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SAKURA
La nieve estaba apelmazada, formando pequeños cúmulos que se atravesaban con mis pisadas. Me gustaba la sensación de cómo mis botas se hundía con dificultad entre ellos, saliendo cubiertas de una capa blanca.
El camino, por el cual seguía estaba un poco empinado, comenzaba a pensar que era mucho más fácil caminar teniendo a Sasuke-kun, quien había sostenido mi mano.
Intenté que mis pasos fueran firmes, no quería caer y lastimarme por haberme aventurado a alejarme de los demás, pero de igual manera, estar en un lugar como ese no era algo que alguien quisiera.
Los árboles se alzaban, lúgubres, cubiertos de nieve. Y entre ellos, las lápidas descansaban, algunas cubiertas de hojas secas, parecían que tenían años sin ser visitadas. Otras más con recuerdos cubriendolas.
Mi madre no descansaba en ese lugar, había sido sepultada cerca de la casa del lago pero de igual manera sentía un nudo en la garganta sabiendo lo que era tener a alguien tan lejos, alguien que jamás podría regresar.
Me preocupé por un momento, creyendo que me había perdido. Pero, de entre los árboles pude ver la silueta de Yukio-senpai.
De pie, inmóvil. Observando en silencio mientras mantenía las manos dentro de su chaqueta y su único acompañante era el silbido del viento congelando la escena.
—¿Yukio-senpai? —cuestioné con miedo de perturbarlo.
Me di cuenta de que él no había sentido mi presencia, porque se había exaltado levemente al escuchar mi voz.
—¿Sakura?¿Qué haces aquí?
Percibí su voz más que sorprendida, distante. Como si no tuviéramos un lazo tan estrecho como el que habíamos desarrollado durante años.
—Vine con Sasuke-kun —respondí con cautela, porque no me correspondía hablar de más y sabía que de igual manera él no me iba a cuestionar —. ¿Viniste solo?
Aún sentía vergüenza de verlo tan cerca.
Yukio-senpai había sido como un hermano mayor para mí, y aunque no quería aceptarlo estaba consciente de que él sentía algo por mí y yo me aprovechaba de ello. Había ignorado por completo sus sentimientos porque estaba presa dentro de mí propio dolor.
—Sí, vine a hacer una visita —dijo con una sonrisa. De esas que iluminaban a cualquiera pero era imposible que sus ojos ocultaran el destello de tristeza que inundaba su mirada azul.
Me acerqué con cuidado, como si temiera que él huyera de mí; sin embargo, se mantuvo en el mismo lugar esperando a que me posicionara a su lado.
Sabía que tal vez me estaba entrometiendo en algo que desconocía pero de igual manera me pesaba ver a Yukio-senpai triste.
Fue cuando pude ver una lápida que parecía no tener tanto tiempo como tantas otras. Sobre ella reposaba una pequeña maceta con apenas un pequeño brote, pero sin flores.
«ANYA STERLING
AMADA HIJA. EL ÁNGEL QUE LLEGÓ A ILUMINAR NUESTRA EXISTENCIA.
1998-2017»
Me azoré intentando indagar dentro de mí cabeza aquel nombre, intentando recordar si había salido de los labios de Yukio, pero me daba cuenta de que jamás había hablado de ella. Pero por la fecha sabía que tenía diecinueve años cuando murió, la misma edad que yo tenía en ese momento. El mismo año en que yo había conocido a Yukio.
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Love in silence |Libro 2| (FanficSS COMPLETA)
FanfictionLos errores que cometí me hicieron más fuerte de lo que pensé. Tal vez eso creía. Que era inmune a cualquier recuerdo, pero una vez que sus ojos se cruzaron nuevamente con los míos era como si me devoraran el alma lentamente. El tiempo se detuvo de...