Love in silence |Libro 2| (FanficSS COMPLETA)

Lo usaría a él para calmar mi tormento

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SAKURA 

—Quedate conmigo.

—Sasuke-kun...

—Por favor, quédate conmigo. 

Su súplica se repetía una y otra vez en mi cabeza, estaba segura de que lo había escuchado, de que aquello no fue un sueño. 

—¿Y por qué no te quedaste tú conmigo? —respondí en mi sueño. 

No lo entendía. 

¿Por qué después de tanto ruego él se había marchado? 

¿Por qué no había estado ahí cuando mis ojos se abrieron? 

Por tercera vez esa noche desperté, el silencio solo me recordaba la soledad en la que estaba en ese momento. 

Desde que él se había marchado algo dentro de mí cambió. 

Mis pesadillas no eran acerca de un quirófano. 

No eran sobre una bala atravesando mi piel. 

Mis pesadillas eran sobre su partida, sobre ese sentimiento de soledad, ese espacio que él había dejado para no llenarse jamás. 

De día mi sonrisa seguía, no quería preocupar a mi padre. Pero en la noche cuando la puerta de mi habitación se cerraba su recuerdo regresaba a mis memorias. 

Me puse de pie, era una noche cálida de verano, tan distinta a ese entonces, en donde la nieve se había convertido en mi mayor anhelo. Cada copo que caía en invierno me recordaba mis días junto a Sasuke-kun. 

Tomé mi móvil y sin pensarlo abrí la puerta que se deslizaba al balcón de mi habitación. 

Las luces nocturnas de la ciudad me iluminaron el rostro, me recargué en la barandilla observando hacia abajo, al vacío, viendo como los autos transitaban a pesar de ser esa hora. 

Mi cabello se balanceó con el viento cálido. 

La pantalla del móvil se iluminó una vez que marqué y escuché el sonido que anunciaba que una llama estaba siendo realizada, esperé. 

—¿Sakura? —cuestionó con voz nublada, y que esperaba si eran las dos de la mañana. 

—¿Te desperté? —pregunté consciente de la respuesta, solamente necesitaba eso, alguien que escuchara mi abatimiento. 

—Claro que no, estaba por jugar un partido de poker con Hachi. —Una risa se ahogó en la bocina y yo también reí de ello. 

—Lo lamento —dije aún pérdida en las luces de la ciudad. 

—¿Otra vez las pesadillas? —cuestionó desde el otro lado de la bocina. 

—Algo así, no he podido dormir últimamente. —Le di la espalda a la vista que tenía y me deslicé quedando con las rodillas flexionadas, observando ahora la oscuridad de mi habitación —. ¿Podrías cantar para mí? —pregunté como una niña pequeña pregunta a su madre, buscaba la seguridad en algo. 

Lo escuché reír del otro lado, no era a causa de una burla, él siempre sonreía. 

—Soy yo quien debería pedirte eso —argumentó con gracia —. He escuchado de tu padre y Tsunade que cantas maravilloso. 

Ya no. 

No lo hacía más. 

Mi última canción se la llevó Sasuke-kun aquella noche, y desde entonces me he mantenido silente.