teléfono e hizo unas llamadas. Al parecer todo lo resolvía con llamadas. Llegó una camioneta blindada y nos llevaron por las calles llenas de gente peleando.
Entramos en una especie de campo en el que aterrizó un helicóptero y nos llevaron a una base militar abandonada. En el camino me puse a revisar el teléfono que me había dado Henry y tenía un mapa en el que decía donde fue fabricado.
Teníamos que volver a Alaska.