Capítulo 6. "Adiós vida".

42 9 0
                                    


No puedo respirar.

Por alguna razón mi cerebro ha dejado de ordenar a mis pulmones el respirar, por lo que me obligo a cerrar los ojos para tratar de inhalar y exhalar de forma coordinada. A pesar de esto, sé que mis inhalaciones son cortas, irregulares, como si algo en mi pecho apretara con fuerza, limitando mis intentos por respirar con regularidad.

Estiro el brazo, sintiendo algo duro bajo mis dedos, me aferro con fuerza, y unas punzadas me hacen notar el cómo se han incrustado algunas astillas en mis dedos.  Es lo de menos, todo parece dar vueltas... No ¡no! No soy capaz de abrir mis ojos mientras llevo mi otra mano a mi pecho, estrujo la prenda de ropa entre mis dedos, sintiendo el rápido latir de mi corazón. Por favor, no ahora, por favor.

Por Kami, inhalar parece una tortura, una necesidad consciente que duele, duele mucho. Me arde el pecho, y mi garganta no deja de arder con cada paso de aire, como si pequeñas agujas rasparan la sequedad de mi garganta. No... Debo olvidar esto, esta... sensación. Debo ir con Nala... Abro los ojos.

"Nala". Quiero verla, debo ir... Doy un paso seguido de otro, vamos; Inhalar, exhalar...

—¿Goku?—Milk ingresa a la habitación y el recuerdo de que he venido a hablar con ella de nuestra "situación" azota mi mente.

Quiero a Milk, pero no la amo. Debo terminar con esto, debo dejar de engañarnos, yo amo a Nala. Dios, Nala... quiero verla, quiero, quiero... 

—¡¡GOKU!!

Oscuridad.

Horas atrás.


—Goku...

Cuando me levanté esta mañana, ni de broma creí que el día terminaría así. Es decir, amo a Nala, nos hemos besado y todo, pero... verla bajo de mí, el brillo de sus ojos y de sus labios... Tampoco sé cómo hemos llegado a esto. Una ligera satisfacción me recorre cuando vuelve a gimotear mi nombre, tal como si fuera una corriente recorriendo mi cuerpo e instalándose en lo más privado de mi ser.

Sé que estamos siendo egoístas, sé que estamos mal, pero... no me importa, no me importa mientras siga sintiéndome así de bien, con mi cuerpo y alma conectados a la mujer frente a mí.

Estamos en el monte Paoz. Solo vinimos a ver las estrellas, no obstante, una cosa llevó a la otra. Ver a Nala gemir mi nombre me hace pensar que esta vez hemos llegado demasiado lejos, pero no quiero detenerme, no quiero detenernos.

—Nala...—la nombro antes de bajar mis labios a su cuello, a la vez que vuelvo a deslizar mi miembro entre sus pliegues. Sus manos tiran de mi cabello y cuando la miro a los ojos todas mis dudas se disipan—. Te amo.

Parece ser que aquella frase le sorprende, pero... es lo que siento. No puedo ni quiero ocultarlo. Las manos de Nala pasan de mi cabello a mis mejillas y un "te amo" de su parte es suficiente para volver a unir nuestros labios.

¡Me ama! ¡También me ama! Un cosquilleo en mi pecho me hace sonreír y aumento el ritmo de mis embestidas. Nala vuelve a gemir, separándose de mis labios, y ver su rostro sonrojado, su boca abierta y ojos fijos en mí simplemente es demasiado. Algo dentro de mí se enciende, entonces no soy capaz de parar.

Y cuando somos capaces de ver el cielo, vuelvo a caer. Un pensamiento fuerte, decisivo, que no soy capaz de mantener para mí mismo es lo que rompe la atmósfera y trae a Nala conmigo a la realidad.

—Es hora de que hable con Milk.

—Es aquí—musito, para nadie en particular

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Es aquí—musito, para nadie en particular.

Miro a mi alrededor el lago y el cielo estrellado que se refleja en él. En este lugar solía ver las estrellas junto a Nala. Exactamente aquí... confesamos nuestro amor. No me cabe duda de que este es el lugar.

Lanzo la cápsula que pedí a Bulma, y
ante mí aparece una casa de tamaño medio, mi nuevo hogar. Milk aceptó el divorcio, no obstante, también pidió que dejara cuanto antes nuestro hogar y realmente estoy bien con eso. Gohan ya está grande, y Goten... lo entenderá, es un chico listo.

Me acuesto en el pasto, y cierro los ojos sintiendo el frío del rocío y de la soledad. Muy contrario al calor del momento en que Nala y yo fuimos uno mismo aquí, en este lugar. Trato de fundirme en los recuerdos, en sus labios, en sus toques... en su "te amo". Quedé en hablar con Milk, ¿lo hice?

No alcancé. Lo que recuerdo es...

¿Falta de aire?

Dolor.

Gritos.

Oscuridad.

—¡Por favor, Goku! Responde

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


—¡Por favor, Goku! Responde.

—¡Goku, reacciona!

—¡Goku!

Nunca había sentido tanto dolor. No puedo moverme, no puedo si quiera abrir los ojos, y solo escucho gritos que se vuelven difusos. ¿Nala se habrá enterado? ¿Estará aquí con los demás? Quiero decirle que la amo y que lamento no darme cuenta tiempo atrás. Lamento... no decírselo cada vez que la vi, siento no despertar cada mañana con ella a mi lado.

A Milk debí contarle todo. Fue un error esperar hasta el último momento para contarle mis sentimientos por aquella Saiyajin. Milk no se merecía esto, ella es una buena mujer. Algo dura, pero he entendido que no es porque me odie, sino todo lo contrario.

Espero que Gohan no esté sufriendo mucho con esto. Es muy listo, mucho más que yo, y eso me enorgullece. Siento tener que hacerle luchar cuando realmente no es algo que le gusta, siento... ser tan mal padre pese a quererlo con mi vida.

Obligo a mi cuerpo a abrir los ojos, pero no funciona. Es como si una fuerza invisible, peor que la patrulla roja, peor que Freezer me mantuviera en mi lugar, buscando consumirme, y yo solo lucho.

De pronto, dejo de oír las voces y los llantos. Esta es mi mayor lucha, y siento que la estoy perdiendo. Ya no puedo más.

Adiós Gohan, adiós Milk, adiós amigos, adiós Nala. Los amo tanto... Adiós vida.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Aug 03, 2023 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

FELLING.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora