Cielo E Infierno [RiRen«Infrarrojo»] - P A U S A D A

Caos

Regresé 💜 Hola :')
Aquí el nuevo capítulo, espero disfruten ❤

-E R E N-

-No entiendo...¿Qué intentas decir?-. Ví en su mirada la tristeza, a pesar de no mostrar en su rostro una gran pena. Como si pudiera sentir su melancolía por un lazo invisible...

Y, como instinto sentí un leve pinchazo en mi pecho, oprimiendose y haciendo que mi respiración fuese más dificultosa.
¿Acaso era un tipo de remordimiento que estoy sosteniendo? ¿El peso en mis hombros por lo que se avecina?

A veces me gustaría soltar todo y esperar a que las cosas sucedan. Pero no, en mi posición de no saber que ocurre a mi alrededor me tiene consternado, vacio y sin un claro propósito a pesar de antes conocer la razón de mi nacimiento.

Pero todo se esfumó luego de las serias e impactantes revelaciones acerca de mi tribu, mi futuro. Aún no puedo creer las palabras de aquellas criaturas...sin embargo...

-Eren... Debemos ir con tu manada-. Dijo dejando un largo suspiro que cayó en sus labios. Mis sentidos desarrollados de lobo podían describir cada detalle con suma precisión. Inclusive podía escuchar los pajaros canturrear y algunos pasos lejanos acercándose.

Me puse alerta. No sabía si era bueno o algo realmente malo los pasos que escuché.

La señorita con cabellera castaña le susurró al chico más joven, Armin. Él sólo la observó con terror e incluso pánico en sus ojos.

-«Está aquí»-. Resonó en mis oídos. Algo estaba pasando.

La castaña miró al rubio, y asintió levemente. Su olor calmado de flores silvestres estaba volviéndose amargo y desagradable. El olor de ambos estaba cambiando, eso significaba tener un desagradable sabor de boca mientras seguía en el mismo lugar con ellos.

-Levi, yo- Me cortaron el habla cuando una madera se movió hacia adentro, entrando al sitio con nosotros.

—Levi, tenemos compañía–. Musitó Hanji y al cabo de segundos entró una silueta con un olor completamente  desconocido.

Una cabellera azabache idéntica a la de Levi estaba en la puerta, con una mirada gélida que congelaba hasta los huesos.

Era una chica, una chica de una estatura media, y una complexión muy refinada que entró a la... ¿casa? Sí, casa.

—Hermano...–. Habló.

Era ella...la chica que había visto hace mucho tiempo, la chica que estaba casi muerta en el río.

Y como por arte de mágia, todos contuvieron la respiración, a excepción mía y de Levi. El resto de los acompañantes estaban callados y en silencio.

Me resulta demasiado extraño el olor amargo de incomodidad, incluso por parte de Levi también, que era un olor nauseabundo, estaba enojado levemente.

—Mikasa–. Contestó de la misma forma, con una mirada desafiante y arrogante.

No sabía que pensar, ambos hermanos se desafiaban con la mirada y se lanzaban maldiciones mutuamente. Era tan extraño ver este tipo de relación en mi manada, ya que todos eramos hermanos.

—Levi...– susurré a penas audible, no sabía si me habían llegado a escuchar.

La mujer, llamada Mikasa entró al lugar, pisando fuerte, intentando causar temor. Y lo consiguió un poco, porque lo olí en Armin.

Mikasa cerró la madera, y no me había dado cuenta que se dirigía hacia mi hasta que vi a Levi delante mio, cubriéndome.

—No te acerques un paso más sangre inmunda–. Ladró Levi con furia, protegiendome, intentando que no se acercara más a mi.