Recuento 7

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Recuerdo como mi madre me miraba y sonreía, creo que le hizo gracia la historia de esa noche, pero bueno. Para que contarle una mentira, si ella es mi mejor amiga.
Al día siguiente había que ir al instituto a llevar el DNI y más papeles.
Obvio, él no me dejó ir sola, quedamos donde siempre nos despedíamos, cerca de mi casa, en un cruce. A las nueve y veinticinco ya estaba yo ansiosa por ver su carita de nuevo, tenía curiosidad de que haría o como actuaría sabiendo lo de esa noche, el vino un poco después que yo, no entendía lo nerviosa que estába, mientras él venía y sonreía de lejos, sentía que mi barriga iba a explotar, estaba como dice todo el mundo con mil mariposas, o eso creía.
Al verme puso la mano para que pudiera la mía encima, eso hice, me empujó hacía el y me besó, creo que mi madre miraba desde la ventana, pero no me di cuenta, estaba perdida en ese beso. Poco después fuimos de camino, yo tenía un problemilla, me hacía esguinces fácilmente, así que, me caí, y en vez de dejarme andar o cojear, me cogió y me llevó en brazos. Al llegar al instituto recuerdo escuchar mil cuchicheos, ninguno bueno, todos lo criticaban, chicas y sus compañeros. Me quedé impresionada, pero hay algo que me impresionó más, aún que él me llevaba en brazos, alguien aún sabiendo eso, le puso la zancadilla, ambos caímos, pero yo perdí la consciencia ya que me golpeé la cabeza...
Recuerdo, que desperté dentro del instituto, pero, vi un charco de sangre,  pensaba que era suya, y me levanté como pude, fui arrastrándome a verlo, pero no estaba, cuando me di cuenta después, estaba llamando a alguien de pie sin sangre, lo que me hizo preguntarme de quién era toda aquella sangre, la gente estaba en corro a mi alrededor, yo estaba mareada, cuando me di cuenta mis manos estaban manchadas, y mi ropa y me mareé cada vez más y vi que la sangre era mía, pero no entendía nada, después creo que me desmayé, por qué vi como él corría hacia a mi, y lo vi nublado de golpe y después todo era negro y ya no recuerdo más de aquel día, aún recuerdo el día, era un 12 de septiembre.
Creo que yo desperté a primeros de octubre, para ser exactos, un día antes de mi cumpleaños, desperté el 5 de octubre, lo primero que vi fue a él, dormido apoyado en mi cama del hospital, eran casi las doce de la noche, y cuando menos lo esperé ya era mi cumpleaños. También me fijé en que al lado suya había una caja, un lazo y una nota, vi que ponía felicidades pequeña, así me llamaba ya que era menor que él.
El caso es que cogí la nota y la leí en ella ponía:
"Pequeña, lo siento mucho. Fue todo mi culpa, hay gente en el instituto que me odia solo porque soy más guapo que ellos supongo, no se, hay mil rumores, aún que nunca me habían puesto la zancadilla ni nada, ese día te llevaba yo y mira cómo has acabado, estás dormida en una cama luchando por la vida y la muerte, como dicen los médicos. Tu madre preocupada te visita todos los días, aún que al tener que trabajar no puede estar siempre.
Yo me quedó y ya avisé al instituto y entregué papeles por ti de tu estado actual y me dieron tiempo contigo hasta que te recuperes y somos un caso especial por lo que te pasó. Lo dicho, pequeña, hoy es tu cumpleaños, espero que puedas ver tu regalo a tiempo, lo siento de veras. Y tengo algo más que decir, aún que se que no es el mejor momento y quiero decirlo antes de que pase algo peor.
¿Quieres salir conmigo pequeña?
Quiero cuidarte para siempre, todas esas rosas que tienes en el florero son cosa mía y la de otros colores, de tus amigo y amigas que venían a visitarte. Te quiero."

Terminando de leer la carta estaba llorando, creo que alguna lágrima cayó en el papel. Decidí abrir el regalo, era un oso pequeño marrón, era muy bonito, lo abracé con fuerza y con las mismas lo abracé a el. Se despertó y al verme despierta, corriendo llamó a los médicos, a la madrugada me estaban haciendo pruebas para ver cómo estaba y dijeron que todo era normal y que era una luchadora. Poco después me contaron que caí en coma, que perdí mucha sangre y que nadie sabía cómo iba a acabar todo. Me tuve que quedar un par de días más para verificar que no me pasaba nada ni que tendría secuelas ni nada por el estilo.

1000 dias y un libro sin tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora