Akko no podía parar de jugar con la varita debido a los nervios, la pasaba de una mano a otra constantemente, y por el miedo de que fuera demasiado tarde para Diana. Si bien no había pasado demasiado tiempo desde que había salido de la mansión Cavendish, y teniendo en cuenta de que Daryl había dicho que el veneno se propagaría de manera lenta una vez que llegara hasta la cintura, Akko no podía parar de pensar en las posibilidades de que hubiera tardado demasiado en conseguir ayuda.
Se aferró con un poco de fuerza cuando Amanda aumentó la velocidad a la que volaban hacia la mansión, y de reojo pudo ver a Chariot subida a una de las roombas de Croix, su varita en la mano derecha y el frasco con la pócima que podría contrarrestar y eliminar el veneno en la izquierda, fuertemente agarrada. Todas las demás, a excepción de Sucy ya que se había quedado en Luna Nova para atender a Croix, seguían a Chariot de cerca pero sin pisarle los talones.
—Siguiente parada, Mansión Cavendish.— Amanda anunció con una sonrisa en sus labios. Internamente ardía en deseos de maldecir a las familiares de Diana hasta que imploraran perdón y suplicaran por sus tristes vidas, pero la prioridad era Diana y eso lo entendía, pero nada podría detenerla si había que entrar en una pelea.
—¿Estáis todas preparadas para cualquier posible altercado?— Chariot preguntó con su vista fijada en la figura de la mansión, la cual se volvía más y más grande cada vez que se acercaban a ella.
—Nunca he estado más preparada para algo en toda mi vida.— Akko anunció con un fuego en sus ojos que no podría ser extinguido por mucho que se tratara. Ella podía soportar cualquier vejación, maltrato o incluso cualquier humillación por penosa que fuera, pero en el momento en el que era un ser querido quien estaba sufriendo, quien le estuviera causando daño no saldría impune.
Todas las brujas aumentaron la velocidad, causando que casi se estrellaran al aterrizar, llegando así mucho antes de lo que lo hubieran hecho si hubiesen mantenido el ritmo previo. Cuando estaban en el suelo, todas sacaron las varitas y apuntaron a la puerta, pero fue Chariot quien dio el primer paso y conjuró un hechizo que hizo que la puerta saliera volando. Poco después de eso, entraron cautelosamente, cada una apuntando a un lado para que no pudieran tenderlas una emboscada.
—¿Diana?— Akko gritó, silenciosamente rezando para que obtuviera una respuesta y así saber el paradero de su novia más rápido y así evitar el malgastar tiempo buscando en cada rincón de la mansión.
—¡Akko!— Afortunadamente, Diana respondió y su voz no parecía estar muy lejos. Las chicas empezaron a correr, siguiendo la dirección de donde la voz había provenido, hasta llegar al comedor donde fueron recibidas por Daryl y sus hijas con las varitas en alto. Lo que descolocó a todas las brujas de Luna Nova era el hecho de que Andrew estuviera ahí, su puño chocando contra el pómulo izquierdo de Diana en el momento en el que habían entrado al comedor.
Akko miró a Andrew con rabia. El chico estaba sudando, algunas hebras de pelo se pegaban a sus sienes y frente debido a eso, y estaba sin americana. Sus mejillas estaban rojas y jadeaba con fuerza. La piel de sus nudillos estaba levantada, dejando que algunas gotas de sangre escaparan de ella, por haber pegado a Diana. La mirada de Akko inmediatamente se desvió a su novia. Estaba llorando, sus preciosos ojos azules mancillados por lágrimas que no paraban por mucho que ella quisiera. Su cara estaba teñida de rojo, gris y azul purpúreo debido a los golpes. Cuando Andrew le daba un golpe, Diana movía desde su cadera hasta su cabeza para tratar de evitarlo, lo cual indicaba que el veneno todavía no había actuado en su totalidad.
—Puede que dejara pasar el hecho de que intentaras abusar de mí, que me trataras como un trozo de carne para tu disfrute... Pero lo que no te voy a perdonar es que te hayas atrevido a tratar de esa manera a mi novia.— Akko murmuró a la vez que agarraba con fuerza su varita. Cuando quería. podía tener mucha paciencia pero cuando alguien la pasaba, estaba liberando al mismísimo Lucifer. Apuntó a Andrew y murmuró un Crucio, que por mucho que dijeran que los conjuros de Harry Potter (los cuales eran reales) no funcionaban, sí que funcionaban y lo hacían de maravilla.
Andrew voló hasta golpearse contra una pared y se retorció en el suelo por el dolor de la maldición. Akko se agarró con cuidado la mano, adolorida por el conjuro ya que ella nunca había hecho uno de esa clase y se necesitaba preparación para hacerlo, mientras que sus amigas atacaban a las tres Cavendish. De un momento a otro Hannah y Bárbara estaban volando hacia el suelo por un hechizo de repulsión, cosa que hizo enfadar a Chariot y logró que atacara con toda la fuerza que tenía.
—Hora de retirarse, no ganamos nada pelando contra quienes nos superan en número.— Daryl dijo casi a regañadientes. De su varita salió un halo de luz amarilla y en un abrir y cerrar de ojos la sala se había llenado de una luz cegadora, la cual Daryl aprovechó para escapar junto a sus hijas y Andrew. Cuando la luz se disipó, Chariot se acercó corriendo a Diana.
—Necesito que bebas esto, es la cura.— Chariot le ensañó el frasco y lo abrió. Diana abrió un poco su boca y con ayuda de Chariot bebió el líquido.
—Muchas gracias por venir a mi rescate... Aunque la pócima tardará un rato en hacer efecto.— Diana dijo con una sonrisa triste en su adolorido rostro. Se cubrió la cara con sus manos y lloró hasta que sus lágrimas se acabaron, lloró para ser consolada finalmente por sus seres queridos.
—Te queremos Diana.— Hannah y Bárbara dijeron al unísono a la vez que abrazaban a la rubia. Todo iba a estar bien siempre y cuando el grupo permaneciera unido.
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Confía en mí (Diakko)
Fanfiction"No quiero hacerte daño..." "¡¿Por qué sigues diciendo ese tipo de cosas?! Cuando estoy contigo me siento mejor que nunca..." "Yo... Lo siento, pero es muy complicado y creo que no lo entenderías." "No sabrás si lo entenderé o no hasta que me lo dig...