Capítulo 11

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Oh.

—Oh. De acuerdo, lo siento. Espera, déjame... —. Sam se deja caer sobre su estómago, hurgando en su bolso en el suelo antes de encontrar la carpeta correcta, sacando la hoja de tareas y su libreta y bolígrafo favoritos. —Está bien, tengo que leerte esto. Primero la cosa esta de la explicación, es un poco cursi, solo... Solo ten paciencia conmigo, ¿vale?

Dean se ríe, el sonido llega bajo y dulce al oído de Sam. —Siempre lo hago.

Sam se sonroja.

—Bueno, entonces... —. Se aclara la garganta, poniendo una voz falsamente llena de vida. —¡Felicidades! Has sido elegido entre los tuyos como la persona verdaderamente más influyente en mi vida. Lo más probable es que ya estés al tanto de esto o, como mínimo, tampoco te sorprende. Me has formado y me has hecho quien soy más que nadie. Aprovecho esta oportunidad para hacerte algunas preguntas, para conocerte un poco más, siendo como eres la persona que más profundamente me ha impactado. ¡Cuatro preguntas han sido creadas por el profesor y cuatro de ellas son mías! Voy a reunir tus respuestas en un artículo estilo entrevista que entregaré a mi maestro. Debes proporcionarme respuestas tan honestas y exhaustivas como seas capaz de brindarme, siempre que te sientas cómodo. ¡No te preocupes por el hecho de que esta sea una tarea escolar! Esta es también una tarea de vida. ¿Estás listo?

Hay un latido de silencio y luego Dean se ríe.

—Sam, eso fue increíble. Sonabas como el presentador de un concurso de la televisión.

—Dean —. Sam hizo un puchero completo, labio inferior fuera y todo. Deja caer la pluma sobre su cuaderno y se sienta, doblando las piernas al estilo indio y agachándose sobre el cuaderno. —Por favor.

—Bien, Trebek*. Adelante, dispara.

*N.T: Alex Trebek, presentador de concursos en la televisión canadiense.

—Está bien, entonces, uhm... —. Sam toma sus cosas y se arrastra por la habitación hacia la pequeña mesa cerca de la ventana. La lluvia es tan fuerte que se hace ensordecedora. —Dean, ¿puedo ponerte en altavoz?

—Claro. Vamos, pregúntame cosas, Barbara Walters.

Oye como Dean gruñe y se cambia, y Sam sabe que se dio la vuelta de espaldas en la cama. Él empuja la palma de la mano contra su polla y se retuerce en la silla mientras pulsa el botón del altavoz. Pone el teléfono al lado de su cuaderno y desliza los ojos por las preguntas. Bien podría seguir el orden.

—Entonces, eh. Dean.

—¿Sí?

—Dime cinco cosas que te gustan de ti y cinco cosas que te desagradan.

Dean gime y el sonido llena la habitación vacía. Sam sonríe.

—Wow, no hay preguntas sencillas que me faciliten esto, ¿eh?

—¿Quieres alguna pregunta más fácil primero? —. Sam está dando golpecitos con el extremo de su pluma en el cuaderno.

—Uh. Por supuesto.

—Está bien —. Sam se mueve inquieto en su silla, empujando la cortina hacia un lado para mirar hacia la triste tarde que sigue su curso fuera sin contar con él. —¿Color favorito?

Dean resopla.

—Azul.

—¿Qué tipo de azul?

—¿Huh?

—Hay un millón de azules diferentes. Azul cielo, azul de mezclilla, azul turquesa, azul medianoche, azul marino, azul de frailecillo azul, azul cerúleo...

Two - Headed Boy (Invisible Boy Serie)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora