Capitulo 12: Jefe nuevo.
Simón corría de un lado a otro, en la búsqueda de todo el Roller team pues Gary tenía una noticia para comunicar. Los red sharks estaban ubicados juntos en una mesa circular, Ramiro y Emilia estaban uno al lado del otro con una mirada de superioridad, mientras que Ámbar yacía sobre la pierna de Benicio,
― ¿Que crees que suceda?
― ¡Exclusiva para Ja-Jazmín! ― Delfina con rapidez bajo la tablet de su compañera y rodo los ojos.
― Nada de grabar Jazmín. ― La pelirroja le saco la lengua y se cruzo de brazos.
― ¡Chicos! ― Luna llegaba corriendo con Matteo y un sujeto a su lado, venían a paso acelerado y bastante agitados.
Ámbar se bajo de las piernas del italiano y se acerco a Luna.
― Disculpa, esta reunión se retraso por tu culpa. ― La mujer hablaba con autoridad y su ceño fruncido delataba su descontento.
― La neta no quiero pelear Ámbar, y nos demoramos por traer a alguien que te buscaba. ― Luna chasqueo la lengua y dio un paso a la derecha, el joven observo durantes unos segundos a la rubia. Ámbar estaba impresionada, realmente no se lo esperaba.
― ¿Feliciano?
― ¡Ámbar! ― La rubia lo aprisiono en un enorme abrazo, pronto el italiano más conocido como Benicio se acerco apartando a todos del medio, era su primo más pequeño ¿Qué hacia en la Argentina?
Benicio capto la atención de ambos amigos que compartían un abrazo, Feliciano en cuanto vio al pequeño lo tomo en brazos tan fuerte que Ámbar no tuvo otra opción que alejarse de ambos, todos los presentes se quedaron en silencio observando.
― Muy lindo todo pero necesito hablar rápido. ― Gary llamo la atención de todos poniéndose frente a ambos bandos. ― Yo, me voy a ir del roller. ― El gentío se miro entre sí con una sonrisa para nada disimulada ¡Era una muy buena noticia! Los red sharks se miraron entre sí esperando la mejor parte de la historia. ― Eso no significa que voy a dejarlos a la deriva, van a quedar en muy buenas manos. ― Extendió su mano invitando a todos a mirar quien se acercaba a su lado, y no fueron solo sus tacones lo que la delataron, pues su pelo rubio y su sonrisa de superioridad la hicieron abrirse paso entre el sonoro "¡¿Que!?" De los chicos del Jam&Roller.
― ¿Qué tal?, soy la nueva encargada del roller. ― Ámbar sonrió a todos los presentes con aires de grandeza, se apoyo un poco en la barra y se dedico a mirar cada expresión, Ramiro y Emilia sonreían mientras intercambian miradas disimuladas mientras Benicio ríe descaradamente con Feliciano observando sin entender demasiado.
Luna aún no sale del asombro y su mirada es de completa sorpresa, se siente enojada y reemplazada. ¿De verdad la rubia merecía el puesto?
Simón y Matteo intercambiaron miradas sorprendidos, el mexicano hizo un par de señas indicándole a su amigo fuera tras su novia. Y los demás estaban en estado de shock, incapaces de entender lo sucedido se dedicaron a mirar a la joven Valente, después de todo ellos se movían por las decisiones de Luna.
― ¡No puede ser en serio Gary! ― Luna estaba frente a frente con Ámbar. ― ¿Después de todo lo que le hizo al roller?
― Lunita, siempre defensora de lo indefendible. ― Emilia se paro al lado de su amiga de brazos cruzados bastante sonriente.
― ¿O sea que nosotros atendemos a ella? ― Pedro miro no del todo convencido a la rubia.
― Así es Pedro, las cosas van a cambiar. ― Dijo con una hermosa sonrisa que traía algo más que su típico sarcasmo, en ella había verdadera felicidad.
