—¡No te amo!¿Como me quieres obligar a algo que no quiero?
La habitación era inundada por nuestros gritos.
Edward me amenazaba.—¡Debes de ser mía!¡No dejaré que te vayas!
—¡Nos conocimos hace un mes!
—Con eso basta para quererte.
—¿Sabes que es lo que pasa?Lo que sucede aquí es que eres un hombre muy caprichoso.
Yo solo soy un objeto,eres un niño que quiere a fuerza un juguete.—Tomaba aire.—Creo que deberías de buscarte otra chica que si te ame,por qué yo nunca lo haré.Él seguía hablando y hablando.
Caminaba hacia la puerta,lo veía por última vez.
Estaba completamente enojado,aventaba cosas ¿Eso era lo que quería?¿Ser su esposa para regañarme o dañarme?
Creo que así no son las cosas.
Iba con Delia y la ponía al tanto de todo.
—Yo te dije que no era un buen sujeto,se le nota el tipo de persona que es.—Mi cabeza reposaba en sus piernas,mientras ella me acariciaba el cabello,como si fuera una pequeña.
—Lo sé Delia, además no lo quiero a él.
—Ya va a lanzar otra temporada de esa serie de zombies.—Hacia referencia a Andrew.
—¿The Walking Dead?
—Fue un éxito,a Alfred le gusta la serie.
— Qué bueno.—Le sonreía.
—Creo que iremos al crucero de la serie.
—¿Irás?
—Si y tengo una amiga que me ayudara a cuidar aquí.
Yo se que tu tienes que estar allá presentándote y no creo que tengas tiempo para estar cuidando aquí.—Muchas gracias por entenderme,te quiero demasiado.—Me levantaba y la abrazaba.
Alfred llegaba.
—¿Ella es Brooke?¡Es muy linda!
—Hola señor ¿Como está?
—Muy bien ¿Delia ya te contó que iremos al crucero?
—Si ¡me alegro por ustedes!
—¿No quieres ir?¡Será genial!
—Muchas gracias pero no.
Tengo que ir con Laila por su vestido de novia.—Bueno,será en otra ocasión.
—Nos vemos cariño.—Delia se despedía.
Unos días después...
—Aqui tengo los boletos,yo sé que eres un poco distraída,por eso los compré yo.—Laila hablaba conmigo mientras su novio conducía el automóvil.
— Perdón,no sé ni en qué día estamos.—Le sonreía.
—Ya llegamos señoritas.—El automóvil se detenía.
—Mi bombón hermoso,gracias por traernos.—Laila se ponía cariñosa con su pareja.
—Me va a dar diabetes de lo dulce que son.—Ellos reían.—Ya,debemos de irnos.
Laila se despedía y caminábamos lo más rápido que podíamos.
La señorita tomaba nuestros boletos y los observaba.
—Todo está en orden ,son las últimas en abordar.
Suspiraba y corríamos hacía el avión.
Buscábamos nuestros asientos...
—A mí me tocó el número cincuenta y dos.
—Mierda,estamos muy separadas.
Nos tocaban asientos diferentes.
No tuvimos otro remedio que quedarnos así,ya que casi despegaba el avión.
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Because Of You.-Andrew Lincoln
RomanceDicen que soy muy joven para amarte pero te necesito.