Capitulo IX

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Capitulo 9: Comenzar

Ramiro estaba frente a las puertas del aeropuerto las manos le sudaban, Yamila estaba aferrada al brazo de Jim antes de irse, solo eran los tres jóvenes apunto de tomar rumbos inciertos.

― Os voy a extrañar chicos, suerte en el camino. ― Yamila subió primero, desde la cima saludo a Jim antes de ingresar por completo al avión, por su parte Ramiro beso la mejilla de la chica española y la abrazo, no quería aceptar que estaba esperando algo, cualquier suceso.

― Por favor Ramiro, se honesto. ― Jimena deshizo el abrazo y miro a los ojos café del muchacho. ― Sigue el corazón.

Ramiro subió al avión sonriendo, sabia que la chica tenia razón. El chileno camino hasta ubicar a su novia quien se hallaba sentada mirando a la ventana, detrás de la chica la mirada penetrante de Fiorella y Erika lo intimidaron un poco.

― Yam. ― El chico la tomo por sus manos y la obligo a ponerse de pie.

― ¿Pasa algo amor? ― Nervioso le concedió un beso para calmar a los dos, la mantuvo acorralada con sus brazos y se dispuso a acariciar la rubia cabellera.

― No puedo hacerlo, no puedo dejar Argentina. Mis sueños están aquí. ― La chica escondió su rostro en la clavícula de quien la apretaba contra su pecho y entre ligeros gemidos y sollozos la escucho hablar.

― Lo sé, lo he sabido desde que te lo pedí. Creí que podía cambiar de nuevo tu corazón, soy tan tonta. ― Sus ojos se encontraron y ella le dedico una de sus sonrisas que eran un tranquilizante siempre, pronto él se quito un colgante muy característico de su ser, un patín. Ramiro sutil se aseguro de resguardar la tersa piel de la chica poniendo con cuidado aquel accesorio en el cuello de ella.

―  Mucha suerte.

― Cuidala, sea una red shark o no, ella te robo el corazón. ― Yamila tomo asiento de nuevo y lo vio marcharse a trote rápido, fue en ese entonces cuando pudo llorar en silencio. Erika tomo asiento a su lado para consolar a la rubia.

Fiorella por su parte bajo la mirada enfocándose al cien por ciento en el mensaje de Benicio "Buen viaje" y unos emojis. ¿Podía llegar a interesarle? Ella no quería dramas de novela, ni escenas como la de hace unos minutos, tenia edad y experiencia, solo quería encontrar alguien que le diera seguridad. Benicio era un niño ante sus ojos, pero no podía evitar verse emocionada con los mensajes intercambiados, claramente solo debía ser la emoción de aquella semana.

Flash Back.

Cantemos, bella signora. ― Los ojos de la chica se iluminaron, el italiano estaba frente a ella con su computadora listo para la acción, claro ella conocía la fama de galán del chico y de ninguna manera se la pondría fácil.

― ¿Qué propones niño?

― ¿Niño? A menos que tengas setenta años no creo que estemos en sintonía. ― Ambos rieron.

― Tengo veintidós, ¿Soy una amenaza?

― Para nada, me gustan las mayores. ― Fiorella se cruzo de brazos y movió su cabeza a su costado, le parecía un poco tierno cuando Benicio ponía en practica su vanidad.

― Si me cantas una canción buena puedo pensar el tener un duo contigo, innamorato.

― Estuve trabajando en una canción. ― El chico comenzó a conectar su laptop a los parlantes. ― Es ¿Cómo me ves?

― La canción de Ámbar, ¿En serio? ¿No había una canción de Simón o Matteo?

― Burlate lo que quieras pero, questa canzone va dal mio cuore al tuo.

La música vivaz incendio la pista, el italiano la invadió con su voz y su impecable baile. No era un secreto para nadie que Benicio era una persona que le daba un toque juguetón y sensual a todo lo que hacia, su vanidad, la carácter, el era el estereotipo de chico malo que volvía locas a las fans y nadie podía quitarle eso.

Fiorella termino caminando de manera inconsciente al centro del escenario, las manos del italiano se entrelazaron con las suyas y ambos bailaban al ritmo de la tonada, para ella el tenerlo tan cerca cantando exclusivamente para su persona la ponía nerviosa.

Cuando la canción llego a su fin lo tuvo a unos centímetros de su boca, el espacio personal casi nulo y la música terminando la hizo temblar, la mani derecha de Benicio en su nuca, y la izquierda tomando su cintura, ella sostenida en los hombros del chico, digna escena de película barata. Cuando se acercaron con la mirada fija todo parecía desaparecer.

― ¡Benicio! ¡Fiorella! SON EL NUEVO ROMANCE DEL ROLLER ¡UNA EXCLUSIVA PARA EL JA-JAZMÍN! ― Fiorella se aparto y bajo rápido del escenario para salir corriendo.

― Jazmín baja la cámara. ― El muchacho trato de recobrar la calma y cubrir su rostro, se sentía fuera de si por primera vez.

Fin Flash Back.

Cuando la italiana volvió a la realidad estaban a una altura prudente viajando, Erika dormía con Yam en su hombro. Tal vez ella no era la única con un mal día.

[.]

― ¿Lanzar Bembar? ― Ámbar alzaba una ceja confundida frente a la petición del italiano que lucia enfadado.

―  Debemos hacerlo, estamos en la cima. Deben hablar de los red sharks. ― Benicio tomo las manos de la argentina y la miro a los ojos, si sabia algo era que ella era ambiciosa, conocía a la Ámbar Smith que por la fama haría lo impensable y tenia buena fe de que aquella chica siga escondida entre la desinteresada personalidad de la nueva dark.

― ¿A cambio de que? ¿La fama al precio de mi persona? ― el italiano apreto un poco más el agarre.

― ¿Hasta cuando vamos a seguir haciendo lo que mundo quiere? Bembar es imparable y lo sabes. ― Ámbar parpadeo unos segundos sin entender el porque de la reciente petición.

No fue hasta que Jazmín caminaba por la cafetería que Benicio soltó las manos de la chica y paso a tomar su rostro y besarla. La pelirroja ni lenta ni perezosa empezó ¡un vivo! Fue conmovedor que la rubia haya correspondido rendida por la petición, ninguno sabia que @Simon_Alvarez @Fio_Star78 estaban presentes en el directo.

[.]

No supo donde buscarla, estaba perdido en su propio territorio y le asustaba haberla perdido.

Aquella mañana cuando el se fue la dejo con la mirada baja y los ojos cristalizados. No era la Emilia que quería ver.

Por inercia llego al parque, miro a los niños jugar y se perdió en la chica sentada en un banco trenzando su cabello, la reconocería en cualquier lado. Corrió a ella, se paro frente a ella y solo espero que por curiosidad la chica levantara la mirada.

― ¿Qué quier... ― Cuando los ojos de Emilia lo vieron sintió el estomago revolviendo todo lo que había comido, ella se puso de pie y lo miro fijamente.

― Lo siento. ― Antes de que la mexicana pudiera replicar algo el se encargo de unir sus labios, en un beso apasionado cargado de todo lo que había sentido en aquellos días.

Dos semanas pudieron cautivar el corazón de los red sharks.―
 

Red Sharks: En El Claroscuro [Book 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora