Two - Headed Boy (Invisible Boy Serie)

Capítulo 24

El último fin de semana de septiembre, Jess arrastra a Sam a una feria. Es pequeña y un poco aburrida, pero Jess está tan emocionada como una niña cuando le lee el folleto a Sam y habla sobre la película que ya compró para que su cámara tome fotos mientras están allí. Sam suspira y deja caer los hombros y eso es como un sí y ambos lo saben.

Lleva la capucha de su sudadera ajustada para protegerse del frío en el aire y Jess está zumbando a su alrededor como una abejita hiperactiva, un remolino de pelo rubio recogido en una cola de caballo y el gris de su suéter y el suave click-giro-giro-click de su vieja Kodak Pony. Sam mantiene las manos en los bolsillos y la mira a ella en lugar del espectáculo que los rodea, su sonrisa suave y sólo para ella.

—¿Quieres compartir un funnel cacke*? —. Por el momento, ella está su lado, la cámara enrollando la película como una ruidosa batidora mientras saca otro rollo de su bolso. Lo mira todo con un divertido interés, con las cejas levantadas para mostrarlo.

N.T: Funnel cacke es una especie de pastel hecho con masa frita, como los churros en España, que se venden en las ferias cubiertos de azúcar glass, a veces también con nata y frutas.

—¿Realmente? No.

Ella deja lo que está haciendo y simplemente lo mira, dirigiéndole una mirada que lo hace dar un paso atrás, una risa escapa de su boca y parece no poder contenerla.

—¿Estás bromeando, Winchester? ¿Realmente vas a negarme un funnel cacke?

Se ríe de nuevo, sacando una mano de su bolsillo para envolverla alrededor de su cintura y apretarla contra él, haciéndole unas cuantas cosquillas cuando intenta escabullirse.

—Oye, no dije que tú no pudieras conseguir uno. Sírvete tú misma —. La empuja hacia los puestos luminosos que anuncian de todo, desde limonada recién exprimida hasta Twinkies fritos. Arruga su nariz ante el olor dulce y grasiento y de todo. —Mira, aquí. Incluso yo te invito.

Busca su billetera y ella se burla, la sonrisa en sus labios delatando lo mucho que ella está disfrutando esto. —Quédate con tu dinero, abuelo. Coge esto... —. Empuja su cámara y un nuevo rollo de película en sus manos. —Carga la película mientras voy a por uno.

El beso que le da es algo fugaz y después se va, dejándolo solo en medio de la multitud de gente. Todo es tan brillante y ruidoso aquí: los niños chillando, el perfume de una adolescente a la deriva cada pocos segundos, el ding-ding victorioso de los juegos ganados, los gritos tentadores de los hombres a cargo de los puestos, tratando de convencer a la gente para que gane juguetes baratos y fotos impresas de celebridades.

Ha sido educado para esperar que las cosas salgan mal, para sospechar de todas y cada una de las cosas a su alrededor, por lo que se encuentra tratando de catalogar todo a medida que carga la cámara, sus dedos seguros y pacientes, tal como Jess le enseñó. Trata de memorizar cada puesto y sus operadores, trata de mantener un registro de los sonidos especialmente fuertes, trata de identificar a cada uno de ellos. Es mucho, demasiado. Sus manos se deslizan un poco al cerrar la cámara, dejando que la película se asiente y empiece a enrollarse en su lugar, pero lo capta justo a tiempo.

Un hombre camina sosteniendo un cigarro encendido, un hombro sudoroso y carnoso empujando a Sam y casi haciéndole tropezar con sus propios pies. De repente quiere volver a casa, quiere estar en una habitación tranquila donde todos los sonidos son los esperados, sólo quiere oír una voz, oler una cosa. Su agarre se tensa sobre la cámara y mira hacia arriba para tratar de encontrar una salida, un escape, justo cuando Jess aparece de nuevo en su línea de visión, sosteniendo un plato de papel con un pesado y enrollado funnel cacke cubierto con azúcar en polvo y fresas.