― No tengo porque perder mi tiempo con ustedes, mejor que nadie saben que todo iba a cambiar. ― Gary miraba su libreta con intentando ver si le quedaba algo más por ver. ― oh, por cierto para el mediodía quiero verlos desalojar el loft.
― ¡Que! ― Nico se puso frente Gary. ― ¿Qué decís tío? Nosotros tenemos todo en regla. ¡No podes hacer esto!
― Claro que puedo, ni una palabra más. Nicolas, a mediodía.
Todos se quedaron como piedra cuando lo vieron irse, los red sharks se alejaron un poco más para ponerse cómodos pues la inesperada visita los había tomado por sorpresa.
― ¡Sorella Ámbar! Me alegro tanto de haberte encontrado. ― Feliciano la había sujetado fuerte la cintura de la chica, apesar de ser un poco bajo la seducción italiana era clave.
― ¡Alto! ― Ramiro alzó la voz, todos lo miraron sin entender. ― ¿Acaso nadie me va a explicar de donde se conocen ellos? ―Emilia asintió al lado del muchacho con una mano en la barbilla.
― No lo sé. ― Contesto Benicio encogiendose de hombros.
― Oh, lo siento. Mi nombre es Feliciano, tengo quince años y conocí a Ámbar en Francia.
― Fue bastante tierno, porque el era tan pequeño. Fue mi pupilo.
A lo lejos Simón apreciaba como la chica reía y todos los red sharks parecían acompañarla en su sonoro canto, y sintió como algo se removió en el.
― ¿A qué has venido pequeñin? ― Pronto Benicio lo capturó por el cuello y le susurro de manera amistosa.
― Nono me pidió que viniera a verte. No estabas bien al parecer.
― Pues yo estaba perfecto.
― Entonces lo tomare como vacaciones.
[.]
Por la noche el departamento amplio de Benicio era un sueño para el italiano que miraba emocionado el lugar, Ámbar se encontraba cocinando lo único que Simón le había enseñado tiempo atrás, caldo de pollo.
― ¡Esto es genial! Me siento tan feliz por haber venido. ― El mayor observo la sonrisa inocente del niño y no se fiaba para nada de las intenciones de su nono para haber mandado de viaje a quien para sus ojos era un niño, sin contar que ahora en su puerta permanecían dos guardaespaldas que le darían pavor a cualquiera.
― Como digas gorila, no haré escándalo. ― Todos se voltearon a ver a la mexicana quien entraba con cara de pocos amigos. ― Esos gorilas son unos amargados.
― ¡Emilia! ― El joven choco los puños con el chico y se acerco rápido a la cocina donde salia un claro olor al caldo.
― Ámbar cocinando. ― Emilia se recosto en el marco, y con una sonrisa altanera hablo con un tono asemejado a la burla. ― Te superas como ama de casa amiga.
― Callate, al menos yo si aprendí a cocinar. ― Ambos rodaron los ojos y la mexicana solo salio y se tumbo en el sofá de la sala, Benicio se agacho a la altura de la chica y beso su frente.
― Quien diría que mi pequeña Emilia se aburría sin su loser cerca.
― Voy a golpearte. ― Ambos sonriendo se quedaron silencio, tal vez no estaba todo ellos lo deseaban pero aún se mantenían fuertes y juntos.
Era todo lo que Emilia necesitaba, pero ella sabia mejor que nadie que ellos conseguirían mucho más de ahora en adelante.
Aquella noche Ramiro no los acompaño pero los red sharks restantes compartieron una cena increíble, intercambiaron risas y comentarios picantes que solo ellos darían, los amigos seguían llegando para ellos y Feliciano durmiendo en la cama de Benicio demostraba que ellos nunca volverían a estar solos, al fin habían conseguido salir de su propia oscuridad.
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Red Sharks: En El Claroscuro [Book 1]
Fanfiction¿Ellos eran los malos? Aquella pregunta no dejaba en paz a Ramiro Ponce quien miraba a sus compañeros de equipo patinar con devoción por la pista del Jam and Roller. ¿Quién tiene la verdad absoluta? Ámbar Smith, líder del equipo, predicador constan...