"Mas yo pertenecía a esa raza de seres de quienes se dice que carecen de juventud: un adolescente triste, sin lozanía. Mi solo aspecto helaba a las gentes."
NUDO DE VÍBORAS- F. Mauriac.
Hermione intenta calmar su respiración al despertar. El sudor la envuelve y una opresiva sensación de ahogo la abruma. Hace tiempo que tiene sueños malos: a veces se ve a si misma caer por un precipicio sin fin. Intenta gritar pero el llanto se lo impide. En otras, sus padres caminan y ella desea alcanzarlos, pero algo la empuja hacia atrás y le oprime el pecho. Y ella sabe que ellos no la ven, que es un fantasma cuya existencia no lamentan, y esto la alivia en cierta forma.
Siempre son los mismos sueños, pero no esta vez… Porque esta vez, estaba él: ella podía mirar hacia atrás, a sus días de Hogwarts, donde no existía aún la guerra. Harry y Ron, envueltos en sus uniformes, la invitaban a seguirlos en dirección al castillo y ella comenzaba a caminar hacia ellos, pero entonces él se interponía. Su alta figura se erguía frente a ella, con su cabello más rubio y su piel más pálida que nunca. En su rostro se veía la más triste expresión. Ella quería volver a Hogwarts, junto a Harry y Ron, era lo que deseaba, pero él ponía su mano sobre el pecho de ella obligándola a retroceder, con su mirada gris fija en el piso, sin jamás mirarla.
De pronto ella notaba la roja sangre manchando su camisa blanca y se asustaba. Intentaba alzar su mano hacia él para buscar alguna herida, pero eran sus propias manos las que estaban cubiertas de rojo, igual que su ropa, igual que su cabello. Todo en ella era sangre, y esa era la sangre en la camisa de él. Su sangre: sangre sucia.
Ella lo miraba espantada buscando una respuesta y entonces, recién entonces, él alzaba su rostro hacia ella. "Lo siento", fue todo lo que dijo… Un "Lo siento" herido, un "lo siento" desgarrado. Un "lo siento" que la estremece y desconcierta, seguido por el despertar.
"Hermione, ¿estás bien?"- pregunta Ginny a su lado, al notar su llanto. Y ella asiente, limpiando las lágrimas de su rostro e intentando respirar.
"Sólo fue un sueño", dice para calmar la preocupación de su amiga, que ha dejado su propia cama para acudir en su ayuda. Aún es de noche. Ginny pregunta qué ha soñado y ella guarda silencio. No sabe qué decir. Ambas intentan volver a dormir, pero Hermione sabe que no será fácil. Después de esos sueños nunca lo es. Y menos ahora, que en el sueño esta él. Él, que intentó besarla. Él, que ha ocupado sus pensamientos durante meses. Él, a quien ella lleva días evitando. Él: Draco Malfoy.
-HP-
- ¿Se puede saber por qué me has estado evadiendo?- fue el reclamo con que Daphne lo interrumpió mientras Draco observaba el tinte verdoso del líquido que goteaba desde el alambique. Había destilado un puñado de hojas de ajenjo, esperando descubrir alguna utilidad para la planta en sus nuevas pociones. En general, era esta una actividad que le gustaba hacer en la fría soledad del sótano, por lo que la voz de la rubia alterando el silencio no dejó de molestarlo.- Anoche en verdad necesitaba hablar contigo, pero tu cuarto parece hechizado para evitar que alguien golpee la puerta.
- No.- respondió tranquilo.- En realidad es un hechizo simple hecho solo para evitar que tú golpees la puerta.- El silencio que secundó aquella declaración fue más prolongado de lo que Draco esperaba por lo que giró sus ojos hacia la joven para examinar su expresión.
- Y ¿por qué querrías hacer eso?- una de las cejas de la joven estaba alzada manifestando su extrañeza, pero a parte de eso no había nada más.
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Oblivion ∆Dramione∆
SonstigesDeclaración: Los personajes son de Rowling... Advertencia: Compatible con Séptimo libro solo hasta tarde en que el trío es llevado a la Mansión Malfoy. A partir de entonces, es mi imaginación la que reescribe la historia. Resumen: Situada en medio d...