Cielo E Infierno [RiRen«Infrarrojo»] - P A U S A D A

Luna Roja

Las casualidades no existen.
🐾🐺

Flamantes ojos rojos, intimidan
Dan fuerza y valor.

-Yo soy Eren Jaeger, hijo de un alfa, futuro líder de la manada Vilcras, y hoy cumplo mi quinceaba luna-. Sus ojos, los verdosos ojos esmeralda de un cachorro, cambiaron.

Un brillo flameante en rojo hacia ahínco, sus orbes doradas más fieras que nunca.
Intimidantes como ningún otro.

Medusa no podía creerlo, mucho menos la ninfa Xana. Se suponía que Eren debía estar hecho piedra, para luego Xana dar el golpe final.

Haciéndolo pedazos.

Pero no, estaba ahí, postrado, con un aura de ira y valor. Sus ojos no eran los únicos que habían cambiado, tenía garras en sus manos, y su rostro empezaba a cambiar junto con sus extremidades, quebrándose y re acomodándose una y otra y otra vez.

En cuestión de segundos, Medusa había sido lanzada al otro extremo de la cueva, mientras Xana seguía sorprendida en su sitio.

El poder de Medusa no había afectado en nada al ya no cachorro lobo.

Había cumplido la máxima edad, convirtiendose en algo más que un lobo ordinario.

Era un lobo legendario.

-E-Eren...-. Xana retrocedió hasta chocar con una gran roca, en sus ojos irradiaba miedo, entraba en pánico y sus manos temblaban junto a todo su cuerpo.

Con un lobo de tan inmenso tamaño acercándose, no tenía posibilidades de sobrevivir. Mucho menos Medusa, quién sólo se arrastró como la mitad serpiente que és, para poder escapar.

Pero Eren se lo impidió.

No iban a salir vivas de aquella cueva.

[...]

Un azabache escarbaba la tierra con una mano, tomando partes de esta y olfateandola minuciosamente.

-Tks-. Chasquea la lengua irritado, limpiando su mano con su pañuelo colgado en su cuello.

Su ceño fruncido delataba lo furioso que se encontraba.

Él no había abandonado a Eren, simplemente tuvo que terminar asuntos con otro grupo de seres mágicos llamados Los Black Shuck.

Perros místicos que querían tomar el control de las tierras norte y sur, ya que la tierra del este estaba árida, sin comida ni agua.

Esa era la realidad que pasaba con el resto de las criaturas, estában muriendo.

Él entendía el propósito del secuestro, y también sabía las consecuencias de una manada enojada y desquiciada.

Podrían provocar la guerra.