Recuento 2

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El día de la presentación fue bien, estuvo conmigo ya que no conocía el instituto y él si. Llegamos un poco antes de la hora fijada porque yo tenía miedo de llegar tarde o algo por el estilo. Esto le hacía gracia, yo con mis prisas y el a paso lento, solía picarme solo por gusto, era divertido...
Aquel día cuando entré me parecía enorme el instituto, yo que venía de colegio, me parecía demasiado, jajaja.
Ya llegados a la presentación se sentó conmigo en el salón de actos donde se hizo la bienvenida para los nuevos alumnos y después de decirnos cuál era nuestra clase y habernos repartido nuestro mapa, dijeron los tutores y nos llevaron a nuestra aula, él se quedó fuera de clase con el teléfono jugando a un juego llamado como decía el "mata al mosquito", era un juego en el que por la pantalla corrían bichitos y tenías que matarlos, sí, lo sé, se ve aburrido pero era adictivo y me lo pasaba en grande jugando con ese juego...
Cuando salí del aula me llamó mi madre preguntando cómo había ido todo, a lo que respondí que bien, que ya le contaría en casa. Después de eso me dijo de tomarnos un helado, era septiembre, por lo que el calor aún estaba, es más, yo aún llevaba pantalones cortos. Asi que al invitar él, accedí, me tome mi helado favorito, chocolate con menta, me apasiona ese sabor, no se que tendrá, pero me encanta, puede que el simple hecho de ser combinación de dos tipos, no se.
Fuimos a un parque cercano a la heladería para tomarnos el helado, sentados en un banco le conté la experiencia de ver el gigantesco instituto y a la gente, lo que le hacía reír porque según él, lo contaba con cara de susto. Eran las 1 de la tarde y mi madre me mandó un mensaje preguntando donde estaba a lo que le mande un selfie de nosotros y poniendo bajo el mensaje que estaba en el parque terminando un helado. Mi madre me dijo que luego no comería, pero bien sabe que soy de buen comer, es decir, que siempre tengo hambre, pasada media hora me terminé el helado y me acompañó a casa, como de costumbre.
Mi madre como siempre lo saluda y le ofrece entrar y quedarse un rato o incluso a comer, a lo que el dudoso dijo que no, mi madre, empeñada en que se quedase le ofrecio ella llamar a su madre y convencerla, cómo no, mi madre siempre gana, así que llamó y dijo que podía quedarse.

1000 dias y un libro sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora